Gracias totales.

¿Y si escribo?

Mi nombre es Cristina Elizabet López, nací el 12 de septiembre de 1983, en Argentina, Neuquén, soy de virgo, estoy casada, tengo 6 hijos y comencé a escribir para Boobknet hace 4 años.

Esa presentación fue fácil ¿no? Ahora, indaguemos un poco en todo lo anterior.

Primero, mi nombre no esta mal escrito, fue mi bello padre el que me registro y para él Elisabeth o Elizabeth, suena igual que Elizabet, y bueno, así me inscribo, algo que no sería molesto, si no fuera que cada vez que debo hacer algún tramite tengo que pedirles que corrijan mi nombre al que siempre le ponen H al final.

El día de mi nacimiento es el mismo día en que mi provincia natal esta de aniversario, por lo que siempre digo que toda la provincia me festeja, si, lo sé, soy un poco egocéntrica y eso que recién vamos comenzando.

Vengo de una familia numerosa y para mí, familia es desde mis abuelas, hacia abajo, y si no nombro a mis abuelos es por una razón, no los conocí, mi abuela paterna quedo viuda a los 25 años, con mi padre de diez años y mi tía apenas una bebé, aun así, no se volvió a casar nunca más, dijo que no lo necesitaba, aunque pretendientes no le faltaron, era tan hermosa, de ella me inspiré para describir a Candy, sus ojos tan maravillosos de un verde tan único, su piel blanca que parecía porcelana, aunque el cabello de mi abuela era negro como la misma noche, hasta que comenzaron a aparecer canas, bueno, que era más que hermosa, una bella descendiente de españoles y su bondad, que decir de ello, si era un ángel en todo sentido, aunque cuando se enojaba… era mejor correr lejos de la abu, aunque claro que sus víctimas siempre eran mi papá y mi tía, y todo por retar a sus dulces nietecitos, “que de dulce no teníamos nada” pero creo que así son las abuelas; por parte de mi madre la cosa no cambia mucho, aunque mi abuela materna fue viuda cinco veces, teniendo un total de siete hijos, siendo mi madre la mayor de las mujeres; mi abuela estaba embarazada de ella cuando mi abuelo murió, por lo que mi madre conoció a su padre por una foto, muy galán el señor por cierto, ¿Cómo fue que salí tan fea? Ni yo lo entiendo, y en verdad no lo comprendo, mi abuela materna es chiquitita, chiquitita, metro cuarenta y cinco con esfuerzo, cabello negro, piel bronceada, ojos que son dos pozos negros que te hacen arrepentirte de tus pecados con solo verlos, lo que le falta de altura lo tiene de coraje, y si, ella fue la inspiración para Melody, pero esperen, aun falta lo mejor, mis abuelas eran mejores amigas desde que tenían memoria, se separaron por cosas de la vida, en un tiempo que no había teléfonos, donde una carta tardaba meses en llegar, y un día, no solo se reencontraron, sino que sus hijitos mayores andaban de enamorados, vueltas que da la vida ¿verdad?

Y así se formo mi numerosa familia, con un total de dos abuelas, cinco tías, dos tíos, mi madre y padre… y luego nacieron todos los demás, un total de 20 primos, más sus hijos, mis hijos, y etc. Creo que se entendió, somos muchos, lo importante aquí es que la familia esta regida por mujeres, en su mayoría, siendo mi madre la única que tiene una sola hija, yo, y tres niños, “los errores” como llamo a mis hermanos, es la que más hombres ha aportado a la familia, hasta que yo me case y me empecine en tener una nena, grave error, como ya lo dije, tengo 6 varones, ¡varones! Pequeños hombrecitos que andan todo el día como pollitos tras de mí, desde el de 20 años hasta el de 8 meses, y así y todo, escribo historias y eso tiene un motivo.

Todo lo que les he contado hasta ahora, es de vital importancia, no solo para que comprendan o sepan, que muchos de mis personajes, ya sea lo físico o su forma de ser, estan basados en mi familia, también es para que comprendan, como es que comencé a escribir; creo que la vida de cada persona es especial y única, con alegrías y tristezas, y por supuesto que mi vida no va a ser distinta a la de ustedes queridos lectores, aunque si, debo reconocer que soy un poco cobarde, pues en mi vida el lidiar con el dolor no es lo mío, nunca lo fue, siempre busco el escape a mis pensamientos, no permito que los demás sepan cuanto me puede afectar lo que sucede a mi alrededor, tal vez es normal, tal vez no, pero así soy.

Hace cuatro años escribí un pensamiento, algo que rondaba mi cabeza, al saber que mi hermano mayor, ese que tenia 3 años cuando yo nací, mi compañero de juegos, mi héroe, mi ejemplo, mi oso rojo, que siempre estaba dispuesto a cubrirme en todo, defenderme del mundo de ser necesario… estaba enfermo y no, no era covid, tardaron meses en saber que le pasaba, y en ese tiempo yo me sentía morir, con cada kilo que bajaba, el ver a mi héroe de dos metros encogerse día a día, consumirse… dejarme, no lo soportaba, no queria pensar en un mañana sin él; entonces gracias a esa publicación, apareció una publicidad de Booknet, ¿te gusta leer? ¿te gusta escribir? Booknet es para vos; jamás en mi vida pensé que al ingresar en esa publicación mi vida cambiaria.

Dicen que la vida es para vivirla, siempre creí que no hay nada peor que vivir con la duda de no hacer algo, prefiero arrepentirme de hacerlo como última instancia, y eso que en mi vida he hecho mucho, sin recibirme de nada, fui a un colegio técnico, por lo que se algunos oficios, como electricidad, mecánica, carpintería, neumática, pero química y física me dieron duro y parejo, el no poder estudiar de memoria las fórmulas me llevo a dejar todo, por lo que no acabe mis estudios. y gracias a que mi madre era un poco sobre protectora y me queria fuera de las calles y haciendo algo productivo, me puso a estudiar cuanto oficio se atravesara, por lo que se tejer dos agujas, crochet, telar, también aprendí a bordar, soy modista y de eso si me recibí, alta costura y diseño, y no es por nada pero soy buena, hice los vestidos de 15 años de mis sobrinas, mi vestido de novia y el de mi cuñada, en fin, nunca tuve miedo de intentar hacer algo, aunque no tenga un titulo que me avale y fue por ello que luego de leer mi primer novela en Booknet, me dije, “¿y si lo intentas?”, entonces escribí… y el diagnostico de mi hermano llego, y resulto que no era una enfermedad, sino dos, purpura schonlein henochy y SNC vasculitis, y al comprender que no tendría cura… seguí escribiendo, Camila, solo tú, hasta que la muerte nos separe, el amor después del amor… y luego… seguí escribiendo, porque Dios sabe que prefiero imaginar finales felices, porque me rehusó a perderlo, porque en cada historia sigo plasmando sus sonrisas, su brutal honestidad, su infinita paciencia, porque a través de mis letras les dejo un poco de mi vida, de la común, del drama, del  amor, sin millones, ni mafiosos, obviamente, pero aun así, queda un poco de mí, de ellos, allí, esperando a ser leído.



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En el texto hay: recuento de vida, vida real

Editado: 06.04.2024

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