—Pues, no te sientas tan importante porque te estoy diciendo que no fue por ti.
Se inclina sobre la mesa apoyando los codos mientras me mira fijamente, me está retando pero no quiero darle el gusto y no quiero seguir mirándolo a los ojos porque despierta ciertas cosas en mi.
—Claro. Si lo confiesas te aseguro que gano la próxima carrera.
—No me puedes asegurar eso —digo buscando una salida.
—Sí que puedo, no gané sólo porque no quería darte una victoria.
—Mentira, tu mismo dijiste que fue porque era difícil la recuperación en las curvas y lo noté —debato y él se encoge de hombros, luego de hacer una mueca de desinterés—. Espera ¿Qué significa eso?
—Nada. Voy con Jake.
—No, espera ven acá —me hace una seña de despedida con la mano—. Cobarde.
Suelta una carcajada y se voltea para mirarme y claramente me desafía ¿A qué? No lo sé. Suena mi celular y miro la pantalla preocupada porque se trata de mi tía, ella jamás me llama.
—¿Hola?
—Marion Marena Di Vaio.
—Tía, sabes que odio ese nombre.
—E merda! Puoi dirmi cosa significano quelle foto che ti hanno fatto con Massimiliano? Lui ha un ordine restrittivo e tu hai le guardie del corpo. Perché si è avvicinato a te? Non vedi che si sta approfittando di te di nuovo? Torniamo a quando avevi 16 anni? Ti ricordo che hai già 25 e più responsabilità. Marion Marena, che il cognome Di Vaio ha peso, lo sai che non l'ho cambiato anche se mi sono sposata. Dammi una buona spiegazione.
—Si me dejaras hablar y escucharas, sería más fácil.
—Bueno, te escucho.
—Gracias. Primero, acá no se cumple lo de la orden y acepté hablar con él para cerrar una etapa, se quiso disculpar y admitió sus errores. Ahora se va a casar. Entonces, que me haya buscado se lo agradezco, porque por fin he cerrado una etapa de mi vida, aunque pensándolo bien, él lo hizo por mi. Eso es todo.
—Mierda, me había asustado. Por cierto ¡Felicitaciones! La carrera estuvo muy buena, la segunda y tercera posición igual son buenas.
—Gracias. La verdad es que podrían haber sido primero y segundo si Red Bull no compitiera —Max ríe al escucharme, ha llegado a la piscina también.
—Sabotaje no suena mal.
—Tía —riño riendo—. Gracias por llamar ¿Sabías que cuando hablas en italiano es muy divertido porque hablas más rápido que cuando hablas en inglés?
—Mis traidores hijos siempre se burlan de eso.
—Tus hijos son los mejores.
—Ya verás cuando tengas hijos.
—Adiós tía, nos vemos cuando tenga tiempo. Te amo.
Corto la llamada y Max se acerca a saludarme, se sienta frente a mí y charlamos un rato, es interesante poder hablar con la competencia, porque seremos rivales, pero no enemigos; Al menos eso decía papá y a veces lo suelo recordar, a veces.
—Drake Martin, buena carrera, Jake Cretton espero sean dignos oponentes —se saludan y también llega Jake con mi asistente 4.
—Eso espero, siempre y cuando aquí la jefa tenga buenas ideas —me señala y todos me miran, desvío la cara para ocultarme.
—¿La culpas a ella de no haber ganado la posición? —pregunta Max realmente asombrado.
—Es un juego entre nosotros —señalo mirando a Drake con los ojos entrecerrados ¿Qué es lo que quiere conseguir?
—Bueno. Por cierto, tengo que ir a cenar. Gusto en verlos —Max se despide y mi asistente me mira temerosa.
—¿Qué pasa? —le pregunto luego de que Max se marchara.
—Es que la asistente 5 me ha dicho que tus redes sociales son un caos, que por lo menos le envies un mensaje para charlar sobre el contenido.
—Dile que yo me voy a preocupar de mis redes sociales durante cada carrera.
—Okey. Por cierto, Bulgari pidió si es que los podrías mencionar cada que uses alguna de sus piezas.
—Por eso no quería decir nada, ahora por todo me van a pedir que haga publicidad. Respirar y publicitar que estoy viva —suspiro con pesadez y hago un falso lloriqueo, los chicos se ríen disimuladamente.
—¿Eso qué significa?
—Siempre y cuando sean prendas de temporada actual —cedo.
—Está bien. Por cierto, tu abuela ha llamado y dijo que tenías que viajar con el guardaespaldas como chofer, que lo contrataron para que vaya contigo y no te deje sola.
—Están locas —musito queriendo ahorcarlas, las amo, pero no me quitarán lo que amo.
—¿Qué les digo?
—Las voy a llamar a la noche.
Con esto mi mal humor empeora, de sobremanera. Muerdo mi labio inferior y miro a mis pilotos que se molestan a la orilla de la piscina con otros pilotos de fórmula 1. Miro al rubio Australiano y me pregunto qué es lo que provoca que mi mente se convierta en un maldito torbellino.
—No sé si sea capaz de viajar a todos los GP —musito para mi misma—. Por mi salud mental, no tengo que viajar.
—¿Entonces? —miro a Drake llegar quitándose la camiseta mojada y miro más allá de él a Jake y Yuki en el mismo estado.
—¿Qué les pasó?
—Un pequeño salto al agua nada más —por hablar conmigo misma me perdí ese momento, debió haber sido épico—. ¿Entonces?
—¿Qué?
—¿Fue por mi?
Muerdo mi labio tratando de no volverme loca,
—¿Tanto te perturba que quieres saberlo?
—Me gusta saber que causo algo en las personas —entrecierra los ojos y se ve muy guapo sonriendo
—Claramente que me desagrades debes atribuirlo en tu cuenta.
—A veces genero cosas positivas y en otras negativas, no soy de todos los gustos, tampoco es que sea perfecto.
—Claro —susurro obviando.
—¿Y sí?
—Le diré a Mike que me avise si ganas el próximo GP —digo suspirando y me levanto de la silla.
—¿Eso es un sí? ¿Cambiaste de look por lo que dije?
—Ya lo venía pensando.
Le giño un ojo y me giro viendo su cara de un evidente shock, parece que no me cree tan valiente y yo quiero creer que lo soy. Aunque a medias, porque si bien admití lo de que su comentario si generó una espina que me empujó a tomar una decisión drástica en cuanto a mi cabello, tambien pasa que estoy huyendo de él y de sus comentarios, lo peor es que no es sólo ahora, es que también me voy a obligar a no asistir al próximo destino de la F1.