Brooke
-Dylan. Déjame salir.- dije para que de una vez por todas ponga la llave dentro de la cerradura y abra la maldita puerta.
-Necesito que me ayudes.- me pidió y eso ya lo sabía. Era muy raro que él me encierre en el baño de mi casa sin ninguna razón.
No sabía como había terminado de esta manera: con Dylan, en el baño de mi casa. Les intentaré explicar lo mejor posible.
En la mañana, Feli y Melody se fueron muy temprano: eran como las 10am. Supuestamente ellas, tenían que hacer muchas cosas aunque yo tanto no me lo creía.
Luego, mi padre me llamó avisando que se había ido al trabajo y no iba a volver hasta muy tarde. No me dio motivo por el cual él no iba a estar para cenar, pero preferí no preguntarle.
Mi tarde fue muy aburrida ya que solo hice algunas cosas para la Universidad. No era demasiado porque había empezado hace muy poco. También, me leí todos los libros nuevos que me había comprado. Era una trilogía por lo que tenía entendido. No sabía mucho de libros juveniles y los compré porque me gustó el prólogo. Se trataba sobre una chica y un chico que se enamoraban perdidamente pero eran hermanastros. Se los recomiendo. Al principio son medios densos como todos los demás ya que describe los personajes, el lugar y no hay trama pero al final se ponen muy interesantes.
Como se lo habrán imaginado, leo demasiado rápido. Me terminé los tres libros en una tarde desde las 3pm hasta las 9pm que alguien tocó mi puerta. No sabía quién podría ser, tal vez algún vecino que necesitaba azúcar. Ah es verdad, eso solo pasaba en las películas.
Por mala suerte, la persona detrás de la puerta era Dylan. Digo por mala suerte porque luego de lo que pasó en la fiesta no quería verlo. Me daba vergüenza y enojo.
Se preguntarán ¿Cómo terminamos en el baño? Lo que pasó fue que el dulce hijo del jefe de mi padre no tuvo mejor idea que encerrarme en el baño para que lo escuchase y no lo eche a patadas de mi casa.
-Nada de lo que yo haga te puede llegar a ayudar.- le dije con la intención de que me deje tranquila de una vez por todas porque, en realidad, en muchas cosas lo podía ayudar. Como por ejemplo, si le faltase el aire o cosas así.
-Créeme que sí.- aseguró y su actitud cambió repentinamente. Antes estaba con su mirada egocéntrica fija en mí pero ahora su cara estaba totalmente seria.- Es sobre lo de mi madre, Brooke.- me dijo como me lo imaginaba.
-Dylan, hace una semana que vengo pensando en eso.- le confesé y se ve que no entendió a dónde quería llegar ya que no me contestó.- No quiero estar más en este tema hasta dentro de un tiempo, por favor.- le dije casi suplicándole. Noestoy diciendo que no voy a ayudarlo, solo que estoy dispuesta a hacerlo pero no ahora. Es todo muy repentino y seguramente es todo un error que lo estamos tomando muy a pecho. No creo que este chico puedo entender lo que significa "dentro de un tiempo" así que me acerqué a él y le volví a decir:- Te prometo que dentro de un tiempo te ayudaré a saber si lo que pasó fue un simple error o algo más serio.- tomé su rostro y se tensó cuando lo hice.- No te tendría que poner nervioso mi cercanía.- susurré. ¿QUÉ ESTABA DICIENDO? ¿Cuándo cambiamos de roles y no me había dado cuenta? En este momento parecía yo la egocéntrica y seductora. ¿Le causaré el mismo efecto que él causa en mí?- O tal vez te pone nervioso mi roce.-
-Nunca me pongo nervioso.- respondió curzándose de brazos. Me miró con esa instensidad característica en él volviendo a ser el mismo de siempre. Retiré mis manos de su rostro y me sentí ridícula por un momento, claramente mi roce no lo ponía nervioso. A nadie podía poner nervioso yo. Creo que este día va a ir de mal en peor. ¿Qué dije? ¿Día? Ya es de noche.
"Noche"...
"Noche"...
"Noche"...
"Noche"...
LA FIESTA. Me había olvidado todo lo que había pasado ayer en estos diez minutos que manteníamos en el baño. Y ahí se me ocurrió la respuesta perfecta para poder desahogarme.
-Se notó muy bien ayer. Con Melody no estabas ni un poco nervioso.- comenté dándome la vuelta para darle la espalda y pude imaginarme que sonrió. Ya me esperaba su respuesta, o mejor dicho, su típica frase así que me adelanté.- No estoy celosa. Solo preferiría que juegues con otra chica y no con mi amiga.-
-Primero en principal, nunca dije que estabas celosa ya que no lo iba a insinuar porque ya lo sé.- aseguró y suspiró fuerte.- Y segundo, yo no estoy jugando con nadie.- dijo tomando distancia y alejándose de mi espalda. Por el espejo vi su cambio de expresión. ¿Por qué de repente quería estar lejos? Ya a estas alturas creo que ninguno de los dos quiere separarse. O tal vez solo yo pienso eso.
-¿Estás bien, Dylan?- me volteé y dije aproximándome a él una vez más. Su cara no demostraba nada en especial pero sí confusión e indiferencia. Tal vez estaba exagerando y solo yo presto atención a los detalles menores como los gestos y actitudes de los demás. No me respondió y solo se dispuso a abrir la puerta y desaparecer de mi vista sin dar ninguna explicación. ¿Hace falta que repita que este chico tiene problemas de bipolaridad?
Y así llegó el lunes. Los domingos eran los típicos días que no hacía nada y aprovechaba el tiempo para descansar y encargarme de mí: pintarme las uñas, hacerme algunas mascarillas y aplicando mi crema semanal para el cabello. Si ustedes vieran cómo está mi pelo sin esa crema les daría miedo tocarlo.
Hoy, luego de un día de relajación, volví a mis mambos: mis dudas interminables. Feli seguía con sus mentiras diciendo que nunca estuvo con Garret y Melody haciendo como que no pasó nada, como si no se hubiera besado con el chico que me atrae. Sí. Dylan me atrae, ya a estas alturas es inevitable negarlo, y me molesta que ella ya sabiéndolo, o dándose cuenta, hace mucho tiempo sin embargo lo besó. Más de una vez.