INTRODUCCIÓN

Los libros cuentan que todos los lobos son bendecidos con un mate por su diosa Luna, la gran deidad Selene, destinados a compartir vida en común, una loba solo para ellos, tu única compañera para tus años de vida, una loba especial con un amor eterno, dicen que los dioses nunca se equivocan.

Pero qué pasa cuando empiezan a nacer lobos solitarios, lobos sin mates, destinados a añorar lo que nunca tendrán, ¿Acaso su existencia es un error? ¿Pueden tomar los mates de otros?

Que pasa cuando varios lobos son destinados a mates diferentes de su especie, como reaccionar a eso.

¿La diosa ha enloquecido?

La mayoría de mi vida gira en torno a mi padre y sus decisiones, desde lo que no puedo hacer hasta lo que puedo hacer, una vida escrita sin quererlo en nombre de: ¨se lo que es mejor para ti hija¨, sé que mi padre me quiere, pero a veces algunas de sus acciones demuestran lo contrario.

Podría decir que tengo una vida perfecta, nunca me ha faltado nada, papá se ha encarado de todo para mi comodidad, pero no puedo seguir creyendo eso, relacionarme con otros me cuesta un poco, mi vida es triste, apagada y silenciosa. He desarrollado muchas inseguridades y miedo en mi grande y solitaria habitación, las risas de antes ahora solo son recuerdos. Las reglas me mantienen al marguen de todo y mis miedos igual, ante los ojos de mi padre soy una pequeña perfecta muñeca de cristal que siempre debe estar resguardada en casa para evitar el peligro.

Pero… que peligro exactamente.

Siempre me limite a guardar mis sentimientos y callar mis ideas, no aportan nada frente a la autoridad de mi padre ni de ellos.

Ignorar mis sentimientos y desconocer mi ser, desconocer la realidad, esa que esta al otro lado de mi ventana, esa que solo conozco a través de los libros.

Solo busco mi yo, quiero encontrarme, no quiero seguir siendo solo la hija de Adrian Walton, quiero un poco de libertad, construir mi propio camino, aprender a quererme, una vez alguien dijo aprende a quererte y todo será más fácil y ligero, quiero intentarlo.

Cuantas personalidades puedo tomar para encontrar la felicidad

Esta mal querer mirar y explorar afuera

Es pecado sentir esto

Cuando la perdí mi vida de colores se volvió gris y fría, perder a la única loba que había nacido para mí me fragmentó como a un cristal, desde entonces, todas las noches la culpa me asecha, si tan solo ese día no la hubiera dejado sola, si tan solo ese minuto la hubiera acompañado, si tan solo en ese instante no le hubiera permitido marchar, ella estaría conmigo.

Que hago ahora

Todos lloran y lamentan la muerte de su diya, pareciera como si compartieran mi dolor, pero en el fondo sé que solo están así porque no saben el destino de la manada a partir de ahora, para ser sincero yo tampoco sé que viene.

Casi toda mi vida ha girado en la oscuridad, en su oscuridad, encerrada en un recipiente, este recipiente frágil que es su cuerpo, me encerró solo por existir, solo por codicia, por maldad, solo por celos, una gran deidad que no podía entender que era fruto del inmenso y más puro amor prohibido. Qué culpa tenía yo para ser condenada a esta cruel realidad, al abandono, al encierro. Cual era mi error para negarme el nacimiento. Tuve la culpa de que mi madre se enamorara de mi padre.

Ella se llevó todo.

Ella vive en el exterior, respirando, observando, existiendo, con una familia ¿Y yo? Yo vivo encerrada en ella, condenada a desaparecer cuando llegue el momento, condenada a la soledad…

¿Quién soy yo?

Mmmm, sí, lo recuerdo, siempre lo he recordado gracias a ellos, humanos, son despreciables, no los tolero, pero siempre les sonrió, así sobrevivo, eso aprendí, ellos me enseñaron a ser así, a pesar de odiar a mi propia gente todas las mañanas me levanto puntualmente y socializo con ellos.

Soy grandiosa

Sí, claro que sí

¿Soy feliz?

¿Feliz?

Solo hay dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra es serlo (Sigmund Freud) y pues digamos que idiota no soy, ya pase esa etapa.

La historia de mi vida se reduce a unos cuantos párrafos, menos de tres estoy seguro. Toda mi vida he procurado el bienestar de mi madre y hermana, mis dos grandes motores, por ellas sigo aún existiendo, por ellas sigo luchando, por ellas construyo este futuro, un futuro que actualmente toma rumbos que nunca considere, que no estaban en mis planes. Siempre fui el número uno en todo, sentía que solo así alivianaría la carga de mi madre al criarnos, me ocupe de casa y de mi hermana desde que el hombre que me dio la vida nos abandonara, creo que eso fue desde que tengo uso de razón.

Cuando la conocí una parte mía recobro cierto sentimiento, era una niña hermosa, tan risueña, soñadora, tan inocente, y especial... perfecta podría decir. La primogénita de la familia Walton, lástima que estaba prohibida para mí, crecí junto con ella, añorándola de a poco y en secreto, cuidándola, es lo único que podía hacer.

El contacto con sus ojos me llamo la atención, unos marrones intensos, desde luego que su contextura era llamativa, pero aún más sus ojos marrones, imposibles de leer para mí, imposibles de observarlos, imposibles de analizar y juzgar.

Era la primera vez que miraba unos ojos indescifrables

Esos segundos en que nuestras miradas se entrelazaron, nuestros labios sonrieron y nuestras voces se cruzaron marco el inicio de una tormenta que desconocía, ¿Sobreviviría a esto? ¿Sobreviviría a él?

Dicen que primero encuentras lo que no buscas, que curioso, él está ahí, sonriéndome.

Ojalá solo hubiera seguido mi camino con la cabeza baja, me hubiera ahorrado tantas lágrimas.

Sus dos luceros azules claros detienen mi mundo por completo y me sumergen a su burbuja, mi corazón late apresurado y muy emocionado, ella está aquí, mi mate, como era posible, quien era ella, sus ojos son diferentes y su rostro igual, pero su olor, es el olor de mi mate.