Granate

Cap 9

Cuando Qiang se fue, me senté al lado de Mine, crucé las piernas y le pregunte:

“¿Tu sabes quién es ese chico?”

“No creo haberlo visto en ninguna parte, y que me dices de ti ¿lo conoces?”

“No”

No me creyó. Ni yo creí lo que dije, fue chistoso, porque si sentí que lo conocía, por lo menos un poco.

“¿En serio? porque parecía que si”

“No, no lo conozco… ¿Por qué la pregunta?”

“Bueno, lo defendiste cuando yo obviamente lo estaba desenmascarando, para que dijera la verdad de como encontró este lugar. No confió en él, hermana”

“Bueno, creo que es obvio por qué no lo conocemos ninguna de las dos, recuerdo que él mencionó que es nuevo por estos lugares. Yo no sé tú, pero él me cae bien”

Repentinamente Mine me codeó en el brazo. Me mira con una cara de pícara. Antes de que esta conversación fuese más lejos, me levanto y voy directo hacia el escenario, subo por los pequeños escalones que hay detrás, inevitablemente veo el pequeño objeto inanimado tirado como si nada en el suelo, para mí, el asiento se ve delicado, y hasta incluso algo débil, por lo que lo levanté con mucha delicadeza y lo revisé para ver si tenía alguna ruptura o algo parecido, pero no avía absolutamente nada en él. Cuando termino de revisar el pequeño asiento volteo hacia mi gemela, le dedico una pequeña sonrisa que no me llega hasta los ojos y decido cambiar de tema, y como sé que ella no me discute ni me vuelve a preguntar las cosas si cambio de tema, no dijo nada más.

Descendí del escenario y me volví a sentar al lado de mi Hermana.

“¿Qué nombre piensas ponerle a este lugar?”

“Te concedo todos los honores para que le pongas uno tu”

Y como me lo imagine, Mine no volvió a hablar de Qiang.

“No sé qué nombre ponerle a este lugar, pero se aceptan sugerencias tuyas”. Espere una respuesta.

“Tyana, lo mejor es que tú se lo pongas, no yo”

Casi todo lo hacemos juntas, por lo cual fruncí el ceño, extrañada de que dijera tal cosa.

“No, las dos se lo pondremos, este lugar no es solo mío, también es tuyo”

Me volteó los ojos, con una sonrisa en sus perfectos labios parecidos a los míos. Por un momento tengo una leve sensación de que envés de verla a ella, yo me estoy viendo a mí misma en un espejo.

“Está bien, como digas, se lo pondremos las dos”

Me levanto el dedo índice diciendo.

“Ojo, pero si no te gustan mis ideas no te quejes, ¿está claro?”

Le contesté con sarcasmo.

“Sí, tan claro como el agua”

Me afinqué del hombro de Mine y me relajé, al parecer ella hizo lo mismo, porque de pronto sentí que su cabeza estaba recostada sobre la mía, nos quedamos un rato sin decir nada, viendo y oyendo a los pajaritos cerca, era un cantar hermoso que ellos decidieron compartir con nosotras en ese momento tan especial...

 

 

Antes de que me durmiera con el trinar de los aves, Mine me tocó un hombro y dijo con cansancio en su voz.

“Creo que ya es hora de regresar, ¿no te parece?”

Bostece, y repentinamente ella hizo lo mismo. Al parecer, hacer eso era contagioso.

“Si... eso creo”

Vi el cielo por un momento, me di cuenta que ella tenía razón.

“Es verdad, la noche nos caerá en sima si no nos vamos pronto”

Asintió con cara de sueño, nos levantamos al mismo tiempo, salimos del lugar, serramos las puertas y nos fuimos por el camino de regreso.




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