Good Morning Mr. Cillian

29.

Quetzal Sallow

 

 

     __Estas hecha una belleza..... estas espléndida.

     Rey Sallow padre e hijo, admiraban a Quetzal, ambos tenían un brillo inmenso en sus miradas, esos ojos irradiaban..... emoción y felicidad.   Aunque no se encontraban del todo de acuerdo con esa boda fugaz, tampoco se opondrían a ello, Quetzal ya estaba bastante grande para tomar sus propias desiciones, si de nuevo volvía a ser lastimada, entonces ellos mismos tomarías cartas en el asunto y, esta vez, no lo dejarían pasar como con Nathan.

     _Sigo sin tener las mínima fuerza de voluntad para contraer matrimonio con este..... pedazo de tela.

     Su hermano frunció el ceño y clavo si mirada en Quetzal, quien por momentos se encontraba emocionada pero, cuando le daba una ligera mirada a su atuendo, su mirada se volvía un tanto marchita.    Como una flor a la cual, le falta agua. 

     __Si no estas de acuerdo con ese atuendo, no lo hagas.    Se tú misma.    No dejes que te impongan algo que tú no deseas hacer.

     _Solo lo estaba haciendo para verme hermosa en las fotos y, porque Cillian me lo pidió.

     __Si ese imbécil te hace llorar en este día tan especial entonces, no te merece, en absoluto.

     _Rey, hermano.    ¿Si te pido algo, me ayudarías?

      __Sabes que sí, no lo dudes.

     Quetzal dejo salir un suspiro de alivió y, se acerco un poco a Rey y beso su mejilla.    

     _Se muy bien el atuendo que tengo que usar para este día. 

     __Deja a todos impresionados con tú belleza.    

     _Eso haré.    No lo dudes.  Tú tampoco dudes en buscar esa felicidad que dejaste ir..... 

      Camino lejos de su hermano.    Ambos estaban en el pasillo de la mansión Sallow.   Se habían encontrado o, eso había hecho parecer Rey y, su padre.    Sin embargo, no estaba muy segura de ello.    Quetzal entro de nuevo a su habitación y, se fue directo a su ropero, abrió las puertas de este, y apoyo su pie en el borde para poder subir un poco y halar la caja de color crema que estaba al fondo, tenia una ligera capa de polvo.....   

      En el momento en el cual abrió la caja, un traje de tres piezas en color rojo cereza, le dio la bienvenida.   Una cadena trenzada triple negra en color con un ligero toque plateado salto a la vista.    Quetzal la tomo en sus manos y sonrío con nostalgia.    Era el traje que había comprado en su último viaje a Roma, en una de las grandes tiendas de prestigio que hay en aquellos lados.    Lo acaricio varias veces y la tomo con sus manos unos segundo, para luego, llevarla a sus labios y depositar un beso en esa cadena.

     Quito su vestido, uno con el cual no se encontraba para nada cómoda y, lo aventó lejos de ella.     Se encamino a su cajón cerca de su cama y tomo un tanga diminuto a juego con el color del traje y se lo puso,  tenia unas ligeras cuentas a sus caderas que era lo que sostenían la pequeña tela que cubría el frente.    Tomo el sostén y lo coloco en sus pechos,  dando paso seguido a la ropa.    El maquillaje era totalmente natural, solamente resaltando un poco la mirada con una pequeña línea de agua, rasgando un poco la mirada y profundizando.

 

     Una vez todo listo con ella, se dio una última mirada al espejo y sonrío con nostalgia y un poco de cariño.    Hace menos de dos meses estuvo a punto de casarse y, todo se fue a la mierda.    Ahora, se encuentra de nuevo en la misma posición solo que, esta vez, se esta dejando llevar un poco y,  a decir verdad, lo esta disfrutando como nunca.

      Salió de la habitación, cerrando la puerta muy despacio, como si no quisiera que nadie la escuchara.    Camino a paso lento hasta llegar a las escaleras.....

     __Felicidades.....

     Escucho una voz a espaldas de ella y, paro de inmediato su andar, miro por encima de su hombro y levanto una ceja al ver quien era.

     __¿No te alegra verme?

     Se acerco un poco mientras preguntaba y coloco ambas manos sobre los hombros de Quetzal, para luego besar su mejilla.

     Quetzal parpadeo un par de veces.    Aclaro su garganta un par de veces antes de hablar.

     _¿Qué haces aquí?

     Susurro ella,  ese beso en la mejilla, le había dejado una leve sensación de frialdad, unos labios fríos como el hielo se habían posado en ellos.  En otro momento ese beso la hubiera hecho sentir en la gloria, la hubiese hecho sentir en el cielo, flotando sobre las nubes blancas que muchas veces forman ligeras formas.....

     __Después de lo que te hice, no creí que tuviera los pantalones de presentarme frente a ti.   Sin embargo creo que estuve un tanto equivocado.

     _Tienes toda la razón.

      Finalmente Quetzal se da la vuelta para quedar frente a Nathaniel quien viste unos ligeros pantaloncillos cortos  cargo de verano y una camisa blanca de manga larga casual de cuello barco, la cual tenia arremangada ligeramente hasta los codos.

     __La tengo.    Claro que sí.     Aun no se como pedir disculpas por lo que te hice.   Y creeme un poco cuando digo que no se hacerlo pero.....  te pido perdón por lo que te hice, me deje llevar.   Me gustaría decir que, tú prima me embauco, pero, sería mentir de nuevo y, ya no deseo hacerlo.    Quiero comenzar de nuevo, quiero empezar de cero, y para hacerlo, necesito estar bien conmigo mismo, necesito pedir perdón, necesito que..... Necesito tú perdón.

     _No es culpa tuya el no haberme amado.   De lo que si eres culpable es, de haberme hecho creer que me amabas mientras jugabas conmigo a mis espaldas.   Ambos jugaron.   Ambos merecen un ligero castigo por eso. 

     __Soy un ser despreciable, lo se.

     _Estoy de acuerdo contigo Nathan.   Pero he de comenzar una vida nueva con alguien que me hace sentir viva, con alguien que me hace sentir un fuego desde lo mas profundo de mis entrañas.   




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