Gotita de luna

Capítulo 4

Ita: Marí—a… -trataba de moverse para quitar las manos del obispo, pero era inútil. Y no podía utilizar su gran fuerza ya que el miedo la invadía.-

 

Hasta que de la espalda de la niña salían “tentáculos” negros atravezando primero al obispo, que estaba detrás de ella, y después se dirigían hacia la monja, atravezandole el abdomen y pecho de esta. 

Ya que le había quitado la vida a ambos, los “tentáculos” lanzaba los cadáveres como si no fueran basura

 

Ita: Gra…Gracia… -decía la niña tomando aire y volteado a ver si no venía nadie más- Eso fue Épico!!! María! Gracias~ -decía la niña súper feliz, pues no sabía que María podía hacer eso, y menos que podía matar gente, pues la mujer era invisible para el ojo humano-

 

María: No dejaré que te pase nada mi niña, así qué… -la mujer comenzaba adherirse al cuerpo de la niña, haciéndole un traje de pies a cabeza, de varias vendas alrededor del cuerpo de la niña. Las vendas eran negras y hechas del largo cabello de María, pues los “tentáculos” también eran cabello de María, que lo utiliza como escudo o arma dependiendo la situación- …déjame protegerte siendo tu armadura y tu segunda arma, acabemos con todos en este lugar, juntas. 

 

Ita: -conmovida por las palabras de María, asentía con una sonrisa cálida, pero inmediatamente trataba de volver a no sentir ninguna emoción- Está bien, sigamos con el plan 

 

Primero Ita se iba a la gran cocina que tenía varias estufas, las encendía sin la llama para que así solo saliera el gas. 

Después se iban a la biblioteca y zonas de estudio para comenzar a encender fuego ahí.

Y mientras que el edificio comenzaba a incendiarse, ella iba por sus presas. 

 

Así fue como Ita comenzó a masacrar casi todo el orfanato. 

Encerró a todos los niños en sus habitaciones, para que no pudieran escapar por más que intentaran, pues el plan era que ellos murieran por el incendio lentamente mientras que Ita estaba ocupada ya sea buscando o peleando con sus víctimas ya que la pequeña tenía la fuerza de dos boxeadores y podía defenderse a puño limpio. Solo que no lo había descubierto por que nunca intentó ser antes agresiva. 

 

Todos estaban pagando las consecuencias, pues todos en el orfanato sabían lo que le hacían a Ita y nadie dijo ni hacía nada para ayudar. 

A los niños les gustaba y les divertía ver como regañaban a Ita, por eso la metían en problemas al propósitos o mentían que ella había hecho algo malo para que le pegaran.

 

Al finalizar la niña se salía del lugar para apreciar cómo se incendiaba el lugar, ya con una paz en su cabeza.

 

María: Ya sientes paz? –decía mientras que volvía a su forma monstruo de larga cabellera y abrazaba a Ita por atrás orgullosa de la pequeña–

 

Ita: Sí, y mucha. Gracias María~ –Feliz por lo que había pasado, dejaba que María la abrazara, pues se sentía cálido en su corazón. Sin saber que estaban siendo observada por tres hombres que ni María podía ver.-

 

 

Esos hombres estaban del otro lado de la calle apreciando aquel espectáculo

 

Astaroth: Mi futura esposa si que tiene agallas -decía a carcajadas.-

El hombre más alto, 189,8 cm, de tes y cabello blanco como la nieve, ojos azul celestes. de los tres es el que mas elegante vestía, con frac negro (o conocido vulgarmente como traje de pingüino) y reloj de bolsillo- 

 

Azazel: Tu futura esposa? -decía de manera inocente y confundido-

El chico medía 167,6 cm, cabello completamente rojo, pecas en sus mejillas y nariz. ojos de un verde esmeralda y el venía vestido como si viniera de la playa, camisa manga corta de botones blanca, short de vestir azul marino y zapatos casuales- 

 

Astaroth: Sí, mi futura esposa, o que no te gustaría decirle suegro a nuestro jefe? -decía malicioso y con una sonrisa picarona-

 

Azazel: Ooh, ya entendí!! Sí!! Mi suegrito! Y que me trate mejor y ser futuro rey! -decía de manera inocente y alegre, pues el chico se miraba de unos 17 o 19 años- 

 

Astaroth: ¿Y tú qué dices? enano -se acercaba a Belzebú, quién sacó a Itayetzi de la tina para que no se ahogara y se la dejó a María- También pelearas por la mano de la futura heredera? Solo mirala~ -suspiraba “enamorado” y recargaba su brazo en la cabeza de Belzebú, pues Bel media 178,6cm. Aunque Azazel fuera el más pequeño, a Astaroth solo le gustaba burlarse de Bel- su primera travesura. No es encantadora? Además sabemos que eres la mano derecha y el favorito del jefe. Pero no te cansas de ser solo una perra? Imagínate ser de su familia, que él ahora te sirva a ti! ¿No te gustaría eso? -decía de la manera más manipuladora y malicioso- 

 

Bel no es de muchas palabras en realidad

No le molestaba que le dijeran enano ni que Astaroth se recargara en él. 

Y este siempre vestía igual, día y noche siempre lleva lo mismo puesto. 

Camisa de manga larga y cuello de tortuga negra, pantalón negro de vestir, zapatos negros de vestir y un saco largo negro. 

Solo que esta vez ya no tenía sus orejas ni dientes puntiagudos y Escleras sus ya eran blancas como una persona normal, y sus iris eran doradas con pupilas negras. teniendo una apariencia más humanizada. 

Y sin decir nada, solo apreciaba las llamas del orfanato que iluminaban la fría noche  

 

Lo que nadie se esperaba era la repentina aparición de un vecino divino que fue alertado del suceso del orfanato y fue rápidamente a ver el caos. 

Este no podía ver a los tres hombres, pero si podía ver a la niña y a la aterradora alma de gran boca y cabello largo que estaba abrazándola

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