Granate

Cap 5

No me acuerdo del lugar que mi hermana descubrió y me enseño alguna vez cuando éramos niñas. Traté con todo lo que pudo dar mi cerebro, pero no lo descubrí.

Todo el camino de ida no hablamos hasta que llegamos a nuestro destino.

Cuando nos acercamos al escondite, pude contemplar lo más hermoso que he visto en toda mi vida.

La parte de afuera del escondite es un camino cubierto con hojas de cerezo que caen de los árboles, al final del mismo hay un portón de plata, que se une a los árboles que tiene a los lados. Es algo a lo que mis ojos le sorprendieron mucho ver.

Al acercarme con Mine puedo notar que el portón esta desgastado y lleno de enredaderas, lo cual me parece muy extrañamente hermoso. También me doy cuenta que en la cima de ellas hay un escudo familiar que se conforma de un corazón con alas y en el medio dice ángel escrito en chino, lo sé solo porque una vez en Facebook me avía encontrado una imagen que decía la traducción de esas letras, desde aquel día que lo supe se me avía gravado en la memoria.

“Mine, me parecerá un tanto raro, pero este escudo se me hace conocido, ¿alguna vez lo llegamos a ver en la zona?”

“Mmmmm Nop, nunca lo he visto en alguna zona del pueblo o de la ciudad, tal vez se te hace conocido, por la simple razón, de que ya hace mucho tiempo atrás avías venido aquí y lo viste, pero como no te acuerdas de ese momento, para ti es solo un vago recuerdo que confundes con el presente”

“Tienes razón, tal vez es por eso que el escudo se me hace conocido”

Mi memoria ya se está empezando a aclarar un poco, pero aun con eso no recuerdo con claridad lo que hay adentro.

Las dos nos acercamos, ella en la puerta derecha y yo en la izquierda y las abrimos, se ven pesadas pero no lo son en lo absoluto, nada lo es para mí.

En el momento en el que las abrimos mire arriba en dirección al corazón con halas, puedo contemplar como el mismo se divide junto con las puertas al unísono, y de repente se oye un rechino.

Estas puertas necesitan con urgencia algo de aceite, el ruido es irritante, la próxima vez que venga lo traeré para quitarle el ruido tan ensordecedor.

Cuando las abrimos, pensé en decirle a Mine lo de aceitar el portón, pero en vez de eso seguí su mirada y me quede con la boca abierta al ver lo que había dentro.




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