Good Morning Mr. Cillian

30.

 

Quetzal Sallow

 

     __¿Te encuentras bien?

     Cillian poso el brazo en su cintura y la condujo a una de las sillas de cuero frente al escritorio.

     _¿No deberías respirar un poco?

     Le regalo una media sonrisa y, eso fue lo que hizo que Quetzal soltara todo el aire que llevaba reteniendo desde el momento en el cual bajo por las escaleras, dejando atrás un pasado que había hecho acto de presencia.

     _Esa es mi chica.

     Se puso de pie y poso ambas manos sobre los hombros e ella, dando ligeros masajes para que se relajara un poco.     Quetzal cerro sus ojos y llevo una mano al pecho.

     Frunció un poco el ceño al darse cuenta de un pequeño detalle.    Su corazón late a un ritmo normal, no late frenéticamente.    Como solía suceder meses atrás.    Levanto su rostro y topo con los ojos verdes de Cillian, quien la miraba de forma cálida

     _¿Quieres que te dejemos sola un momento?

     Parpadeo varias veces antes de enfocar bien la mirada.    Su padre y su hermano estaban frente a ella, esperando.

    Quetzal asintió con un movimiento de cabeza en afirmación y, cuando Cillian también se iba alejar, ella tomo sus manos y negó.    Los Reyes salieron dejándolos solos dentro.

     _Estas guapisima

     Lagrimas brotaron de sus ojos, como si hubiera estado mucho tiempo reteniéndolas.   Pero no eran lagrimas fe dolor, al contrario, eran lagrimas de felicidad.

     __Te amo, Cillian Krane.

     _Lo se.

     __¿De verdad?

     Asintió con una gran sonrisa en los labios.

     __Te haz vuelto la persona mas importante  para mi.

     Quetzal alargo su mano y la poso en las mejillas de Cillian.   Se coloco de puntillas y beso sus labios.

     Cillian se estremeció ante ese beso, lleno de sentimientos.   Unos a los cuales, se había negado a sentir durante mucho tiempo.

     __Te amo, Quetzal Sallow.

     Quetzal inspiro profundamente al escuchar de nuevo esas palabras, no se había dando cuenta de, cuanto anhelaba escucharlas decir, desde el preciso momento en el cual Nathan apareció frente a ella.    Una lagrima volvió a escapar de sus ojos.

     __Shhhh.  Arruinaras el maquillaje.

     _Estoy horrible.

     Inspiro varias veces para controlar un poco sus emociones y, cuando finalmente lo logro.   Se alejo un par de pasos de Cillian.   La gran ventana que había dentro del despacho tenia la vista justo al jardín, el cual estaba ligeramente adornado con alcatraces amarillos y blancos.   Las mesas redondas inundaban el pequeño jardín.    El arco de madera con flores naturales daba el toque final.   Algo sencillo pero con grandes expectativas.    Quetzal sonrió de modo travieso y le dio un guiño a Cillian.

     _¿Estas listo para arruinar tu vida?

      __No puede ser.

     Cillian agacho la mirada y dejando salir una carcajada negó varias veces, antes de echarse a correr hacia ella, tomarla de la cintura y dar varias vueltas en el mismo lugar.

     __Estas loca.

     _Los invitados están llegando poco a poco.

     __Solo estoy esperando a dos personas y una de ellas ya esta aquí.   Falta Hannah.

     _Es verdad.

     Murmuro un tanto pensativa.    La última vez que había sabido algo de ella, estaban en la gran manzana y, ella estaba en una posición bastante..... rara.

     _Dale tiempo, ella vendrá, estoy segura.

     Antes de salir del despacho, reviso el maquillaje.   

     Al llegar al jardín,  los invitados estaban en sus respectivos lugares.   La mayoría eran conocidos de la familia Sallow, y algunas amistades de Quetzal.   Por su parte Cillian, era de pocos amigos.    

     Cillian buscaba a Hannah con la mirada pero esta, no estaba a la vista.

     Dejo salir un gran suspiro y, Quetzal tomo la mano de Cillian, mientras caminaban por el centro del jardín, el cual, tenia ligeras florecillas rosas.    Apretó su mano e hizo que la mirara al rostro.

    _Ella vendrá.

     La ceremonia es corta pero emotiva.   Ambos se dieron el Sí, delante de las personas que son importantes para ellos.   Al terminar.   Sellaron su amor con un beso que decía mucho pero a la misma vez, te hacia sentir mariposas ajenas en el estomago. 

     El corazón de ambos latía con demasiada intensidad, como si se hubieran subido a una montaña rusa y no pudieran bajar de ella por voluntad propia.    Todos levantaron sus copas y brindaron por los novios.    Cuando estaban dando el sorbo, una figura apareció en sus campos de visión.   

     __Hannah.

     Cillian murmuró.    Quetzal busco con la mirada hasta encontrarla, levanto sus cejas y sonrió de medio lado.

     _El mundo quiere arder este día.

     Camino despacio hasta llegar frente a ella y la escaneo de pies a cabeza.

     _Estas hecha todo un majar, cuñada.

     Hannah sonrió como el gato de Alicia y abrazo a Quetzal.    

     _¿Por qué te tomo tanto tiempo llegar?     ¿Y vestida de esa forma?

     Hannah dio una vuelta en el mismo lugar, modelando su atuendo a Quetzal, quien aplaudió en aprobación.

     _Hazlo sufrir.    Hazlo pagar caro todo lo que hizo.

     Hannah asintió con un movimiento de cabeza.     Le había tomado toda una eternidad tomar la decisión de asistir o no asistir este gran día para su hermano.

     Al final había optado por asistir.    Por lo que había tomado una falda en tubo de piel negra, con una abertura en la parte trasera que llega a la media pierna, un corpiño corset lila con incrustaciones en cristales por todo el frente y el push up debajo de el, le hacían ver unos grandes y redondos senos, el cabello recogido en media coleta y unas zapatillas negras clásicas de tacón de aguja, el maquillaje impecable, en tonos neutros, pero resaltando la mirada.




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