Capítulo 8

Detuve el auto en la entrada de la casa, ni siquiera me había molestado en apagar el motor del auto. Camine tambaleándome por el camino de gravilla hasta la entrada de la, la puerta se encontraba abierta así que entre si molestarme en llamar, a fin de cuentas esta es mi casa. Me conduje hasta con paso débil y sosteniéndome en las paredes para no dejarme caer, al entrar me encontré con los chicos reunidos y discutiendo alteradamente, ni siquiera supe si notaron mi presencia, me senté con dificultad en uno de los sillones tratando de prestar atención a la discusión que se llevaba a cabo a un par de pasos de donde me encontraba pero se me era difícil ya que a dudas penas podía oírlos.

***

El aroma del café recién hecho me hizo despertar del todo. El sol ya se filtraba por la ventada sobre mi cabeza y los chicos seguían reunidos pero esta vez se encontraban desayunando. Me incorpore y retire la manta azul que me cubría.

-Tranquila, Good- hablo Jules al ver que intentaba ponerme en pie.

Cerré los ojos con fuerza a causa del dolor de cabeza y de todos mis músculos. Respiré profundamente aguantando y evitando lagrimear.

-¿Qué… qué pasó?- pregunte débilmente.

-¿Cómo escapaste?- soltó José-  te llevaron inconsciente y me odio por no haberte ayudado.

-Sí, no lo hiciste- respondí cortante- me libré por mí misma, como siempre hago.

-No hagas drama, Good- dijo Jules- ¿Qué pasó?

-¿Cómo te libraste de los Kings?

-Desangre a uno y deje al otro inconsciente. Como ya habrán notado, deje el auto afuera y si alguno de ustedes- agregué- sirve para algo, necesito una maldita aspirina.

-Aquí tienes- respondió Marcus a mi pedido tendiéndome un par de pastillas y un vaso de agua.

Acepte sin chistar y me las tome sin más.

-¿En dónde los dejaste Adriana?- volvió a preguntar Jules.

-En una carretera a la salida de la ciudad, sí – respondí interrumpiendo a Jules- tranquilo, el idiota al que golpee estaba recuperando el conocimiento cuando los bote del auto, y lo más seguro es que los Kings y se deshicieran de su cadáver, así que no tienes nada de qué preocuparte, ya que tanto a ellos, como nosotros, no les conviene ser noticia.

 -Confío en que así sea, Good. Ahora- hablo serio- los necesito a todos con sus mejores galas para el fin de semana.

-¿Mejores galas?- preguntó José

-¿Hay fiesta o reunión?- argumentó Alexander.

-Ambas- respondió – estamos invitados a la gala anual de Julie’s Enterprise.

-¿Todos?- hablo Blacke por primera vez- Madame Julie solo suele invitarte a ti.

-Así es- respondió Jules- pero este año enviaron invitaciones para todos los que componemos Magic.

-Vaya, al parecer la señorita Julie por fin quiere conocer a sus verdaderos socios- respondí sarcástica.

-Eso- continuo Jules- es exactamente lo que quiere.

-¿Y cuándo es?-  preguntó Alexander.

-La semana que viene, muchachos- continúo- así que tienen que tener sus mejores galas a mano, Alexander –ordenó- necesito que uses tus contactos para conseguirle a Adriana un buen vestido. No, Adriana- me interrumpió al ver mi reacción- no me reclames, tendrás que usar un buen vestido y un par de tacones, sí, tacones, si es que quieres ir, de lo contrario me tocara informar a Madame Julie que su chica favorita no quiere aceptar su invitación a la gala.

-¿Favorita?- pregunte confusa.

- Sí, Adriana, Julie solicita en especial tu presencia ya que desea conocerte.

-¿A Good?

-Sí, José, a Good. Pero de la misma manera- agregó- Madame Julie solicitó la presencia de todos, así que más vale que no me hagan quedar mal. Ahora- comento Jules con un palmada de ánimo- lo que importa. A parte de la gala Julie’s Enterprise tengo que pedirles un favor especial que pedirles, necesito que se deshagan de Esteban Polo, el distribuidor, como sabrán ya, Polo ha venido causándonos algunos problemas en los últimas semanas. Me informaron también que Polo está por ahí haciendo de topo para los Kings. Entenderán ya por qué lo quiero fuera de cuadro.

-¿Puedo hacerme cargo de la rata?- pregunté con entusiasmo.

-Sí, ¿por qué no?- respondió Jules- así y le muestras a Madame Julie de lo que eres capaz.