Good

Capítulo 10

Salí de los lavabos sin una sola gota de sangre sobre mi y habia liberado mi pobre cabello de su carcel de invisibles y broches. Al pasar por el lugar en el que habia hecho mi trabajo, me encontré con un ar de puertas cerradas y con un par de guardias custodiando para que nadie se acerque al lugar. La multitud de asistentes de La Gala habian abandonado la barra y la pista de baile para poder ocupar sus respectivos puestos en las mesas, e incluso la música habia cambiado, ahora se podía escuchar las melodias de un piano. Todos estaban listos y esperando la llegada de la comida. Sin prisa alguna me adelante a mi mesa, en donde a lo lejos note a Madame Julie sentada en mi lugar de la mesa e inmersa en una conversación con los chicos y Jules.

A la mitad de mi camino logre percibír el recien llegado peligro. Un grupo de veinte personas, completamente vestidos de negro y pasamontañas,  se habian apoderado del salón, apuntando a la gente  con ametralladoras semi automaticas  habian hecho mover a la gente de sus puestos para asi acorralarlos en un solo lado del gran salón. Mi instinto habia reaccionado antes que yo y ya me encontraba con mi mano lista para empuñar mi glock cuando sentí la mirada de Jules sobre mí. Con un ligero movimiento de cabeza y una mirada comprendí que mi jefe me indicaba que no desenfunde mi arma. De mala gana accedí a no hacerlo y me limite a tener mis manos en alto como el resto. Al otro lado del salón los chicos se habían movido y habían colocado a Madame Julie en el centro mientras ellos la rodeaban para protegerla. Ningún miembro de Magic había sacado su arma.

-Muy bien damas y caballeros- hablo el líder del grupo de negro.- mis compañeros aquí presentes- dijo señalando a los tipos armados- y yo estamos aquí para despojarlos de todas sus pertenencias, en la primera bolsa que pase frente a ustedes van a depositar sus teléfonos celulares, en la segunda sus carteras y billeteras, y en la última toda su joyería.

Tras estas palabras tres hombres habían sacado unas grandes bolsas de tela de sus chamarras y comenzaron a desfilar entre la asustada gente. Entre la locura y el pánico logre notar que uno de los encapuchados llevaba el tiempo. Mi mirada volvió a fijarse en las personas asustadas del otro lado del salón y me percaté de que Drew había desaparecido y Jules estaba entregando su billetera para luego desprender su preciado reloj de su muñeca.

-Su celular, señorita Good- me habló uno de los ladrones ganándose mi atención.

Mierda, me habían reconocido.

-No tengo- respondí fríamente mientras les sostenía la mirada- ni siquiera poseo cartera- agregue levantando más mis manos.

El encapuchado se alejó de mí sin decir palabra alguna. Al instante sentí la punta de una pistola en mi nuca.

-Tenga la bondad de caminar, señorita Good.- ordenó alguien a mis espaldas.

Accedí de mala gana, y si opción a escape me digne a caminar. El tipo a mis espaldas me dirigió y me hizo salir por una puerta trasera que daba a un pequeño callejón obscuro, en el cual no había más que un gran basurero y fundas de basura esparcidas por el suelo del callejón.

Ni bien puse un pie en el suelo del callejón note un ligero viento frio recorrer el lugar mientras que levantaba mi vista al cielo estrellado en busca de la mejor forma de escapar de esta absurda situación. Sentí un fuerte golpe en la parte baja de mi cuello, un dolor agudo se esparció por mi cuerpo lo cual me obligó a cerrar los ojos con fuerza. Mis rodillas golpearon el concreto y me deje caer por completo mientras una maldición se escapaba de mi boca lo cual me hizo regresar en mí.

El idiota me había golpeado con la culata de la pistola ahora se encontraba a unos pasos de mi marcando un número en su teléfono, de la nadase giró y me pateó con fuerza en el estómago lo cual me hizo retorcer mientras el dolor se esparcía a mis costillas y espalda.

-Lástima que no puedo disfrutarte- hablo con voz ronca- tengo que entregarte intacta.

Dicho eso volvió a golpearme con más fuerza, pegó el teléfono a su oreja y volvió a darme la espalda. A pesar del dolor en las costillas me las arregle para apoderarme de mi cuchillo, que siempre llevaba en mi tobillo, y esperé.

-¡Jefe!- habló por el teléfono con entusiasmo- ¡adivine a quién tengo para usted!... a Good ¡tengo a Good!... sí…intacta…sí, sé lo que esto significa para usted y para Kigs…de acuerdo…se la llevo… una hora… gracias señor, se lo agradezco- colgó.

Aproveche su entusiasmo y ataqué. Me moví rápido. Empuñe mi cuchillo con fuerza y de una sola tajada le corte en la parte de la rodilla, lo cual le hizo soltar un gran grito de dolor y lo hizo caer al suelo. Me abalance sobre ese idiota y colocándome a horcajadas  sobre él mientras colocaba mi antebrazo izquierdo sobre su cuello inmovilizándolo y lo amenazaba con el cuchillo ensangrentado.



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En el texto hay: crimen, asesinato, mafia

Editado: 04.06.2018

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