Siento como me dan unas pequeñas palmadas en la mejilla.
“Ya despierta, es hora de darte tu sorpresa”
El frio se apodera de mis piernas ateridas, e instantáneamente me doy cuenta que estoy en el suelo.
Esto significa que no me han cambiado de lugar, que aún sigo aquí, en el escondite.
Mis muñecas ya no están atadas a unas esposas, pero mis brazos siguen en la misma posición en la que estaba cuando las tenía.
Algo me sujeta las muñecas lo cual hace que mis brazos queden levemente levantados, y ese algo son unas manos, manos tan frías que parecen como si las hubiesen metido en una cubeta de hielo por horas, o en agua excesivamente fría.
Lo único que puede estar tan helado como estas manos son las de un muerto, y ya que esto se supone es un sueño no me da miedo pensar que (a los que les pertenecen estas manos) estén muertos.
Abro mis ojos lentamente, con un nuevo dolor en mi cabeza.
“Me está empezando a molestar que me des golpes en la cabeza cada vez que te plazca Xen”
Todo está totalmente oscuro a mí alrededor, lo único que distingo son figuras negras.
Al parecer la luna decidió no salir esta noche, de seguro no quiere compartir un poco de su hermosa y resplandeciente luz.
No logro alcanzar a ver el rostro de las personas que me están sujetando. No poder ver lo que está pasando a mí alrededor, hace que mi mente me juegue malas pasadas, lo cual no me ayuda a mantener la calma.
“Xen que es todo esto, ya deja tus juegos, ya deja de esconderte entre las sombras, ya déjate ver”
“Ohhh, ya ha despertado la mocosa mimada de su sueño reparador. Lamento informarte, bueno, en realidad NO lamento informarte, que lo que me pides será imposible, como ya puedes ver, ahhh es cierto, no puedes ver nada, ¿no es así? Tu no me puedes ver, pero yo a ti si”
¡Maldición! aunque no lo quiero admitir él tiene mucha razón, ¡no puedo ver casi nada de lo que está a mí alrededor! esto se está poniendo cada vez peor para mí, aunque intente mantener la calma en esta situación, eso no hará una gran diferencia a lo que me está pasando.
La repentina risilla de Xen se oye en la oscura noche y, me saca de mis más profundos pensamientos.
Que tipo tan chocante y odioso
“¡¿Por qué?!”
“¿Por qué qué?”
“¿Por qué me haces esto? ¡Nunca he hecho nada malo en mi vida! y menos a ti, ya que ni siquiera te conozco o, ¿sí?”
Un bostezo sale de su boca.
“Ya me estoy empezando a aburrir, empecemos con la verdadera diversión”
Oigo como unas cadenas son arrastradas lentamente por el piso, se acercan un poco más, y un poco más, y repentinamente se detienen.
La mano que sujeta mi muñeca aun agarrándome, se mueve de lugar hasta un punto de que ya no es mi muñeca lo que sujeta, si no mi brazo. Ciento como las cadenas vuelven a sonar, pero esta vez como si las estuvieran levantando.
Oigo sus dedos chasquear (como dando una orden a la persona que está detrás de mí para que se detenga) en alguna parte de la oscuridad él vuelve a hablar emocionadamente.
“A si consisten las reglas de este pequeño juego, déjame poder explicarte, primero aremos lo siguiente contigo, esa cadena (cubierta por Granate), que posiblemente has podido oír, será puesta en tu hermosa muñeca, y la dejaremos un rato largo, y después, traeremos otra para que sea colocada en tu otra muñeca, y aremos el mismo procedimiento, ¡y para el gran final!, te terminaremos poniendo una en….
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Editado: 27.10.2018