Granate

cap 21

Mi tiempo ya se estaba agotando y tengo que afrontar las consecuencias tarde o temprano. Se me pasa por la mente dar vuelta para no tropezarme y caer, pero el detallé es, que no sé cómo hacerlo a esta velocidad.

Una figura humana sale de la nada, se abalanza sobre mí para atraparme y detener mí carrera. Nos lanza a un lado del camino. El monte estaba libre de troncos o de objetos filosos que puedan lastimar, Gracias a Dios.

La caída me aturde solo un poco, ya que aterricé en sima de la persona que me “salvo”.

No sé quién demonios es esta persona, así que me aparto para ver mejor su rostro. El chico esta total mente inconsciente, me imagino que es por el golpe tan fuerte que lo sacó fuera de combate.

El rostro de él es hermoso al igual que la de un ángel. Lo que más me intriga es que se parece mucho a la de Qiang, y hasta donde da mi corta experiencia, que se parezcan los dos no son buenas noticias para mí.

Admiro su rostro por unos minutos, y al ver que no hay ningún movimiento en su cuerpo, me preocupo, agacho mi cabeza para oír si su corazón late o no.

Cuando afinco mi cabeza en su pecho el miedo me inunda por completo, no puedo oír ni un solo latido de su corazón. Me pongo de nuevo recta, cambio la posición de mis piernas a estar de rodillas solo para estar más cómoda. Estiro mi mano izquierda y con dos dedos le busco el pulso en el cuello, pero tampoco encuentro rastro de vida en él.

“Dios mío, ¿ahora qué hago?”

Inesperadamente se me viene una idea muy buena a la mente. Me acuerdo de esas clases que me dieron el año pasado de primeros auxilios, y entre ellas me enseñaron, RCP y respiración boca a boca, según me acuerdo esas clases para mí fueron un poco tediosas, pero ahora sé que por fin servirán de algo haber asistido a todas esas lecciones.

Tengo que escoger rápido entre el RCP y la respiración boca a boca, obviamente voto por la primera opción, ya que es la indicada, y tal vez la más apropiada para esta ocación, la segunda no está apta para mí, así que prosigo.

Estiro mis brazos mis brazos hasta su pecho a la altura de su corazón, coloco una mano encima de la otra y entre lazo los dedos de ambas manos.

Su pecho empieza a subir y a bajar lentamente, lo cual me hace gritar y retrocedo rápido, no puedo entender cómo es posible que esté respirando cuando yo obviamente no encontré ningún signo de vida en su cuerpo, de pronto el muchacho abre lentamente ambos ojos.

Me acerco para verle mejor.

Sus ojos son de un color amatista claro lo cual hace que me impresione mucho, no todo el mundo tiene el privilegio de nacer con un color de ojos tan hermoso como los que tiene él, estoy un noventa y nueve por ciento segura de que ese color de ojos no son de él sino unos lentes de contacto que lleva puestos.

“¿Chico, te encuentras bien? ¿Puedes moverte? ¿Te duele algo?”

Le pregunto cómo mil cosas a la vez, ya que estoy preocupada de que tenga algún hueso roto.

Después de que abrió los ojos por completo, y de oír mi voz, voltea su cabeza en mi dirección y me ve directamente a los ojos.

El muchacho me habla adoloridamente y con dificultad, como si le faltase el aire.

“¿Tú te sientes bien?”

Este chico sí que es extraño, se preocupa más por mí bienestar, que por la de él mismo. Tomo eso como un gesto noble de parte de un chico, ya que ese tipo de cosas no lo hacen todas las personas.

“Si… me siento bien, eso creo. Gracias por ayudarme”

“No te preocupes, de todas maneras te vez muy mal, ¿quieres que te ayude en algo?”

“No necesito nada, pero gracias por preguntar, además tu estas peor que yo”

“Tal vez si estoy peor que tú, pero soy más resistente de lo que tú piensas, y además, se supone que un caballero se comporte así de preocupado con una chica como tú, ¿o me equivoco?”

El chico me guiño un ojo con atrevimiento.

Lo ayudo a sentarse, y como si nada le pregunto su nombre.

“¿Cómo te llamas?”

El chico me mira a los ojos con ternura que hasta me dieron sentimientos dirigidos asía él.

Perfecto, primero fue Qiang y ahora es este chico con los ojos más lindos que yo he visto en mi vida.

Mis sentimientos ya me están hartando.

“Bueno, mi nombre es Xen mucho gusto, y tú, ¿cómo te llamas?”




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