Good Morning Mr. Cillian

19.

Quetzal Sallow

 

 

     Cuando abrió sus ojos, todo se encontraba en total silencio.   Era como si hubieran apagado todos los sonidos del lugar.

     La habitación, era un completo caos.    A pesar de no tener suficientes muebles, había claramente indicios de que alguien, se encontraba presente en esos momentos.

     Se levanto lentamente llevando la mano a su rostro, tratando de esconderse un poco.    Busco al lado en su cama, palpando con su mano pero, solo encontró una almohada y la sabana hecha bola.

     Dejo salir un suspiro.    No podía creer lo que había pasado con él.

     __Mierda.  ¿Qué he hecho?

     De un salto se puso de pie y, busco la ropa por el suelo de la habitación.    La encontró arrugada y,  las bragas, las encontró destrozadas. Dejo salir un suspiro lastimero  

     El ruido detrás de la  puerta del baño la hizo entrar en pánico.

     Detrás de la puerta se encontraba Cillian, terminado de tomar un baño.    No había querido despertar a Quetzal, se miraba maravillosa dormida con esa gran calidez que, no posee.   

     Tenia una toalla en la cintura y con otra secaba su cabello rebelde.    Llego hasta donde Quetzal se encontraba y, le sonrío como un niño al cual, le han entregado una paleta de caramelo.    Quetzal retrocedió un par de pasos brevemente agitada,  pero, muy en el fondo sabía que, también ella lo había disfrutado de maravilla.   Y para muestra de ello, su entre pierna palpitante y dolorida era la prueba ferviente de lo que había sucedido. 

     _¿Te vas tan rápido?    aun no he preparado el desayuno.

      Había logrado ponerse el pantalón, sin embargo, no estaba completamente abrochado, el ziper y el botón estaban sueltos.

     __Me tengo que ir.

     Su voz sonó rasposa y grave.    Tenia unos breves minutos que había despertado de su largo sueño.    Carraspeo varias veces, mas no dijo absolutamente nada.

     _No te puedes ir, Quetzal.    ¿Tienes alguna idea de lo mucho que me pones cuando estas de esa manera?   

     Poco a poco se acerco hasta ella, rodeo su cintura con sus grandes manos.    Quetzal dio un brinco en su lugar al sentir sus manos frías y con algunos callos.     Se estremeció de pies a cabeza.    Cillian bajo sus manos hasta posarlas sobre su culo y, lo apretó mandando claramente el mensaje.

    Se quedaron unos cuantos minutos de esa manera, mirándose a los ojos.   Era algo tan intimo que, ambos sabían que tarde o temprano despertarían eso que tanto anhelan.   Aunque aun no saben lo que es o, no quieren darse cuenta.

    __Vamos corazón mío.   Te alimentare y hablaremos..... de nosotros.

     Tenían que hablar de lo que sucedía con ambos.    No podían seguir evadiendo esa pequeña chispa que esta emergiendo en ambos.    

     La tomo de la mano y la arrastro rumbo a una cocina improvisada.    Con toda delicadeza la acomodo sobre un banquillo cerca de la encimera de la cocina y, antes de empezar a preparar todo, dejo un leve beso en la mejilla, seguido besando sus párpados .    Quetzal llevo una de sus manos hacia el pecho hecha puño y la dejo ahí, sintiendo los golpes de su corazón ante ese pequeño detalle.

     _Basta.... por favor..... tienes que parar.     No me gusta lo que haces, no me gusta lo que le provocas a mi corazón, no me gusta lo que estas provocando en mi. 

     __Eres perfecta mi corazón.   Eres el sueño que todo hombre debería tener.

     Quetzal sintió un leve cosquilleo en su estomago, no sabía si eran las mariposas que aparecen cuando alguien llama tu atención o, simplemente , nerviosismo.    

     _No finjas, por favor.

     Levanto una ceja ante sus palabras.

     __Jamás lo haría.   Siempre he hablado con la verdad.

     Clavo su mirada en ella y, Quetzal adquirió un leve sonrojo debido a ese pequeño detalle.

     _Dime una cosa    ¿Qué es lo que quieres de mi?   

     __Todo.   Me estoy volviendo adicto a ti.   Y no me gusta , tengo..... miedo.

     Eso llamo la atención de ella y le dio una mirada curiosa para luego sonreír como una niña.    Ante eso, Cillian se alejo de ella y se fue directo a la pequeña hornilla eléctrica.    Al lado tenia una caja de huevo, tocino, y harina para pacakes.    El café tendría que esperar.

     _Cuando un hombre te trata bien, muchas veces lo asocian con..... ser gay.    Pero tú, cocinas, me tratas bien,  pero,  ¿Por cuanto tiempo?

     Quetzal sonrío medio divertida y dolorida a la vez.   Con los ojos llenos de agua le hizo esa pregunta a Cillian.    

     __Por siempre Corazón, por siempre.

     Le entrego el desayuno en un plato desechable y, al ponerlo frente a ella, la tomo por el mentón.

     __Te rompieron el corazón en mil pedazos.    Yo me encargare de hacer uno nuevo.   

     _¿Estas seguro?

     __Totalmente seguro.    Buenos días señorita Sallow.

    Quetzal dejo salir una pequeña sonrisa y contesto de la misma manera. 

     _Good Morning, Mrs. Cillian.

     __Good Morning Beautiful.     




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