Dylan
Es una de las primeras veces que no me costó despertarme temprano para ir a trabajar. Muy extraño en realidad porque lo que menos me gusta es ir prácticamente dormido a enseñar. Vale destacar que siempre intento levantarme con tiempo de sobra para poder desayunar tranquilo y de forma correcta, o también por si surge algún imprevisto.
Las últimas noches me costó demasiado conciliar el sueño, mucho más que despertarme y afrontar el día. Me la pasaba minutos eternos o incluso horas pensando en por qué Brooke había decidido no hablarme más y tampoco relacionarse conmigo. Cuando Alison accidentalmente me dijo lo que había escuchado, instantáneamente pensé lo peor, como siempre. En mi mente, Brooke era la persona más detestable del Universo porque creí estar seguro que fingió empezar una supuesta investigación junto a mí cuando en realidad ella ya sabía todo y aparte era aliada de mi padre. Claramente no pensé, no me puse a analizar las posibilidades; solo fui rápidamente a su casa y le dije lo primero que se me vino a la mente. En parte me alegró que ella no haya sido parte de lo que pasó pero también me sentí culpable por haberle dicho todo lo que le dije sin siquiera pensarlo por un segundo. Le dije que no sabía lo que era perder a su madre. Le dije lo peor que alguien le puede decir justamente a ella. Sin embargo, cuando se enteró el motivo por el cual lo dije, me entendió y no dijo más nada. Odio que suceda eso. Odio que ella siempre tenga que lidiar con mis problemas de impulsividad aunque no hago nada para repararlo.
Luego de haber hablado con la señora Tazio y haber concordado que el sábado por la mañana nos íbamos a dirigir a Piedmont, volví a mi casa. Quería aguardar un rato junto a Brooke para disculparme pero según ella su padre estaba por llegar y tenía que irme lo antes posible. Sinceramente no creo que esa sea la verdad por la cual quiso que me vaya pero sin embargo, luego de lo que pasó, no pienso volver a pensar mal de ella.
Antes que me eche literalmente a patadas de su casa, le pedí que me explicara qué era todo lo que habían averiguado y por qué habían llegado a la teoría en donde mi padre era un hijo de puta. Sin sorprenderme, la opción que ellas tomaron como posible era la mas creíble. Si realmente mi madre no quería invertir esa herencia en la empresa, creo estar casi seguro que mi padre pudo haber hecho lo que estaba a su alcance para conseguirlo. Él tiene una obsesión por la empresa y por su trabajo desde que tengo memoria.
Hoy al levantarme con más tiempo del usual me di una ducha porque cuando volví de la casa de Brooke estaba muy saturado de información y solo quería acostarme para dormir el mayor tiempo posible (aunque mi sueño lo llegó muy rápido) No tuve tiempo de secarme el pelo así que fui así como estaba. No creo que sea mal visto que el profesor de matemática llegue con el cabello húmedo.
En el camino hacia el salón de clases me crucé a uno de los profesores de Literatura, no salíamos hablar mucho pero lo conocía ya que los chicos de sexto siempre lo nombraban como uno de los más pesados. Supongo que debía ser por la materia que daba, era medio aburrida para ellos. Aunque si dicen esos comentarios sobre Literatura, ni quiero imaginar qué dirán sobre mí y las matemáticas.
-Dylan, ¿cómo esta estás? Te está esperando la alumna Parker en la sala de profesores. Llegó junto a mí súper temprano para hablar contigo pero no pudo encontrarte. Le dije que te esperara, supongo que seguirá allí a menos que se haya cansado.- me comentó ofreciéndome su mano para así tomarla. Con gusto la estreché y le agradecí:
-Gracias por decirme, Isaac, iba a irme al salón ya. Nos vemos luego.- respondí y pasé por su lado golpeándolo levemente en el hombro.
-Dylan.- me llamó cuando ya había avanzado unos pocos metros.- Parecía preocupada, asustada o mejor dicho aterrada.- dijo para luego retomar su camino. Inmediatamente fui a buscarla. Desde que me "confesó" lo que supuestamente pasó en la fiesta estoy asustado porque eso no haya sido lo que realmente sucedió.
Caminé hasta la sala de profesores y cuando entré allí me encontré a una Alison dormida sobre la mesa con su cabeza apoyada sobre sus brazos. Rodando los ojos me dirigí hacia ella y le toqué levemente el hombro. Cuando se giró al verme con los ojos entrecerrados y su cabello medio despeinado, rápidamente se paró y se acomodó su uniforme.
-Perdón, me quedé dormida por esperarte.- se disculpó antes de rascarse la nuca con nerviosismo y bajando la mirada. Tampoco es un delito quedarse dormido en la escuela.
-Sí, me dijo el profesor Jules que has venido más temprano para hablar conmigo. ¿Qué sucede?- le pregunté y la invité a que se vuelva a sentar junto a mí.
-No es fácil decir esto. No quiero ningún reproche de tu parte porque no eres nadie para hacérmelos. Pero lamentablemente eres la única persona que puede ayudarme.- me anticipó antes de seguir contándome. En el momento que dijo reproche supe que eso mismo iba a querer hacer después.- No era verdad lo que te dije el otro día sobre la fiesta antes de tu examen, no sucedió exactamente eso.- confesó y por un momento quise sonreír al escucharla tratando de tutearme. Eso significa que tiene confianza conmigo.
-Me lo imaginaba.- respondí y dejé que ella prosiga.
-Fue por un chico. Algunos del curso sabían que me estaba viendo con él y siempre me lo cuestionaban porque no les gustaba.-
-Pero ¿él es de aquí del colegio?- cuestioné. En realidad eso no es lo más importante pero si el chico pertenece a este colegio podríamos reparar mucho mas fácil lo que sea que haya pasado.
-No. Por eso mismo todos cuestionaban que yo esté con él.- me miró y sus ojos comenzaron a cambiar de aspecto. Nunca vi una expresión allí en su rostro y tampoco sé a qué se debe. ¿Qué está sucediendo contigo Alison?
-¿No les gusta que salgas con un chico de otra escuela?- pregunté desconcertado. ¿Qué les importa a sus compañeros si ella está de novia con alguien que no viene a estudiar aquí?
-Bueno... no les gusta que salga con él pero no por ese motivo.- me volvió a mirar y pude descifrar que en su mente se estaba preguntando si realmente tendría que decirme lo próximo que quería mencionar. Levanté ambas cejas para que confíe en mí. Podría decirme cualquier cosa.- Es mayor que yo, mucho mayor.-
-¿Mayor?- me sorprendí y por un momento pensé lo peor:- ¿Qué tan mayor. Alison? ¿Como yo?-
-No.- respondió cortante y me relajé. Si no llega a tener mi edad no hay nada de qué preocuparse, no hay edad para el amor dicen.- Un poco más.- escuché que dijo tras haber bajado mi cabeza. La miré y en sus ojos vi tristeza, culpa y vergüenza.- Lo conocí en un bar al que fui junto a Frank. Al principio me dijo que era mucho más joven y me dejé engañar.-
-Hey, no pasa nada. Puedes dejar de verlo y ya está. No te sientas mal.- le aconsejé y le tomé una de sus manos.- Yo te puedo ayudar, no hay problema.- fue lo único que se me ocurrió al haber procesado la información.
-¿Piensas que no quise hacerlo?- preguntó y de sus ojos comenzaron a salir lagrimas. No, Alison, por favor. No me digas lo que no quiero escuchar.- Me golpeó. Me gritó. Me dijo cosas horribles.- susurró y trató de aguantar las próximas lagrimas que querían rebalsar sus ojos.
-¿Por qué susurras, Alison?- le pregunté con miedo a cual podía ser su respuesta. No quiero decirle nada que la haga sentir peor.
-Me vigila todo el tiempo que puede, siempre sabe dónde estoy y qué estoy haciendo. Por eso mismo llegó a la fiesta del viernes y como me vio bailando junto a Frank quiso pegarle.- susurró una vez mas. En ese instante giré mi cuerpo hacia las ventanas de la sala y hacia la puerta asegurando que todo este cerrado de forma correcta.- Cuando vos y yo nos encontramos a la salida de ese bar medio extraño, yo lo estaba esperando a él y nunca llegó. La vez que supiste que soy la hermanastra de Garret.-
-Frank te fue a buscar, lo recuerdo.-
-Sí. Frank es el mejor amigo que me pudo haber tocado y nunca le hice caso. Con este chico al principio era como un amor prohibido y eso era lo que me atraía. No sé por qué me gustaba que él sea medio seco o medio rudo conmigo sin sentido alguno.- contó.
-Sabes que eso está mal ¿no?- insinué con la intención que ya no piense igual.
-Sí, lo sé. Por eso mismo quise decirle que no quería estar más con él. Ese día que le confesé todo, en vez de entenderme como pensé que iba a hacerlo; me pegó, estalló en furia y también...- giró su cabeza hacia un costado dándome a entender que había hecho algo más grave.
-¿Te forzó a algo?- pregunté para estar seguro y ella asintió soltando todas esas lágrimas que estaba intentando esconder durante estos minutos. La tomé de los hombros y la acerqué hacia mí para darle un cálido abrazo.- Sh, está todo bien. Yo voy a ayudarte y todo esto va a terminar. Te lo prometo.- le dije y acaricié suavemente su cabello.- Mírame.- me separé un poco de ella para que pueda fijar su mirada en mí. Sus mejillas estaban rojísimas gracias al llanto y sus ojos estaban completamente hinchados.- Ese hombre no va a volver a tocarte. Yo mismo me voy a encargar de ello. Ni él ni nadie va a volver a hacerte algo que tú no quieres, ¿bien?- le prometí y mi alumna me abrazó como nunca lo había hecho. Supe que era un abrazo verdadero, un abrazo de agradecimiento.
Luego de estar un rato más abrazados, me dijo que hoy por la noche iba a encontrarse con este... no sé cómo llamarlo. Claramente no iba a dejar que se vuelva a ver con él a menos que esté yo ahí. Me dijo dónde era que se iban a ver y coordinamos un plan: ella iba a ir verlo como siempre lo hacía intentando actuar lo mejor posible sin ponerse nerviosa ni nada, y mientras tanto yo tendría que ver quién es para luego decidir qué podíamos hacer. Bajo ningún punto de vista iba a dejar que se vayan juntos. En el caso que eso pase, tendré que actuar con lo primero que se me venga a la cabeza en ese momento. Alison me dijo que nunca suelen irse de allí ya que es un parque y pasan la tarde charlando un poco.
Ya habiendo tenido el plan, le aconsejé que vaya al baño a lavarse la cara y luego que venga al salón en donde yo voy a estar. Llegué un poco más tarde por estar hablando con ella pero no me arrepiento para nada. No me perdonaría nunca que ella esté sin ayuda por mi culpa.
Cuando llegó al aula luego de unos minutos que parecieron eternos, pude olvidarme un poco del enfado que tenía encima gracias al resto de los alumnos y sus dudas interminables acerca de la materia. ¿Tan difíciles eran los temas?