Good Morning Mr. Cillian

16.

Quetzal  Sallow

 

     Faltaban unos cuantos minutos para dar la hora exacta, cuando Quetzal, se debatía  ¿Asistir o no asistir?   la invitación había sido mas que clara, sin embargo, muy en el fondo, no se sentía apta para salir con una persona la cual es completamente un extraño y, mas aun, cuando no conoce su aspecto físico.   O al menos eso es lo que ella piensa.

     Aun tenía puesto el albornoz  color lavanda, la toalla sobre su cabellera, mientras tenia la vista clavada en el espejo que esta sobre el lavabo.    Se miraba como, pidiendo permiso, con la mirada fija, y el rostro sonrojado por el vapor del agua caliente dentro de la regadera.

     Sus ojos, ligeramente rojos y,  fijos, sin parpadear, solamente miraban una cosa, su propio reflejo.    El cual era un tanto miserable. 

     Desvió la mirada del espejo y la poso en la puerta, donde colgaba el vestido en color negro que le llegaba debajo de la rodilla y se amoldaba a la perfección a su cuerpo pequeño pero con algunas curvas.

     __No vayas.

     Susurro un par de veces, aun con la mirada puesta sobre el vestido.

     __No lo conoces.

     Se dijo derrotada. 

     __Puedes tener todo el dinero del mundo pero, no puedes tener a la persona que te gusta.....

     Desvió la vista y, salió de inmediato del cuarto de baño y se vistió con unos sencillos jeans azules, una camisa de tirantes rosa y sus zapatillas deportivas.    cepillo su cabello, para luego poner algunas cremas hidratantes sobre su rostro.    Tomo su mochila y bajo a la sala, donde He-man la esperaba, mas limpio que un traste de porcelana.

     Al llegar frente a él, estiro su mano, invitando a que la tomara.   Este no lo dudo y la tomo de inmediato.    Ambos salieron de la casa y se fueron directo a la parada de autobuses.    A pesar de que ya casi anochecía, no opto por llevar suéter con capucha, al contrario, lo dejo a propósito, ella era..... inmortal.

     _¿A donde vamos?

     __Espera y lo veras.

     Le guiño el ojo en complicidad, pero la mirada de He-man era un tanto cautelosa.

     _¿Y la cita de hoy?   

     Quetzal fijo la mirada al frente y evito contestar.   No quería mentir, no quería decir que, tenia un poco de miedo y no se sentía lista.

     __Tenemos que ir a otro lugar primero.

     Cuando subieron al autobús, lo primero que hicieron al llegar a su destino fue, ir directo al banco.    

     Cuando llegaron, este se encontraba mas cerrado que la cárcel de mujeres, solo los cajeros estaban a disposición.    Dejo salir un suspiro y murmuro un  "Tonta"   Había olvidado por completo que los banco cierran sus puertas a las seis de la tarde.    Quería cancelar sus tarjetas cuanto antes, Tenia que dar instrucciones para que sus familiares evitaran buscarlo o mas bien, encontrarla tan fácil.     Ahora ella estaba por su cuenta, ahora, tenia un pequeño hombre a su lado, uno que la miraba con ojos de gatito asustado y, otras veces, la miraba con cautela y temor.    

      Tenia la sensación de que ese pequeño hombre, guardaba cosas crueles, pese a su corta edad.    Y ella había sido testigo de uno de ellos.    

    Aventó todo tipo de pensamiento horrible y se concentro en lo que tenia que hacer.    Como habían llegado al centro de la ciudad, no les fue difícil conseguir taxi.   Ambos subieron y le dijeron al chofer a donde querían ir.

     Llegaron a la plaza comercial.   Al mero corazón de la ciudad que nunca duerme.   He-man, al ver tanta gente en un solo lugar, se removió un par de veces en su lugar y apretó la mano de Quetzal, la cual sostenía con bastante fuerza.

     _Podemos cenar algo antes de seguir.

     Asintió con un movimiento de cabeza antes de emprender su camino de nuevo.   Entraron al lugar de las hamburguesas, la gran letra <m> de color amarillo había llamado la atención de He-man.    Él pidió una cajita feliz con papas extras y nuggets.   Quetzal, opto por no cenar absolutamente nada.    Sentía un gran nudo en su estomago y sentía que, si comía alguna porción, esta terminaría en la taza del escusado. 

     Ambos estaban en silencio dentro de las instalaciones, mientras él cenaba, aunque, todos a su alrededor parecían gallinas ahorcadas.   Comiendo con prisa.    Ella,  miraba a las personas pasar a marcha rápida por la acera.    El gran ventanal daba hacia la calle, tenia una gran vista.    

     __Tengo que encontrar una solución.   No puedo seguir ocultandome. 

     Hablo pausadamente, cuando de la nada, sobre la carretera un par de Mercedes polarizados se estacionaban frente al McDonald's  en el cual, se encontraban.   Frunció el ceño y dejo salir un gran suspiro, pensando que Rey, la había localizado.    

     Pero todo cambio, cuando una motocicleta Kawasaki ninja W175 aparco frente al ventanal en el cual se encontraba ella.     Era el mismo chico que se topo en el aeropuerto, el mismo que cantaba en el karaoke.   Solo que esta vez, se miraba un tanto diferente.   Su cabello corto lo hacia resaltar a un mas sus facciones, lo hacia ver mas sofisticado, varonil y porque no decirlo, mas comestible.     Quetzal abrió sus grandes ojos cuando lo miro entrar al lugar y, avanzar hacia donde se encontraba, se removió en su asiento y carraspeo un poco. 

     Sus mejillas adquirieron un ligero color rosado y sus orejas estaban mas rojas que una fresa.    Su corazón empezó a latir frenéticamente, como si todo su cuerpo tuviera un corazón propio, a cada paso que avanzaba hacia ella, mas latía su corazón.     Al llegar, quito las gafas de su rostro, mostrando esos ojos verdes que tanto le llamaban la atención a Quetzal.    Dejo salir un gemido ahogado cuando tomo asiento al lado de ella, sus grandes piernas tomaban todo el espacio.   Su pierna tocaba la de ella y, no sabia como reaccionar ante tal acontecimiento. 




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