Gp Amore

Capítulo 28

Entro a la sala de la reunión trayendo conmigo mis notas que había olvidado en mi oficina, las demás personas me ven como si me hubiese salido un tercer brazo. Algo inusual en mí es estar toda despelucada y corriendo de un lado a otro por haber olvidado, pero sin embargo, me siento con vida, me siento yo haciendo lo que sé hacer, no me muestro para que vean que soy lo que los demás quieren que sea.

—Ahora sí y lamento la tardanza.

—No es tardanza, todo el tiempo nos obligas a estar cinco minutos antes porque te gusta adelantar lo más posible el día —dice un chico mientras revisa su tableta, cuando levanta la cabeza sonrío esperando que diga—. Lo siento, lo pensé en voz alta.

—Lo sé, soy una bruja por querer que todo funcione. Además, les adelanto su hora de salida del trabajo aún cumpliendo con su horario de llegada, si no te gusta mi exigencia para todo el que aquí trabaje, la puerta está abierta —y cómo noto que la he dejado cerrada, yo misma y a paso lento me acerco a abrirla, luego de mirar el suelo miro al chico que abre la boca y ve a todos sin saber qué hacer—. Todo está en el contrato.

—Firmé para tu abuelo.

—Corrección, firmaste para el jefe y esa soy yo —el resto en la habitación miran la mesa o entre ellos, mis dos asistentes presentes niegan para que suelte el tema—. ¿Trabajamos o vas a seguir con tu pataleta de niño pequeño?

—Podemos continuar —dice 4, aún no decido un castigo por su traición de ir con mi novio ayer para que me fuera a casa.

—Sigo —afirma el chico y todos suspiran pesado antes de sentarse con la espalda erguida para verme por la reunión de emergencia que solicité.

—Bien, ayer pensaba —me siento en la silla que me corresponde y sin embargo me muevo de un lado a otro con la atención de todos en mi—, me están pidiendo que me asesore con marcas de diseñador y me quieren prestar joyería para hacerme presente en muchas cosas que no quiero, entonces luego se me ocurrió —me vuelvo a levantar y miro a mis asistentes antes de decir lo más alocado que he pensado a consecuencia de todas las presiones sobre mi—. ¿Qué tal si DiV hace una alianza con alguna joyería o algo así? Tener bisutería de lujo tanto para hombres como para mujeres pero que no lo hagan distribuidores, si no que sean cosas de calidad, diseños propios con diamantes, tal y como lo pensó el primero Di Vaio al hacer su logo. Somos el diamante de la industria automotriz ¿Que tal si trabajamos con eso?

—Con todo respeto ¿Estás loca? —miro a la chica y me suelto el pelo antes de volver a atarlo, me pica la cabeza y puede que sea por las extensiones.

—Mira, no digo que sea algo para siempre o en gran cantidad, podríamos probar como si fueran artículos limitados y exclusivos. Todo el mundo consume de la bisutería, todo el mundo utiliza accesorios —se hace un silencio enorme que me hace dudar de mi idea, pero es que necesito algo propio, innovador.

—Podríamos probar por el aniversario —miro a la chica que lo dice y le doy la razón.

—Pero estamos muy encima de la fecha —señalo viendo el calendario en la pared—. Además tengo que hablarlo con el consejo y buscar a alguien que quiera unirse a esto.

—Ya sé —miro a un chico que nunca había visto antes, hay demasiada gente en este lugar—. Soy pasante, por cierto.

—Ok, dime.

—La temporada de Fórmula 1, van bien. ¿No crees que puedes aprovechar ese empujoncito? A ti te gusta.

—No lo sé —dudo aunque algo dentro de mi me muestra ideas clarísimas de cómo querer cosas—. Tengo que pensar en todo lo que es DiV, no puedo sólo pensar en F1 por más que me guste.

—¿Alguna otra fecha especial? 

—Esto es muy difícil.

—Chicos, tenemos tiempo hasta la junta del próximo mes, esto es algo que quiero y cuento con ustedes ¿Sí? Tal vez se me ocurrió para sacarme de encima a gente que no quiero, pero me gusta —escucho sus risas y me relajo un poco más al saber que me van a ayudar—. Todos ustedes trabajen en esto, son mi grupo ¿Eh?

—Ok —los escucho decir y salgo feliz de la habitación.

Camino por el pasillo pensando en que no me pude poner los tacones más incómodos del mundo justo hoy. Mis asistentes van tras de mí y voy a mi estación de trabajo, el lunes ya recibí una advertencia del directivo porque mi labor es ser jefa, dirigente y dueña de una empresa que tiene relación con el automovilismo, no tengo que ir siendo alguna influencer, modelo o celebridad, y yo, por fin estaba de acuerdo con eso.  

—Tienes que ver la colección de ropa de otoño invierno —dice mi asistente 2 y yo juraría que está loca, pero me recuerdo que en esto no hay descanso y que ya hace dos semanas deberían haberme dado los bocetos.

—Vamos. 

Salimos de donde estamos y camino a paso calmado notando la mirada de todos, me gusta todo esto, lo nuevo, poder sonreír y gozar mi proceso donde al fin soy yo quien tiene el mando sin quedarme en blanco cuando me vengan a chistar, porque soy yo y esto es mío. Llego al atelier y muchos me aplauden, no tengo idea de lo que está pasando, pero pronto noto que es porque las ventas crecieron justo como yo había previsto, nadie había confiado en mí y ahora saber que si logré la meta, es emocionante.

—Se puede —les susurro a mis asistentes—. Necesito que 5 llame a esta chica y hagan más fotos con la ropa, que las difunda por sus redes sociales y que invite a amigas. Le dimos un auto, que saque provecho y busca más que trabajen así como ella. 

—¿Estás segura?

—Ellos difunden, ella tiene dinero y aunque no nos paga, se sabe la de trabajar. Vendemos lujo y ellos saben difundir y mostrar cómo disfrutar el lujo.

—Está bien, pero tienes que buscar a personas más grandes —sonrío recordando que ya tengo a algunos quienes no se van a negar.

—No llames a nadie —digo decidida a lo que voy a hacer, esto va a ser magnífico porque ya lo tengo todo en mente y amanecí tan creativa que nadie me va a cortar las alas, no hoy.




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