Ojalá no estés vacío, ojala salgas vivo te lo pido por favor, genuflexo, cuida a tus colegas ellos tienen severos escalofríos además les pesa la símil cabellera, antes del confinamiento inducido nuestros compañeros marmotas tomaban siestas prolongadas casi umbrías puesto que a veces tenían vagas pesadillas bajo un ambiente caótico, pues todos corrían sin dirección alguna corrían como guepardos en busca de su presa, como luces del exterior se movían ¿estarán bien? nos preocupaba la situación, un montón de melancolía invadía la única algarabía, esto es demasiado para nuestros frágiles compañeros, ¿esperas atisbar una nueva era o prefieres aniquilar el silencio repelido?, vimos un lugar clandestino cero principios, no era inteligente ser como nosotros unos simples indigentes así todo parecía despertar nuestra mente firmemente pero ¿Por qué sigue el alboroto vivo?, de repente me sujetaron la camisa agitando las pupilas, tomaron unas latas contagiadas de clausura trazando unos dibujos extraños, los colores parecían melodías, bajo lacerados individuos se volvían hendiduras recíprocas, ¡no sigan coterráneos! gritaba un completo bullicio todos reunidos presenciaron el arte final, un arte que jamás se contara, se perderá pues el rígido muro decía, “cuando hay agonía malsufrida siempre hay esperanza de por vida…”