Quetzal Sallow
¿Tensión? era exactamente eso lo que estaba sintiendo en esos precisos momentos. Una tensión absolutamente arrolladora.
Durante la mayor parte de la noche, Quetzal no logro conciliar el sueño en absoluto. Las palabras de Cillian se le habían clavado en lo mas profundo de su corazón y, ahora sentía una ligera opresión en el pecho y, no precisamente era un paro cardiaco, no. Ella sabía a la perfección de que se trataba.
Se levanto despacio moviendo el brazo de Cillian muy lentamente. Dio un par de vueltas en la habitación y, luego regreso a mirar su rostro, sereno, tranquilo y con una ligera barba de crecimiento. Acerco un poco su rostro al de él, aspiro un poco de su olor y, se dio cuenta de que, no le molestaba en absoluto, al contrario, era totalmente adictivo.
Se sentía un tanto agobiada, temerosa y un tanto resentida.
Había logrado escapar de aquello que la había lastimado por completo pero, ahora, ahí estaba ella, dejándose llevar como una adolescente.
__Me vas a comer con la mirada.
Sin darse cuenta, Cillian tenia los ojos abiertos, clavados en el rostro de Quetzal, quien, no se había percatado en absoluto que había despertado.
Estaba tan metida en sus propios pensamientos que no se dio cuenta.... Un rubor cubrió por completo el rostro de ella.
_Me tengo que ir.
Fue lo único que se le ocurrió decir ante ello. Se alejo rápidamente de él y, se vistió de inmediato.
Por otra parte, Cillian tenia una sonrisa enorme en ese rostro. La observaba todo el tiempo, como si no quisiera perder cada detalle de ella.
Cillian ya no sabía como comportarse con ella. Algunas veces parecía un niño de kinder y, otras veces, un adolescente.
__¿Agobiada?
_Un poco
Cillian dejo salir un suspiro y, se puso de pie. Camino hasta llegar a ella y, enredo sus brazos alrededor de su cintura.
__No lo estés. Te harás mas vieja. Frunces el ceño cada cierto tiempo.
_¿Y a ti que te im.......
La puso frente a él, en un santiamen que, Quetzal no se dio cuenta de ello, hasta que Cillian succionaba su pezón con tanto fervor.
Quetzal se retorció de dolor y al mismo tiempo de placer. Arqueo su espalda hacia atrás, dando un poco mas de acceso, Cillian aprovecho al máximo esa oportunidad que le brinda. Enterró su rostro en medio de sus senos y dejo salir una pequeña risa.
__Tienes una piel adictiva, mi corazón. Me siento embriagado de ti y, mi cuerpo pide liberación. Me pide a gritos descomunales que te regrese al centro de mi cama y te haga de nuevo mía.
Me he dado cuenta de muchas cosas en este tiempo que he estado detrás de ti. Tienes un genio de los mil demonios mi corazón, pero fuera de eso, estas hecha para mi, por completo.
_Quizá tenga razón, pero, también deberías saber que, no voy a dejar que hagas lo que quieras conmigo. No soy una mujerzuela.
__No lo eres.
Quetzal pudo notar a la perfección en esas palabras que, lo que decía era verdad. Cuanto mas cerca se encuentra de Cillian, mas le cuesta alejarse por completo de él.
__Tengo..... nieve de chocolate. ¿Quieres un poco?
Quetzal clava la mirada un tanto borrosa pero, no dice absolutamente nada. Solo hace un pequeño movimiento de cabeza, aceptando.
__Tendrás que desnudarte por completo. De nuevo. Me gusta comer nieve de una forma..... diferente.