Good Morning Mr. Cillian

21.

Quetzal Sallow

 

     El sol, estaba presente en ese óleo azulado que se hace llamar cielo.    A pesar de que estaba ahí, iluminando todo, dando la bienvenida a un nuevo día, el aire fresco y un tanto frío inundaba por completo sus pulmones de aire.

     Tal parece que quiere llover, ese olor que desprende el aire es tan diferente al que suele haber la mayor parte del tiempo.   El smog de los autos, la contaminación, el olor a podredumbre..... todo estaba presente.    Pero Quetzal, mando todo eso hasta lo mas alejado de su cerebro.     

     Siguió corriendo como si algún familiar estuviera internado en un hospital.     Pero, a pesar de estar realizando esa osadía, por dentro sentía una gran felicidad.    Huir de alguien, como si fuera una adolescente era algo que nunca había hecho.   Siempre era ella la que los hacia correr lejos de ella.   Se hacia llamar  "un hombre mas"  nadie estaba a la altura de sus expectativas, a excepción de Nathaniel.    

     Ahora mismo se sentía libre, querida y porque no decirlo..... feliz.

     Su cuerpo sudoroso y pegajoso por el sudor emitido por el maratón la hizo detenerse un poco y, quitar la chamarra pero al hacerlo, eso, la hizo perder el paso y, Cillian, logro atraparla.

     __Eres un galgo, corazón.

     Tenia la respiración errática, estaba a punto de darle un paro respiratorio por la forma en la cual, respiraba.    Un perro cansado sonaba mejor que él.     

     Quetzal empezó a reír de la nada, totalmente divertida por como habían sucedido las cosas.

      _No me pienso disculpar por correr.

     Su cuerpo temblaba por las carcajadas emitidas y Cillian al ver esa faceta en ella, sonrío de la misma manera.    Negando varias veces por haberlo hecho correr, como un adolescente en la clase de educación física.

     Caminaron en silencio, tomados de la mano por la acera como una pareja normal, como si se conocieran de toda la vida.    Quetzal se la paso la mayor parte del tiempo un tanto temerosa y pensativa, pero nunca soltó su mano, al contrario la apretaba, como dándose animó.

     _Estas loco  ¿Estas consciente de ello?

     __Bendita sea la locura.    

     Quetzal sonrió ante su respuesta y de la nada, esa sonrisa se borro de inmediato.    Como si hubiera visto algo o, como si supiera algo.

     _Estoy segura de que no soy la primera persona a la cual, le dices eso.

     El rostro de Cillian se puso un tanto pálido.   Sintió como la sangre abandono ese rostro y, bajo hasta los talones, dejando un leve escalofrío por todo su cuerpo.    Ella tenia razón, no era la primera vez que decía esas palabras.

     _Lo sabía.  Se, cuando alguien miente.

     Cillian abrió su boca un par de veces.    Se sentía como pez fuera del agua.    ¿Qué había hecho?    solo había dicho una sola frase.    Cuando reacciono, sintió una gran opresión en el pecho, como si una gran loza lo estuviera aplastando.

     __No es ver....

     Pero ella, no lo dejo hablar

     _Puedo ver a travez de esos ojos verdes, las ventanas de nuestra alma.    Haz perdido algo y, anhelas encontrarlo de nuevo.    Yo también perdí algo, pero, no estoy interesada en buscar de nuevo.

     __No, mi corazón.   No me digas esas palabras.

     _Deja de fingir un poco.    ¿Cuántas veces me has visto?

     __Las suficientes como para saber que esto que esta creciendo en este corazón, es real.    Es mas que real.

     Quetzal suavizo un poco la mirada y su rostro se dulcifico un poco.    Ella aún se encontraba dolida, resentida por lo sucedido hace un par de días.    Y a pesar de dejarse llevar por lo que sucede con ese chico, todavía hay algo que la retiene a seguir haciéndolo. 

     __Dame una sola oportunidad, mi corazón.   Me ganare tú cariño, me ganare tú amor, devoción y, tú alma.    Me haz devuelto a la vida....

     Trago saliva un par de veces, mas no podía hablar, sentía un nudo en la garganta que, por mas que tragara saliva este, no se iba.    

     __Respira...... ¡Quetzal!  ¡Respira!

     No se había dado cuenta de que había dejado de respirar, hasta que sintió las manos frías de Cillas en su rostro, apretando sus mejillas.   Tenia la mirada perdida.    Vagaba en su propio mundo.

     __Te llevare a casa y no saldrás de ahí, hasta que entre en razón.

     La subió sobre su hombro, como anteriormente lo había hecho y, la llevo directo a su habitación.    Si no quería entender por las buenas, él mismo le iba a enseñar de la mejor manera lo que puede llegar a realizar con tal de mantenerla a su lado.

     __Se que sientes algo por mi, corazón.    Pero te niegas a dejarlo salir.     Te daré mas de mil motivos para que te quedes a mi lado.    

     _Tú hermana tenia pequeñas manchas de sangre en sus dedos y uñas.....

     Cillian apretó la mandíbula ante sus palabras mas no contesto absolutamente nada.   Siguió su camino hasta llegar a su piso.   No estaban tan lejos de ahí.   Y no quería meterse en líos tan temprano por culpa de Hannah.   




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