Hay un Gran Danés totalmente negro (excepto por una mancha blanca que tiene en la pata izquierda) sentado en mi cama, ¿Cómo había entrado ese maldito perro tan grande a la casa sin que Mine o yo nos diésemos cuenta?
Tal vez eso era lo que sentía que me estaba viendo cuando salí de la cocina.
¿Pero en que estoy pensando? Qué tontería
Mi cabeza en este momento me está diciendo que retroceda unos pasos, pero no lo puedo hacer porque cada músculo de mi cuerpo se congeló por completo al ver lo grande que es ese animal. Me impresiona su estatura, ya que nunca en mi vida vi uno tan alto.
Él animal se baja de mi cama y se acerca a mí con lentitud, no sé qué hacer, pienso que me saltará y atacará pero no lo hace, lo único es que me olisquea con cautela, después se mueve directo a la ventana del cuarto, entendí que quería que lo siguiera y eso hice. Inesperadamente la puerta de la habitación se abre de un golpe y, con un susto de muerte volteo, es Mine, tiene una expresión de preocupación.
“¿Por qué abres la puerta de esa manera?, ¡me asustaste!”
Fruncí el ceño.
“Estaba comiendo en la cocina y se oyó algo que al caerse se rompió, y hoy unas pisadas aparte de las tuyas. Por lo que veo solo estás tú sola porque no hay nadie más contigo en estos momentos, aparte de mi”
Ella miro alrededor del cuarto.
“¿Por favor me puedes explicar lo que sea que allá pasado aquí?”
Me volteo para ver si el perro había desaparecido de la nada al igual que el panda rojo. Y que creen, sorpresa, sorpresa, el animal había desaparecido, estaba empezando a creer que veía cosas, ¿Me estaba volviendo loca acaso? Si le decía a Mine que antes de que ella entrara a la habitación un perro enorme estaba sentado en mi cama, no me creería en lo absoluto después de lo sucedido en la cocina, así que decidí no decirle nada de lo que había pasado hace un rato, y en vez de contarle toda la verdad como hacíamos de costumbre, le dije una mentira.
“No, es que, mira, lo que pasó fue que cuando salí del baño seguí caminando, me distraje viendo por la ventana una mariposa monarca y choque con tu mesita. Se me cayó la esfera de nieve que mamá te regalo en aquel viaje que hicimos”
No sabía si seguir con la mentira era la mejor forma de resolver las cosas pero seguí. Se me está dificultando, y mucho.
“Retrocedí rápido para no cortarme con los trozos de vidrios rotos, seguro esos fueron los otros pasos que dices que escuchaste”
No me esperaba que ella se creyera esa mentira, pero Mine es impredecible y no tengo ni idea de lo que me va a contestar.
Por favor cree lo que dije.
“Acaso no podías romper otra cosa, ese era un regalo muy especial para mí”
“Discúlpame, sabes que no fue mi intención romperlo, solo me distraje, eso fue todo, la próxima no pasará, te lo prometo, Mine”
Me siento apenada con ella, no tanto por la esfera de nieve rota, sino por el hecho de que le mentí a mi gemela. Las mentiras no están en mi lista de cosas que hago comúnmente, eso es definitivamente otro mundo para mí, y sé que no es mi fuerte, pero aun así mentí como si fuese una profesional en acción, lo cual me desagrada aún más.
Mine me ve a los ojos y ya no se nota molesta conmigo.
Ella da un suspiro hondo largo y bajá la cabeza, a continuación se me acerca y me abraza fuerte como por unos seis segundos, no me esperaba eso de parte de ella en este momento. Prosigue con una sonrisa que no le llega hasta los ojos.
“Bueno, ya no importa. Si se rompió no podemos hacer nada, y molestarse no resolverá las cosas”
Su mirada fue hasta los vidrios rotos que están regados en el suelo, y yo la seguí.
“De todas formas, tu limpiaras el desastre que causaste, ese es el precio a pagar por romper mi regalo favorito, cuando termines baja a comer, te estaré esperando”
Después de que ella saliera y estuviera a una distancia considerable del cuarto, me quité la tención por completo, cerré los ojos, baje la cabeza y me toque la frente con la mano derecha. No puedo creer lo que paso.
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Editado: 27.10.2018