Gracias por lastimarme

Capítulo 8

Brooke

Para mi mala suerte, eso fue lo último que dijo Cameron antes de tocar el timbre. Tardé un poco en abrirle porque sino iba a saber que había escuchado su conversación desde la ventana.
Se sorprendió cuando me vio, ya que Claire seguramente no le habrá avisado que yo venía. Ahí me di cuenta que siempre estaba yo en el medio cuando ellos estaban juntos, así que le dije que le avise a Claire que ya me iba. Después, otro día, nos podíamos juntar.

Mientras iba caminando hacia mi casa, no escuchaba a nadie cerca, ni siquiera autos pasando. Eran las cuatro de la tarde y era entendible: a estas horas Oakland no era un pueblo muy habitado. Por parte era peligroso pero casi nunca pasaban cosas por las cuales tener miedo, así que seguí caminando las cinco calles que me faltaban para llegar a mi casa. 
En eso, escuché el motor de un auto acercarse pero igual no me alerté hasta que escuché que ese motor comenzaba a disminuir, como si estuviese frenando. Lo estaba escuchando muy cerca de mí, así que me di vuelta.

-¿Caminando sola por la calle a las 4pm?- escuché que me hablaron desde adentro del vehículo. Si no veía a este chico en mi casa, lo veía en la calle. No puedo creerlo. Más que nada porque hoy si no fuera por mí, no me dirigía la palabra y ahora actuaba como si todo estuviese de maravilla. Era increíble (nótese el sarcasmo).

-¿Vestido así a las 4pm?- respondí frenando del todo y mirando su vestimenta: tenía puesto un traje color gris combinado con una camisa blanca. Debía haber ido a alguna reunión importante con su padre o algo así. Cuando escuchó mi comentario rio levemente preparado para responderme.

-Fui a buscar mi título a la Universidad. No podía ir con otra ropa.- respondió notándose un leve egoísmo en su voz. ¿Fue a buscar su título? ¿Él estaba estudiando? Tenía mucha curiosidad en preguntarle miles de dudas pero no quería parecer interesada así que solo asentí.- ¿Quieres que te lleve?- me ofreció.

Habrán dicho "Brooke seguro no aceptaste porque lo odias", pero se equivocan. Él estaba subido al Audi Rs5 rojo que había visto en la puerta de la casa de Claire y era uno de mis autos favoritos. No perdí oportunidad y acepté que me lleve a mi casa (aunque quedaran pocas calles para llegar)

-¿De qué te recibiste?- le pregunté tratando de no sonar muy interesada una vez que me subí y me coloqué el cinturón de seguridad.

-Ahora mismo estás hablando con el nuevo profesor de Matemática del Instituto Maximilian Repoz.- me sacó mis dudas y sorprendió. ERA UNA DE LAS MEJORES ESCUELAS EN OAKLAND. Y claramente él había podido entrar porque cuando te recibes de profesor en la Universidad pasas directamente a una escuela depende del promedio que tengas. Por lo que veo él tenía un promedio realmente bueno como para asignarle ese instituto.

Seguimos hablando de su carrera y me contó que iba a empezar con las clases en una semana o un poco más. También me preguntó lo que yo estudiaba y en qué Universidad lo hacía. En esos momentos de charla entretenidos, sinceramente, Dylan me cayó súper bien. No era el egocéntrico que coqueteaba con todo lo que tenía patas a cada minuto y parecía un chico muy interesante. 
Aunque, repentinamente, todos esos pensamientos que tenía sobre él se fueron al momento que llegamos a mi casa y vimos un Mclaren 720S en la puerta. Me gustaban mucho estos tipos de autos así que podría reconocerlos en cualquier sitio.

-¿Quieres pasar? Debe estar mi padre en alguna reunión o algo por el estilo.- le dije amablemente sin bajarme del auto aún. Pensé que iba a aceptar pero me llevé una sorpresa cuando negó rotundamente.

-No. Baja, otro día nos veremos, en la próxima cena quizás.- me contestó sin mirarme y observando la puerta de mi casa que se podía ver desde la ventana del acompañante donde estaba yo.

-¿Estás seguro? Aunque me caigas un poco mal no te voy a dar agua envenenada cuando entremos.- lo traté de convencer con la intención de sonar graciosa pero no funcionó. Es decir, no es que estaba desesperada por que bajara pero ya estaba decidida a que iba a tener que hacer un esfuerzo para llevarme bien con él.

-Te dije no, ¿acaso tienes algún problema de audición? Baja del auto.- me volvió a decir y se bajó del auto para acercarse a mi puerta y abrirla, invitándome a bajar de su bellísimo Audi.

-¿Y a ti qué bicho te picó?- me levanté de mi asiento y le hice frente, no iba a permitir que me hablara de esa forma y menos estando en la puerta de mi casa cuando él se ofreció a traerme.- Estábamos bien hace un rato y ahora me tratas como si fueras un taxista al que no le he pagado el viaje.- y ahí fue cuando se rio, pero no con gracia, sino con sarcasmo.

-Siendo de tu parte prefiero no obtener ninguna paga. Lárgate.- me echó y no pude creerlo. Realmente me sentía enojada con este imbécil. ¿Quién es creía que era?- ¡QUE TE LARGUES TE DIGO!- gritó.

No quería sentirme mal. Al contrario, quería estar feliz porque habíamos podido entablar una conversación sin discutir pero sigo sin poder entender por qué reaccionó así cuando tuve que bajar del auto. Claramente luego de esas palabras tan lindas "¡QUE TE LARGUES TE DIGO!", me adentré a mi casa dando un portazo.

Cuando traspasé la puerta, me encontré a mi padre hablando con el señor Riece sobre algo seguramente privado. Me di cuenta de ello porque cuando llegué, se callaron y me saludaron. ¿Habrá actuado de esa forma porque su padre está aquí? De todos modos los saludé a ambos y me dirigí a mi habitación. 

Ahora mismo, luego de un rato desde que llegué, estaba tratando de concentrarme para terminar un informe que tengo que entregar el próximo viernes aunque en cualquier momento me quedaba dormida porque después del día agotador que tuve hoy, no daba más abasto.



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En el texto hay: amor, suspenso y misterio

Editado: 30.03.2020

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