Good Morning Mr. Cillian

3.

Quetzal Sallow

 

     La mañana ha sido bastante agresiva.    Personal por todos lados dentro de mi hogar.    

     Me encuentro en ese preciso punto en el cual, deseo que todos guarden silencio por unos cuantos minutos y se desvanezcan.    Tal cual en la película de Adam Sandler.   En estos momentos quiero tener uno de esos controles para pausar todo.

     El dolor de cabeza me esta matando.

     Los ojos me punzan y los tengo un tanto rojos.

     Las orejas están super marcadas.

     El calor en mi cuerpo no lo puedo contener.   Es como si hubieran prendido la calefacción y todo el calor emitido, mi cuerpo le diera la bienvenida. 

     __No se mueva niña.   La estilista esta por terminar el peinado.

     Dejo salir un suspiro exasperado y, abro mis ojos.    La imagen que el espejo muestra ante mi, es tan..... subliminal que, hasta yo misma hago una mueca en desagrado.

     __Todo mejorara un poco con el maquillaje, mi niña.

     Le doy una mirada a mi nana Jacinta y, hago un puchero.   Como si tuviera cinco años.   Mi nana me da un pequeño apretón con sus dedos en mi nariz.

     __Deja el mal humor, mi niña.   Toma esto.   Bebelo de inmediato y te aseguro que pronto sentirás alivio.   

     Me da una sonrisa mal intencionada y, sin pensarlo.   Tomo el vaso con el contenido dentro de el y me lo bebo.    <Mierda>   <Puta madre>  <Hijo de la mierda>   el calor abrazador que me da el líquido cuando es ingerido me hace dejar salir unos jadeos ahogados.

     _Caray nana  ¿Qué le pusiste dentro?

     Me da unas palmaditas en las manos cuando le entrego el vaso y me guiña un ojo.

     __Nada que no hayas bebido anoche mi niña.

     Abro la boca sin poder creer lo que me ha dicho mi anciana favorita en toda la casa.    Entrecierro los ojos y la escaneo de arriba abajo.   El día de hoy, viste de manera formal, dejando atrás el traje color blanco que mi padre pide al personal de la casa.

     _Cierra la boca.   No vaya ser que entren moscas.

     Me cierra la boca con su mano y me sonreí delicadamente y, me deja sola con la chica que me esta arreglando el cabello.

     Esa cosa que me dio, quemo la garganta como no tienen una idea.    

 

     Tres horas mas tarde, me encontraba arreglada de pies a cabeza.   Maquillaje perfecto para la ocasión, peinado sexy pero sin tanto adorno en el.   Solo me faltaba lo mas importante.    El vestido.

     Mi vestido de novia.

     Mi hermoso vestido de novia con corsé de cola de sirena, con los hombros descubiertos y con pedrería de la mas alta calidad.    Mi padre no escatimo en dinero.

     El liguero en mi pierna era toda una belleza.    La forma de tiara  tenia un parecido similar al de la princesa Lady D.  Y el diamante de zafiro en medio, era aun mas hermoso.     Estaba encanta con todo.   Era mi sueño vuelto realidad. 

     Cuando salí de la habitación, lo primero que me dio la bienvenida fueron los pétalos de rosa exparsidos a lo largo del pasillo.    

     Me sentía una princesa.

     Me sentía la mujer mas hermosa de este mundo. 

     Soy la mujer mas hermosa de este mundo.

     Tome la barandilla y baje las escaleras a paso lento.   Tomando mi tiempo para llegar al jardín, donde todos se encontraban reunidos, y mi prometido maravillo se encontraba, esperando por mi.    Tenia una maravillosa sensación.    Las mariposas en el estomago eran una de ellas, mis piernas parecían un tanto spaguetti.    Me pare un momento y tome un par de respiraciones antes de seguir adelante.   No había absolutamente nadie dentro de la casa.

     Cuando me encontraba a punto de seguir mi camino un sonido estrepitoso me hizo dar un pequeño salto en mi lugar acompañado de un grito chillón.   Mi curiosidad siempre ha sido lo que me ha metido en ciertos problemas cuando era una adolescente, pero, ahora no creo que pase nada.

     Quite mis zapatillas de tacón y las tome en mis manos.    Camine de puntillas, dejándome llevar por las voces y susurros.   Todos esos sonidos provenían de un solo lugar.....   la biblioteca de papá.

     __¿Que haces aquí?

     Su voz sonaba cansada y temerosa.

     _Nathaniel, querido.

     Trague saliva varias veces antes de escuchar detrás de la puerta entre abierta.    Lo primero que veo es a mi prometido con su traje a la medida, marcando cada parte de su cuerpo, resaltando sus mejores atributos.    Mordí mi labio superior y sonreí traviesa.

     __Alguien puede vernos Sarah.   Es mejor que regreses al jardín.

     _Nadie sabe que me encuentro aquí, querido.

     Nathaniel camina hasta llegar frente a ella y la toma del cuello con su mano, Sarah no se inmuta ante ello, solo sonríe con sorna.    

     __Vas arruinar mir planes, querida.

     Escupió las palabras con rabia.    Nathan tenia el rostro rojo y desfigurado por el coraje que estaba pasando en estos momentos.

     _No lo creo.    Quetzal es tan..... inocente.   No tiene idea de lo que sucede con lo nuestro.

     Nathaniel quito su mano del cuello y la paso por su rostro varias veces.   Dejo salir varios suspiros y se alejo de Sarah.

     __No puedes hacerme esto Sarah.   Lo nuestro termino.

     _Anoche no decías lo mismo, cuando te tenia entre mis piernas, enterrado hasta lo mas profundo.

     Sarah se acerco a Nathaniel y, alargo sus brazos colocándolos alrededor de su cuello.

     __Lo de anoche fue un error, Sarah.  

     _¿Todas las veces anteriores también fueron un error?

     Mis cuerpo temblaba, no tenia ni la mas mínima idea de lo que sucedía entre ellos.   Hice mis manos puños, tratando de contener mi llanto y mis sentimientos a flor de piel.    Estos sentimientos, los cuales han sido lastimados.    ¿Por qué tenia que ser ella?     




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