Gracias por lastimarme

Capítulo 25

Dylan

En el instante que mi cerebro recepcionó que mi padre había llegado, mi mano libre tapó la boca de Brooke para que por nada del mundo emita un sonido.

-No hagas ruido- susurré cerca de ella para que me escuchase sin tener que hablar muy fuerte y mi padre se percate que no estaba durmiendo.
Lentamente quité mi mano la cual impedía que Brooke hable y la seguía sosteniendo de igual forma desde que llevó mi mano a su cintura.- Ahora cuando mi padre se vaya a su despacho te acompaño hasta tu casa ¿si?- le expliqué ya que mi padre no iba a venir a buscarme a mi habitación por ningún motivo. 
Ambos pensábamos que él solo iba a tardar unos minutos en irse pero para nuestra impresión otra voz se oyó en la sala.

-¿Acaso ese no es tu papá?- le pregunté a Brooke reconociendo esa voz de inmediato. Ella al darse cuenta de lo mismo se separó instintivamente de mí y fue directo a la puerta para abrirla y salir a las escaleras donde las conversaciones de la sala se escuchaban con mayor claridad. No iba a gritar que volviera a la habitación porque, claramente, no iba a hacerme caso; así que opté por seguirla y arrodillarme junto a ella al costado de una de las escaleras.

-Ayer fueron a la misma fiesta. ¿No habíamos dicho que ellos no podían tener ningún tipo de relación?- habló mi padre dirigiéndose al señor Martin. Creo que lo único que estábamos escuchando era un regaño por involucrar a la familia en el ámbito laboral.

-Lo sé pero ¿Qué quieres que haga? No puedo simplemente prohibirle a mi hija verse con un muchacho sin que sospeche- respondió Robert dando a entender que no podría prohibirle a Brooke estar conmigo (como amigos, claro).

-¿Qué va a sospechar? Le dices que con el hijo de tu jefe no se vea porque podría complicarte el trabajo, no es tan difícil Robert.- dijo mi padre dirigiéndose con demasiada confianza hacia el padre de Brooke. A veces pienso que no sólo se conocen por el trabajo.

-Como si fuera tan fácil, tú le has insinuado que Margaret sigue viva y si misteriosamente le prohibo verse con su hijo es un tanto extraño.- explicó. En eso tiene razón. ¿Por qué tendría que alejarme de Brooke?

-¿No entiendes que si siguen relacionándose van a tener la oportunidad de descubrir todo?- gritó mi padre levantando ambas manos hacia el aire dejándonos a la chica al lado mío y a mí con una gran duda: ¿Qué era lo que podríamos llegar a descubrir? Nos quedamos unos segundos esperando a que alguno de los dos hable otra vez pero comenzamos a escuchar pasos en la escalera y cuando nos dimos cuenta, mi padre estaba subiéndolas junto a su empleado. Rápidamente tomé una de las manos de Brooke y la arrastré hasta mi cuarto cerrando la puerta de un golpe. Si lo hubiese pensado un segundo más, posiblemente no hubiese cerrado la puerta de ese modo. Mi respiración comenzó a acelerarse una vez que escuché los pasos de nuestros padres encaminándose hacia nosotros.

-Dylan, ¿Ya te has levantado?- tocó la puerta de la habitación mi papá dándome a entender que escuchó el ruido de hace un momento.

-Sí papá, estaba yendo a la cocina pero preferí darme una ducha primero.- respondí intentando sonar lo más natural posible. Luego de eso, mi padre se largó diciéndome que iba a estar en su despacho y no nombró que se encontraba con Robert Martin. Tal vez no lo vio necesario. ¿Qué estoy diciendo? ¿Por qué lo sigo defendiendo? En fin, Brooke se preparó para irse y, prestando atención a que mi padre no apareciera, nos dirigimos hacia la puerta de entrada para encontrarnos con mi Audi Rs5. Cuando estábamos por subirnos a mi bellísimo auto color rojo, escuchamos una voz bastante conocida para ambos:

-¡Chicos!- gritó Melody dirigiéndose a nosotros dos. Venía caminando por nuestro lado izquierdo.- ¿A dónde van?- preguntó al percatarse que estábamos por subirnos a mi coche.- ¿Has olvidado que hoy iba a venir?- preguntó ahora sí hacia mí.

-Lo...lo he olvidado, Mel- le respondí sinceramente. En la fiesta de Cameron me lo había dicho pero luego lo olvidé.

-Creo que iré caminando, soy un mal tercio aquí- dijo Brooke y comenzó a caminar en dirección a su casa que quedaba no tan cerca de aquí. No podía dejar que se vaya sola.

-Espera Brooke...yo puedo llevarte y luego regreso, no hay problema- comenté alcanzándola antes de que se marche.

 

Luego de dejar a Brooke en su casa, volví a la mía en donde se encontraba Melody viendo televisión en el sillón.

-Como en tu casa, tranquila- comenté al ver que subía ambos pies al otro sillón. Nuestra relación había sido así desde sus comienzos: recuerdo el día que fui a su casa por primera vez y su habitación era en su totalidad rosa, puaj, odiaba ese color. Claramente no se lo iba a decir, mi padre decía que a las niñas hay que hacerlas sonreír, no llorar. Aunque esa advertencia nunca la tomé en cuenta: amaba hacer llorar a Mel cuando le quitaba su muñeca preferida, es decir, ¿Qué mejor que escuchar a una niña a diez años diciéndote "¡Dylan estúpido! Devuélveme a Maddy"?
Desde que mi madre murió ella fue con la única que lograba olvidarme de todo y pasarla bien almenos unos minutos, algo sorprendente ya que era la hija de la policía acargo del caso de mi madre. Luego de un tiempo también me hice amigo de Garret, su hermano, gracias a que lo veía muy seguido y tenía mi misma edad.

-Como si tú no harías lo mismo en la mía- respondió Mel sin siquiera voltearse a verme. Tomé asiento en el sillón donde ella tenía apoyados sus pies y los levanté para ponerlos sobre mi regaso y así poder sentarme.

-Ahora dime, ¿Por qué querías verme? ¿Es que acaso no te alcanzaron nuestros casi diez años de amistad?- insinué sabiendo que ella entendía que no iba en serio.



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En el texto hay: amor, suspenso y misterio

Editado: 30.03.2020

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