Llegamos a casa, y aun no se ha cumplido la hora de llegada de mamá, eso me da a entender que aún es temprano. Veo mi reloj y son las siete de la noche.
Mine sube las escaleras y se va directo al baño, para quitar todo rastro de sudor que acumuló en nuestra caminata.
Yo en cambio decidí ir a buscar un poco de comida a la cocina, eso es lo que necesita mi cuerpo en estos momentos para recomponerse.
¡Es un panda rojo! Tenía tiempo que no veía uno, y nunca me imaginé volver a ver uno, en mi casa.
Estos animales especialmente me encantan mucho, por alguna razón que yo desconozco por completo.
No lo quiero asustar, así que me acerco con lentitud y paciencia, se ve asustado al verme tan cerca. Estiro el brazo y lo toco arriesgándome a que me muerda, pero sorprendentemente, no lo hace, y me permite acariciarlo. Su pelaje se siente liso como un peluche.
Escucho unos pasos que provienen de la escalera, volteo hacia la puerta de la cocina y se abre con lentitud. Cuando Mine entra, me mira y dice con voz cansada.
“¿Que tienes en la espalda?”
Yo contesto con emoción.
“Mine, a que no sabes que me acabo de encontrar”
“No, no lo sé”
Le voltee los ojos, ya que su respuesta fue irónica.
“Bueno, ¿y si te dijera que tengo detrás de mí un panda rojo? ¿Qué dirías?”
“Que estás loca por acercarte a un animal posiblemente rabioso”
Y sin qué yo le dijese nada, ella supo de inmediato que yo no bromeaba.
“!Estas loca¡ si de verdad tienes uno detrás tuyo, déjame sacarlo, esos animales son peligrosos”
Se puso las dos manos en la cintura. Me dijo con la mirada que me moviera, pero yo no quería hacerlo.
Mine cansada, no tiene buen humor, y solo por eso reconsideré mi decisión y le hice caso. Me quite del medio para que ella pueda acercarse y sacar al animal, pero nos encontramos con una pequeña sorpresa, el panda rojo ya no está, se avía ido. Quede como una chica que ve cosas que en realidad no están ahí.
Acercándose a mí me da un rápido y delicado toque en la frente con su mano.
“¿Acaso estas enferma? o ¿la falta de sueño está afectando tu visión?”
Quite su mano de mi frente con un movimiento rápido de mi cabeza.
“De que estas ablando, es obvio que no tengo nada, yo estoy segura de que lo vi, él estaba aquí justo en la mesa, no miento, de verdad. Lo único que no puedo explicar es cómo se metió en la casa si todo está cerrado”
“Tyana, creo que fue tu imaginación que te jugó una mala pasada”
Genial, ahora ella piensa que yo estoy loca.
“Es mejor que dejes de decir cosas como esas y te vayas a dar un baño”
Mine movió su mano cerca de su nariz en señal de que algo apestaba.
“Te hace falta uno, urgente”
“No te quejes, hace un rato apestabas más que yo, no tienes derecho a burlarte de mí”
Ahora que la miro bien me quedo extrañada, ya no tiene la misma ropa de hace un rato, su cabello esta mojado, y huele a la colonia que yo suelo ponerme y usar para aromatizar mi cama.
“¿Acaso tú te bañaste?”
Sus ojos se abrieron más de lo normal, eso me dio riza pero no sonreí, en cambio me reí a mis adentros.
“Claro que lo hice, ¿Por qué me dices algo como eso? ¿Es que no me vez como tengo el cabello húmedo y huelo bien?”
“Claro que si lo veo y huelo Mine, pero te bañaste de manera muy rápida, tu nunca haces eso, ¿o es que acaso te metiste en la ducha y solo te echaste agua? porque si es así te aconsejaría que no lo hagas de nuevo.
“Si me bañe, lo hice rápido, pero bien”
Yo levante una ceja.
“Sí, claro, lo que tú digas”
“Bueno de todas maneras. De verdad ve a bañarte mamá puede llegar en cualquier momento”
Se pasa la mano derecha por su cabello húmedo.
“Claro todo depende de cuanta clientela tenga el día de hoy”
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Editado: 27.10.2018