Capítulo 10

Brooke

-Oh, lo siento.- dijo Dylan y de inmediato me soltó el brazo para alejarse de mí.- Estaba llamándote y no me escuchabas. Te estás yendo para la escalera equivocada.- me explicó y apareció una mínima sonrisa en su rostro queriendo demostrar burla. Al instante que pude verla, desapareció. Dylan me miró una vez más y luego comenzó a caminar hacia la otra escalera que había. Esta vez fui yo la que lo jaló del brazo e hice que se diera vuelta. No soportaba esta bipolaridad de su parte.

-¿Puedes decirme qué te pasa conmigo?- le dije cuando me miró fijo a los ojos cinco segundos después de hacerle la pregunta. Eran impresionantes esos ojos verdes y la manera en la que resaltaban muchísimo gracias a su pelo oscuro. Por favor deja de mirarme así. 

-¿Qué me va a pasar?- me respondió y lo miré atónita. Primero me molesta porque le divierte verme enojada y luego me ignora completamente. ¿Acaso es bipolar en serio y nadie me lo dijo?- Nada.- dijo y quiso seguir caminando pero no lo dejé.

-Deja de actuar así.- le dije de la mejor manera posible, cosa que a mí no me salía muy bien.- El otro día estábamos bien yendo a mi casa y apenas frenamos me comenzaste a tratar de la peor manera posible. ¿Por qué?- le pregunté poniendo una mini cara de perrito. Lo hacía inconsientemente. En mi mente estaba siendo una chica fuerte imponiéndole al hijo del jefe de mi padre que me de una explicación. En la vida real era una niña preguntándole a su padre por qué no quiere darle una paleta.

-No quieres saberlo.- me dijo y vi la sinceridad en su mirada. Siento que cualquier cosa que pueda pasarle lo podría saber con la simple acción de mirarlo a los ojos. Definitivamente no me estaba mintiendo. Y no quería mentirle yo a él tampoco, así que ni siquiera medí las palabras que iba a decir.

-Pero me estaba gustando que nos lleváramos bien.- sonreí tratando que me creyera porque estas conversaciones no eran muy comunes entre nosotros. Aunque en realidad habíamos tenido muy pocas conversaciones hasta ahora. ¿Cómo se supone que en tan poco tiempo sienta que lo conozco de toda la vida? ¿Alguna vez les pasó? ¿Ver a alguien, hablar unas pocas palabras y ya sentir que son parte de ese alguien?- Si es por lo que pasó en la casa de Claire, te pido perdón, no sabía lo que estaba haciendo y...- comencé a excusarme pero no me dejó terminar.

-No es por eso.- volvió con su tono frío y amargo que había tenido segundos atrás. A too esto nunca dejó mi mirarme y eso me estaba volviendo loca. Su boca decía algo y su mirada mostraba otra.

-¿Entonces qué es? En serio me agradaba que nos lleváramos medianamente bien.- dije y volví a sonreírle como había hecho antes. En ese momento su expresión cambió, aunque no sé si para bien o para mal. Estaba como debatiendo en su cabeza qué hacer o qué decir.

-No sonrías así, por favor.- me pidió más o menos rogándome. Solo estaba sonriendo y no cambié mi mueca porque no lo entendía. Lo miré confundida y él pareció entenderlo porque me respondió. No me respondió con palabras. Una de sus manos me agarró de la cintura e hizo que mi cuerpo choque contra el suyo pero de forma leve. Ahí fue cuando mis ojos se dirigieron a su boca y los suyos al mismo lugar de mi cuerpo. Ambos queríamos hacer esto pero ninguno lo hacía. Ambos queríamos conectarnos y que no lo admita y me trate mal me pone los pelos de punta.- Pídeme que no lo haga.- me dijo pero lo que menos quería en ese momento era separarme de él. Solo levanté la vista para mirarlo directo a los ojos sin decir ni una palabra, mientras que los suyos se turnaban entre observar mis labios y luego mis ojos. No estuve consciente de mi compostura hasta que sus labios avanzaron hacia los míos, esperando a que lo frene, pero en vez de hacerlo rocé mi boca con la suya y ahí fue cuando pasó. 
En el que abrí mis labios para él, su mano libre viajó a mi nuca y me aprisionó a su boca, sin darme opciones a escapar. Profundizó el beso con determinación, como si quisiera apoderarse de mi propia respiración. Cuando se apartó, tenía el corazón latiendo por todo el pecho y él seguía mirándome con esa intensidad característica.

-¿Por qué hiciste eso?- le pregunté con la mayor inocencia del mundo. Hace unos segundos me había dicho que lo frene y no lo hice. La pregunta de por qué hiciste eso no era solo para él. De todos modos sabía perfectamente por qué él lo había hecho: solamente quiso besarme como yo aquella vez también había querido. Con mi pregunta creo que me refiero más a por qué me trató de forma indiferente todo este tiempo y ahora me besaba.

-Te dije que no sonrieras de esa forma.- respondió con una sonrisa que no había visto nunca. Una sonrisa sincera, una sonrisa que derretiría a cualquiera. Ahora sí pensaba seriamente si tenía problemas de bipolaridad.

-¿Qué estás haciendo Dylan? No te entiendo.- me quejé y me entendió a la perfección porque no tardó nada en responderme.

-No puedes decirle a nadie lo que acaba de pasar, por favor.- me pidió. En ese momento se me vino a la mente la pablara "arrepentimiento". Yo estaba saltando en una pata por lo que había pasado porque me había gustado, pero a él se ve que no. Comencé a ponerme nerviosa. Ahora debe pensar que soy una idiota que se arma historias de amor en la cabeza sin niguna razón. Pero de todos modos, ¿no le había gustado? ¿Por eso no quiere que nadie se entere?

-¿No te gustó?- le pregunté dolida. Sabía que no era buena idea besarlo luego de lo que había pasado la otra vez.

-No no, claro que sí.- me respondió y me dio un beso corto, pero de esos que en medio del roce respiras hondo como disfrutando el momento.- Mi padre no se puede enterar de lo que pasó, por favor.- rogó. No era un problema para mí eso, ya que tampoco tenía pensado contarle a mi padre que me había besado con el hijo de su jefe. ¿Por eso estaba tratándome mal todo este tiempo? ¿Por su padre?