Gp Amore

Capítulo 10

Así que así estamos, por primera vez luego de demasiados años viajo en el asiento de copiloto de mi propio auto, me duele la cabeza y me mareo cada un minuto. 

—Tienes que ir al Doctor —insiste y yo niego tapándome la cara con las manos.

—No es nada, lo juro, sólo necesito descansar.

—Claro.

No se cuanto pasa pero pronto noto que no estamos ni cerca de ir camino a la dirección que le he señalado, lo miro y sigue como si nada pendiente a su celular, por suerte confié mi vida en sus manos, ahora veo que no le interesa ni un poco nuestra integridad.

—Tranquila, estamos en rojo —vuelvo a ver  por la ventana y tiene razón, no nos estamos moviendo.

—¿Dónde me llevas?

—Aquí, a la vuelta de la esquina —frunzo el ceño y pronto veo el lugar donde me lleva.

—No sé en que estaba cuando te pasé las llaves.

—Yo sé, estabas inconsciente —dice apagando el auto y bajando.

Me ayuda a salir del auto y aunque quiero caminar sin su ayuda no puedo asi que tengo que tolerar que su brazo rodee mi cintura, la verdad es que nuestra diferencia de altura no ayuda mucho pero no hay de otra. A pesar de que no quiero, entramos a urgencias y me deja en una silla mientras él se acerca al mostrador con mis documentos.

Bostezo y siento que la cabeza me da vueltas, vuelvo a enfocarlo y está charlando con un chico que mira en mi dirección asiente y hablan un poco más antes de que el rubio vuelva a mi lado. Se sienta y me tiende mis cosas.

—Dijeron que nos van a llamar dentro de unos quince minutos porque están todos los doctores ocupados.

—Por eso no quería venir —señalo aunque no es cierto.

—Da igual, quince minutos no son nada.

—Quince minutos es una eternidad —me quejo y le escribo a mi asistente cuatro donde estoy para que no se preocupe y le diga a las demás. 

Comienzo a revisar instagram y sobretodo mi perfil que rara vez visito, la verdad es que nunca estoy pendiente de publicaciones ni nada pues para eso está cinco y yo sólo lo utilizo para dar likes o comentar algunas cosas, tambien comparto historias a lo largo de mi día porque así me pidieron que haga, sólo me gusta compartirlas cuando estoy en alguna carrera. 

—Marion Di Vaio —suspiro pesado por oír mi nombre, me levanto con ayuda de Drake y vamos a donde el doctor llamó.

Entramos a una sala que no es pequeña como imaginaba, pero la verdad es que nunca vengo a estos sitios, así que no tenía algo de referencia para imaginar. Me siento y el doctor nos ve a ambos, Drake me pica las costillas y entiendo que tengo que hablar.

—He tenido algunos mareos en estos días, lo normal asociado a mi estrés y tengo dolores de cabeza repentinos también.

—Bien, a ver —me toma la temperatura corporal y también busca eso para tomar la presión—. Levantate y camina por aquí.

Hago lo que pide y sigo la linea blanca esperando no caer, sonrío cuando lo logro, me pasa una pelota de tenis y me indica que hacer, por desgracia esta vez no me va bien y me mareo al tercer lanzamiento, aunque Drake me sostiene el Doctor me señala hacer otra cosa más antes de dejar que me siente.

—Vamos a hacer exámenes de sangre si no te molesta porque la última vez que viniste a hacerte un chequeo fue hace como dos años.

—Te odio —mascullo al chico a mi lado.

—Si claro, vete si quieres —señala sonriendo, sabe que así de mareada como me encuentro ahora mismo no puedo hacer nada.

Nos dejan solos en la sala por unos minutos hasta que llega una chica con todo lo necesario para extraerme sangre. Miro la aguja perforar mi piel y la sangre comienza a salir fácilmente, me encanta ver el proceso pero tal parece que a Drake no porque se ha girado para no ver.

—Mientras los resultados no estén te vamos a poner suero con algún medicamento para que paren los mareos y dolor de cabeza, además de que aquí dice que tu presión está alta.

La chica suena tan inocente que se me hace fácil cumplir con su palabra, no le llevo la contraria ni me quejo de lo que tiene que hacer. Pronto me encuentro sentada en una camilla con una aguja en brazo conectada a una vía por donde me administrar a saber que cosa.

—¿Estás bien? —consulta Drake sentado en la silla y de brazos cruzados, se ha salido con la suya esta vez.

Llaman a la puerta y es el chico quien va a abrir, pronto veo a mi ginecólogo de confianza y frunzo el ceño confundida.

—Hola Marion.

—Hola.

—Tenías atención conmigo y cuando revisé tu ficha vi que habías ingresado a urgencias —alumbra a mis ojos con una lamparita y luego se aleja—. ¿Ya te dijeron que tienes?

—No, recién me están atendiendo y me han tomado sangre.

—Está bien ¿Pasa algo con tu anticonceptivo?

—Sí, lo quiero cambiar —mi doctor mira a Drake y me percato de que el idiota sigue aquí—. Drake ¿Puedes salir? prometo que no me voy a escapar.

—Y aunque pudieras no lo harías —debate saliendo con una sonrisa triunfal.

—¿Es tu piloto? ¿El que ganó?

—Sí, casi me caigo y él estaba cerca así que me trajo aunque le pedí que me llevara a mi casa —explico con calma y este teclea algo en el ordenador.

—Estás con las píldoras ¿A cual quieres cambiar? Esa vez dijiste que era por menor impacto de efecto secundario.

—Sí, creo que ahora quiero la inyección, es que no siempre me voy a estar recordando de la cosa esa y no tengo tiempo de sobra.

—Bien ¿Ya dejaste de tomarlas?

—Sí —admito y este suspira frustrado e incluso cansado, se que no he hecho bien pero no debería haberme reñido.

—Cuando sea tu tercer día de menstruación tendrás que venir, da igual si pides hora o no, sólo vienes.

—Bien.

—Entonces en eso quedamos —se levanta y abre la puerta mientras se despide, llama a Drake y se va luego de que el chico volviera a entrar.

El rubio me mira y suspira mientras revisa su celular, de seguro ha de tener que hacer algo más pero está aquí, me recuesto en la camilla y descanso sin cerrar los ojos para evitar los mareos y dolores de cabeza. 




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