Cillian Krane
Cillian volvió a mirar de nuevo el reloj imaginario en la pared del lado izquierdo de su piso ¿Como pudo ser tan imbécil? miraba todo el tiempo hacia la puerta de su habitación y, cuando escuchaba un leve sonido proveniente del interior, su mirada iba a todos lados menos a ese lugar. Las manos le sudaban tanto o peor como a un adolescente. Ahora como carajos arreglaba lo que él misma había echado a perder en el menor del tiempo. Se tallo la cara con ambas manos y soltó unas palabras nada amables de su boca.
__¡Maldita sea! eres un pendejo Cillian, sí, eso es lo que eres.
Su paciencia estaba a punto de desbordarse por completo cuando, de nueva cuenta volvió a escuchar un sonido dentro de la habitación, esta vez, fue como si un jarrón de vidrio se hubiera estrellado, pero, no había nada de eso dentro del lugar.
Frunció el ceño y de nueva cuenta miro el reloj imaginario en la pared. Durante lo que fue casi una hora o mas bien fueron quince minutos se debatió mentalmente entre tirar la puerta abajo y entrar a la fuerza o simplemente tocar. Y como lo segundo no lo haría porque se estaba acobardando lo suficiente, opto por la primera opción. Necesitaría un milagro para que no le patearan las bolas en cuanto pusiera en pie dentro de la habitación.
Hizo una mueca y dio el primer paso y luego el segundo, hasta llegar a la puerta. Pero en el preciso momento en el cual iba a derrumbar la puerta, esta, se abrió lentamente.
_Me preguntaba ¿Cuando ibas a presentarte? veo que te tomo demasiado tiempo.
Quetzal lo recibió con una gran sonrisa de oreja a oreja, pero esa sonrisa no llegaba a su mirada, era todo lo contrario.
_Pesé que escaparías.... como tantas otras veces lo haz hecho.
Le miro un tanto divertida pero no dijo mas, sería revelar su fuente de información.
_Eres como el diablo Cillian Krane, a momentos puedes estar de uno de los mejores humores, puedes ser jugueton, divertido, carismático y luego te vuelves un demonio. Pero un demonio no puede estar solo en este mundo, alguien le tiene que dar un poco de calor a ese mundo tan cerrado en el que vive ¿No lo crees así?
Cillian la miro con los ojos entrecerrados
__¿Tú solita dedujiste eso?
Quetzal trago saliva en repetidas ocasiones y, por sus adentros se alentaba ella misma a no ceder, a no caer en esa mirada embaucadora y provocadora que tiene Cillian y, que la hace perder un poco la razón .
_Quizá lo mejor es que hablemos un poco cuando te hayas calmado. No creo que sea el mejor momento.
Se acerco y la tomo de la mano y la acaricio con la yema de sus dedos.
__Tranquila. Es mejor que no me evadas.
Quetzal suspiró y lo miró directamente a los ojos. Cillian le sonrío de manera seductora y esta dio un leve respingo, sabía muy bien lo que él estaba haciendo en ese momento.
Y cuando menos lo espero, las palabras de Cillian la dejaron conmocionada.
__Lo siento.
Le susurro al mismo tiempo en que sus brazos rodeaban su cintura y la acercaba poco a poco a su cuerpo.
__Lo siento mucho.
Soy un idiota que no sabe lo que hace, son un imbécil. Pero, me tienes que dar crédito, esta es la primera vez que me disculpo ante alguien mas que no sea..... Hannah.
_¿Qué haces?
Se sentía un tanto acorrala. Estaba casi seguro que tendría que sacarle una disculpa o algo parecido a base de alguna pelea, sin embargo, ahí esta él, junto a ella, pidiendo una disculpa o, lo que se le parece a ello.
__Pero no me casare contigo en la Vegas. Puedes escoger cualquier otro lugar y, aceptare con gusto, pero ese lugar queda descartado.
_Mmmm ¿Estas seguro?
__Por supuesto que sí.
_De acuerdo, Mr. Krane..... bienvenido a mi mundo.