Granate

cap 27

“Ya es hora de despertar”

Oigo como la cortante y hermosa voz de Qiang me habla al oído, pero aun así no abro mis ojos.

No puede ser, todavía estoy en esta maldita pesadilla.

Su hermosa voz vuelve a sonar en mis oídos.

Aunque tengo los ojos cerrados, yo sé que él tiene una muy corta distancia entre los dos.

De sorpresa ciento como sus manos frías y pesadas caen en mis hombros desnudos, me mueve con mucha violencia para ver si todavía estoy inconsciente, pero a pesar de lo violento que está siendo conmigo, no me muevo ni abro mis ojos.

Hago todo lo humanamente posible para que él no se dé cuenta de que en realidad estoy totalmente despierta.

Espero unos cuantos segundos para ver si él cree que todavía estoy dormida, y como es de esperar, Qiang se cree completamente mi actuación de la damisela inconsciente.

Mi idea es seguir fingiendo que estoy inconsciente para poder oír hablar a aquellos dos chicos y poder obtener más información de la que hasta ahora ellos dos me han proporcionado.

¿Pero de que me serviría oírlos? Hasta donde yo sé esto es una simple pesadilla, y su conversación claramente no me va a servir en el mundo real. Pero no importa, de todos modos los oiré.

Ya no quiero seguir con todo esto, mi mente está tan agotada, no entiendo nada, siento como si mi vida fuese una farsa total y que las personas en las que yo más he puesto mi confianza han estado mintiéndome toda mi vida.

Mi cabeza tiene un dolor persistente pero es mínimo, me doy cuenta de que ya no sangro más pero si siento como una acumulación de sangre rodea la parte en la que me han lastimado y un poco más de eso, ciento como esta en la parte trasera de mi cuello y un poco en mi frente.

Tardo unos cuantos segundos para poder darme cuenta de que ya no estoy atada a esa espantosa silla de madera.

Tengo los ojos tapados con una tela y eso quiere decir que no puedo ver absolutamente nada a mi alrededor, pero si puedo sentir.

Sé que estoy sentada en el frio suelo y que mis brazos están atados a ambos lados, pero aún no sé con qué.

Me doy cuenta que lo que me mantiene casi inmóvil son unas esposas de policía, no pueden ser otra cosa, ya que es inconfundible el daño que me hacen en las muñecas y el frio que estas trasmiten al tocarte la piel.

“Xen, esta chica sigue inconsciente”

Se oye la inconfundible riza burlona de Qiang.

“Amigo creo que te pasaste con el golpe”

“¿Qué, acaso te estás apiadando de esta mocosa mimada?”

Esta vez fue Xen quien se rio, con un tono malvado pero aun así se le oye muy bien.

Qiang vuelve a reír pero esta vez es aún más fuerte que antes, superando la de Xen.

“¿Acaso te estás volviendo loco? Tu bien sabes que yo nunca me he apiadado de nada ni de nadie, y menos de nuestras víctimas, aquí lo importante es terminar nuestro trabajo”

Se oye un corto silencio entre ellos pero Qiang vuelve repentinamente a hablar.

“Y además si no te hubieses excedido con el golpe esta niña se hubiese despertado antes y abríamos terminado nuestro trabajo, para que nos de lo que nos prometió el señor Meng, y después podremos irnos a descansar a nuestras añoradas casas”

¿Quién rayos es ese tal señor Meng?

Yo sé que he oído salir de la boca de mi madre y hermana ese extraño nombre, pero ellas nunca me quisieron contar quien es él.

Ellas me hacían entender que ese señor es un viejo amigo no muy deseado de mi madre, y con que me dijeran eso yo me quedaba un tanto tranquila, pero no lo suficiente como para sentir un pequeño dolor de cabeza cada vez que mi madre o mi hermana lo mencionaban.

La sola mención del nombre de ese señor me da náuseas y yo nunca pude explicarme porque siento tal cosa por una persona que se supone yo no conozco.

“Siempre es lo mismo contigo, no paras de quejarte por una u otra cosa, amigo, si sigues así, y te oye el jefe te votara, o peor te matará, y no quiero que eso pase, eres el único que me comprende, así que cierra la maldita boca y agradece lo que el jefe nos ha dado, tu sabes muy bien que sin él no seriamos nadie”

“Si, sé que el jefe se arriesgó mucho al adoptarnos como sus hijos, y que nos sacó de muchos aprietos, pero aun así esto se siente como una obligación, un pago que le debemos al jefe por según el avernos sacado de las calles y de avernos salvado la vida. ¿Nunca te has parado a pensar que ese pensamiento egoísta del jefe es un poco molesto y tedioso?”




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