Good Morning Mr. Cillian

4.

Quetzal Sallow

  

     ¿Qué es lo que necesitas en estos momentos Quetzal?    tiempo, sanar y mucho, mucho valor para poder perdonar a las personas que la habían traicionado.    Ahora sentía un gran vació en su interior, su mente estaba nublada de pensamientos insanos.   Todos y cada uno de ellos le hacían saber cosas que ella no quería.    Estaba perdiendo el control, estaba perdiendo ante sus emociones.   Nathaniel era todo para ella, y Sarah era su prima.   Todo dentro de ella era una gran lío repleto de emociones..... esquizofrénicas. 

     Su corazón estaba partido en varios cachitos.   Su corazón era un rompecabezas, uno que no quedaba con las demás piezas aunque las pegaran con cinta adhesiva.

     El rugido del mclaren al pasar por los callejones era bastante estrepitoso.    Era como volar cuando subía dentro del auto de Rey.    

    El teléfono móvil no paraba de sonar.    Ya tenia mas de veinte llamadas perdidas de Nathaniel y un par de mensajes de Sarah, preguntando por su paradero.    

     Quetzal, solo hizo una sola cosa para poder parar el dolor por unos momentos.    Bajo la ventana del copiloto y se deshizo de su teléfono.   Estrellándose sobre la carretera y haciéndose añicos.

     Rey, manejaba el mclaren a toda velocidad, ya se había saltado varios semáforos, las multas que le llegarían no eran problema alguno.

    Llegaron al aeropuerto y Quetzal bajo de inmediato del mclaren.   No se despidió de su hermano.   Solo le hizo una señal con la mano enseñando su dedo corazón.   El rostro de Rey, se contrajo en dolor ante esa señal.    Su hermanita, estaba pasando por un proceso demasiado horrible para alguien tan hermoso como ella.

    Cuando llego al mostrador, la mujer detrás del mostrados se sorprendió bastante al ver que no llevaba maletas.   Solo una mochila con sus pertenencias y su bolsa de mano con la documentación necesaria.   Compro un boleto en primera clase.

     Quedaba una hora para su vuelo, por lo que tenia tiempo para buscar algo en lo que entretenerse.    Se iría de viaje por unos cuantos días.    No le avisaría a nadie donde se encontraba.

    Se aseguraría que en este viaje olvidaría por completo a Nathaniel y Sarah.   Olvidaría que la traicionaron por completo.

    La mujer le entrego su boleto de avión y ella se le quedo mirando al pedazo de cartón que le habían dado.   Ladeo la cabeza un poco y lanzo un beso a este.

     __Nunca los perdonare.

     Quetzal jamas se imagino estar en esta situación.   ¿Como pudo engañarla de esa forma con su prima?   

     __Eres una maldita zorra, Sarah.   Eres una mujer sin escrúpulos   ¿Como te atreviste a mirarme a los ojos y mentirme todo este tiempo?

     Las lagrimas llenaron sus ojos, pero Quetzal se negó a dejar salir una sola.    No valía la pena llorar por esos seres insensibles.   

     

    

         El avión finalmente aterrizaba.   La mayoría del tiempo la paso dormida durante todo el vuelo.    Ahora, se sentía un tanto renovada.   

    Al llegar a la sala del aeropuerto con su mochila y bolsa de mano se fue directo a la salida, donde había varios taxis.

    Levanto el brazo para llamar a un taxi, cuando llego un mercedes amg y se estaciono frente a ella.   Quetzal clavo la mirada y su corazón dio un vuelco al imaginarse lo peor.   Pero no mostró pánico.    Aunque por dentro sintiera un gran nudo.

    Al tomar muy bien su bolsa entre sus manos, se dio cuenta de que, todavía tenia el anillo de compromiso.   Estiro su brazo y le dio una mirada profunda.  Chasqueo la lengua y lo quito de su dedo.   Ahora de nueva cuenta, ese dedo quedaba totalmente desnudo.   

    La puerta del Mercedes se abrió y de ella bajaron tres hombres vestidos de negro.   

     No se movieron del lugar.   Quetzal les dio una mirada y, al ver que no harían nada con ella, prosiguió su camino, no sin antes tirar el anillo que Nathaniel le había entregado meses atrás.

     Le hizo la parada a otro taxi y subió dentro de el.

     Pero, algo llamo su atención.   

     Un hombre alto, de piel morena.   Su cabello oscuro caía como una cascada sobre sus hombros, enmarcando su rostro varonil, haciéndolo ver increíblemente masculino a la vista de toda mujer.    Quetzal frunció el entre cejo cuando este, le clavo la mirada.   

     __¿Donde he visto esos ojos verdes?

    Por mas que pensaba, no recordaba nada.   Pero,   ¿Por que su cuerpo reaccionaba de esa manera?   un ligero rubor cubrió sus mejillas y sacudió la cabeza alejando ese tipo de pensamientos.

     _¿A donde la llevo señorita?

     Al darle la dirección del condominio en el cual se quedaría.   Recargo su peso sobre el respaldo y cerro sus ojos.   

     __¿Donde te he visto?

     Por mas que pensaba, no lograba ubicar esos ojos verdes.

     _Hemos llegado señorita.

     Le sonrió forzosamente al conductor y le pago en efectivo.    Al entrar al loby, dos guardias de seguridad le dieron la bienvenida.   Rey, les había avisado que ella se quedaría en el Penhouse el tiempo necesario.    EL elevador  la llevo al último piso.  

    Al entrar lo primero que le dio la bienvenida, fue el olor a comida recién hecha.   Pan de ajo y queso.

     __Que rico huele.

     Al llegar a la habitación, la invadió una gran nostalgia  y el odio llego de repente, como si fuera una lluvia sin fin.    Salió de la habitación y siguió el olor de la comida, llevándola directo a la cocina.    

     La comida caliente, el pan de ajo caliente, una botella de vino de la mas alta calidad, abierta.   Pero, solo una copa y, una pequeña nota al lado de todo.

 

     Buen provecho, señorita Sallow.

     Que pase buena noche.




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