Gracias por lastimarme

Capítulo 34

Dylan 

Brooke era de esas chicas que no sabes con qué te puede llegar a salir. ¿A qué me refiero con esto? Podrías estar hablando con ella acerca de cómo fue su día y puedes terminar preguntándole cómo hace para cocinar tan bien. Sí, a ese punto. Nuestras conversaciones nunca seguían el mismo hilo por mucho tiempo, exceptuando la de ayer: desde que llegó hasta que se fue estuvimos debatiendo en cómo podríamos descubrir si la señora Tazio, madre de Melody, podía también estar involucrada en el accidente donde murió mi madre. No llegamos a una conclusión ya que no era nada fácil hacer lo que nosotros queríamos. Julia Tazio podría tranquilamente contarle a nuestros padres lo que fuimos a hacer, en el caso que hubiésemos ido a interrogarla. De todas formas, esa no era una opción. En todas las películas se ve cómo presionando a alguien culpable nunca provoca que esta diga la verdad. 
Ya se estaba haciendo muy tarde y nosotros todavía seguíamos sin saber qué hacer, así que decidimos pensarlo por separado cada uno en su casa y luego lo volveríamos a debatir; y sólo si fuese necesario se lo contaríamos a Melody. Ella también tiene derecho a saber todo. 
Cuando estacioné en la puerta de la casa de Brooke, procuré que el señor Martin no estuviese cerca por el siemple hecho de que, aunque él ya lo sepa, no nos siga viendo juntos. Lo que le dije a Brooke esta tarde fue verdad: no quiero que ella salga herida de todo esto, a veces olvido cómo fue que nos metimos en todo esto; pero luego recuerdo que solo fue idea de mi padre insinuar cosas que no son. Ni siquiera ella sabe todavía por qué está involucrada, es decir, no entiende por qué fue a ella a quien le dijo eso. Yo tampoco lo sé y creo que eso es lo que más quiero averiguar antes que cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, mi madre ya no está y aunque descubra quién la mató no voy a poder traerla de vuelta.

Cuando volví a mi casa, mi padre ya había llegado.

-¿Qué sucedió que llegas a esta hora?- me preguntó cuando me vio entrar. Simpre que daba clases volvía a las cinco de la tarde o un poco más. Hoy me junté con Cameron, no fui al instituto. Como les dije: me presta tan poca atenció que es imposible que sepa cuándo trabajo y cuándo no. ¿Cómo se supone que va a controlarme si ni siquiera recuerda mis horarios?

-Hoy no trabajé. Fui de Cameron un rato.- le dije colgando mis llaves y yendo hacia la cocina. Allí me encontré al señor Adams, uno de sus socios.

-Richard se quedará a cenar.- me comentó mi padre antes que su socio se de cuenta que lo había visto.

-¿Cómo has estado, Dylan?- me preguntó una vez que me vio y se acercó a tomarme la mano.

-Bien, gracias por preguntar. ¿Y usted?- le pregunté cordialmente mientras me acercaba a la bacha para lavar mis manos.

-Perfecto. Últimamente está yendo todo me maravilla.-

Pedimos sushi y luego de treinta minutos llegó el delivery a nuestra puerta. Yo fui el encargado de recibir el pedido y de llevarlo hacia la mesa.
Cuando ya nos encontrábamos desgustando el increíble plato, ellos comenzaron a platicar sobre la empresa y los nuevos proyectos que tenían a futuro. No estaba prestando atención a su conversación ya que no era de mi interés. Este sushi estaba muy bueno.

-¿Y a ti, Dylan? ¿Cómo te va en la escuela?- me preguntó Richard. Rápidamente tomé una servilleta para limpiar si boca y poder responderle con buenos modales. Mi padre no me perdonaría ni en un millón de años.

-Súper. Estoy muy contento con mis alumnos y con el instituto.- le conté.

-Cuéntale cómo es enseñarle a adolescentes.- me pidió mi padre y me impresioné que quiera que siga explayándome. Sé que lo hace porque está su socio aquí. De buenos modos le conté al señor Adams de qué manera se desarrollaban mis clases, cómo reaccionaban mis estudiantes a que yo sea casi de su edad, entre otras cuestiones. -Hannah está muy encaminada en su carrera ¿no?- le preguntó mi padre a su socio aunque ya parecía saberlo muy bien.

-Sí, totalmente. Hannah es una chica muy inteligente. Es estupenda. Me sorprende que todavía no haya enontrado a alguien para que esté con ella.- respondió y me miró a mí.- Siempre me hubiese gustado que un muchacho como tú sea el prometido de mi hija.- 

-Nunca digas nunca.- terminó el odioso de mi padre. No van a conseguir juntarme con Hannha, claro que no. ¿Creen que le quitaría la chica a mi amigo? Jamás. Lamentablemente eso no podía decirlo, aunque ganas no me faltaban. Lo que más me molesta de estas típicas conversaciones son que los adultos no entienden que ya ellos no eligen a la persona que va a estar contigo el resto de tu vida. Hoy en día, uno mismo está con la persona que realmente quiere. Siempre tuviese que haber sido así. 

Luego de una agradable cena. o eso creo, me despedí de ambos para subir a mi habitación y prepararme para ir a dormir. No tardé mucho en meterme dentro del sobre y que una imagen se me venga a la mente, nuevamente: ¿Cómo descubriré si la señora Tazio tiene algo que ver con la desaparición del auto? Cada minuto que lo pienso, me parece más imposible que unos simples jóvenes resuelvan algo tan grande. 



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En el texto hay: amor, suspenso y misterio

Editado: 30.03.2020

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