Ahora dejas de ver mosquitos ,
sólo hay duendes en la mesa
¿y en el aire?
Dejaste de sentir tus pies ,
más bien ignoras tu cuerpo ,
miras con desconfianza una guayaba
que crece en una mata de mangos
porque la botella de acaba
y llega el último trago .
Piensa en como todos los recuerdo
de una generación
de caben en un hueco
y el hueco en la cartera ;
en como los zapatos rotos
sólo la importan al gato que huele
aturdido los cayos de los pies .
Hora de otro último trago
(este si es el último)