Good Morning Mr. Cillian

26

Quetzal Sallow

 

 

     Creo que fue mucho lo que se dijo.   No se lo pensó mas de dos veces, no hubo ni un solo titubeo por parte de Cillian en el preciso momento en el cual ella menciono las Vegas, sin embargo, algo dentro de él se removió desde lo mas profundo.    Algo que pensó que había desaparecido, regreso de un solo golpe.

     Las Vegas, el lugar al que dijo que no regresaría por lo que le restaba de vida.     

     Ahora, un poco mas tranquilo pero, para nada relajado, arrastro una sola frase con un leve tono dolorido en su voz.

     __No.

     _¿Disculpa?

     __No, no te disculpo.

     Se esta comportando como un maldito mocoso de tres años pero, es la única manera en la que puede defenderse en esos momentos.    Si es lo que se puede llamar  "defender"   Las Vegas es algo fuera del límite y, no es que él haya realizado o vivido algo indebido, es solo que su sola presencia en el lugar, requiere demasiada..... seguridad, por parte del lugar. 

     Cillian sabe a la perfección que no debe de comportarse como un maldito monstruo pero, las Vegas es un lugar que le trae recuerdos un tanto..... innecesario de nuevo a su vida.

     Su rostro muestra una mueca de disgusto al mismo tiempo que en su pecho siente una leve punzada.    Como si el aire le faltara, como si no pudiera respirar.

     Cillian toma una gran bocanada de aire y la toma de la mano, emprendiendo el camino de regreso a su piso, a su habitación.    En estos momentos tiene la gran necesidad de estar dentro de esas cuatro paredes, quiere guardarse dentro de ese lugar.     

      Y como si fuera fiel a su propia promesa, emprende el regreso, dando grandes zancadas, casi corriendo por el lugar. 

     _Me lastimas, suéltame.....

     Un leve sonido lastimero escucha a lo lejos pero lo sacan de su nube de pensamientos y, es entonces cuando se da cuenta de lo que hace.    Tiene a Quetzal tomada fuertemente por la muñeca, sus dedos alrededor de ella son como dos bridas ceñidas.    Mientras sus dedos alrededor de ella emprenden una gran fuerza, la mano de Quetzal se torna un tanto pálida por la falta de circulación en el área.

     _¿Se puede saber que es lo que te pasa?

     Se soltó de un manotazo y, Quetzal sobo su muñeca por encima ya que, tenia un dolor bastante fuerte.     Ademas de las marcas rojas y profundas que se miraban a simple vista.    A pesar de estar guardando el dolor, al final no lo pudo soportar.    

     __Lo siento..... lo siento mucho.

     El nerviosismo de Cillian al darse cuenta de las consecuencias de sus actos y sobre todo al clavar la mirada en la muñeca de ella.    Una muñeca totalmente roja por su agarre mortal.    Como si hubiera olvidado  por completo a quien tenia frente a él.

     Ahora solo se siente el mas patán de todos los hombres del mundo.    Ya no es un chiquillo para dejarse llevar por tonterías.    

     Al final de día, siempre vuelve a ser lo que alguna vez fue.     Un patán, una persona con arranques controladores e impulsos bastantes..... inusuales.

     __¡Mierda!

     Suspiro frustrado, tratando de controlarse poco a poco.

     Quetzal suspiro bastante molesta y se encamino ella misma hacia la habitación que compartió con Cillian.

     _Tienes problemas Cillian, bastantes problemas.   

     Grito Quetzal antes de cerrar la puerta con seguro desde la parte interior de esta.    Dentro de la habitación los pensamientos de Quetzal solo iban a un solo lado, cada uno de ellos la llevaba a donde mismo   ¿Por qué se puso de ese modo? ¿Que carajos oculta?   ¿Qué es lo que sucede?    era mas que consciente de que, todos en algún punto de su vida tienen sus propios secretos.    Ella misma lo sabía, ella misma tenia los suyos, su hermano Rey tenia los suyos, unos muy sucios pero no los sacaba y nunca lo haría, a menos que se viera forzado por la situación.   Y ella, era mas consciente que nunca de el lío en el cual estaba a punto de embarcarse.

     Le gusta, esta consciente de eso.    Le agrada la idea de hurgar en la oscuridad que Cillian muestra algunas veces, muy brevemente.   Puede que se llegue a quemar en el intento pero eso no le iba a quitar la curiosidad de saber que es lo que esconde en esa mente.    Quizá encuentre al depredador que muchas veces ese autocontrol  muestra.    Dicen que el gato murió, pero murió sabiendo.   O eso es lo que dicen. 




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