Dharani Ferrajoli
Desde pequeña me inculcaron demasiadas cosas que se han encargado de moldear mi personalidad, a mi hermano lo educaron de la misma manera pero él logró liberarse hasta cierto punto, algo que siempre he admirado de Orland es que no se deja manejar por el resto de personas, ha formado su propio carácter y manera de ser con el paso de los años y puedo decir que muy pocas personas han logrado evitar que haga y diga lo que quiere y piensa, pero las palabras clave son muy pocas personas porque la realidad es que hay dos seres a los que Orland definitivamente no puede enfrentarse, no porque les guarde un gran respeto, es porque les tiene miedo.
Por mi parte, me he dejado influenciar por las actitudes que las personas toman hacia mí, creo que eso es algo que se ha hecho notar y confesaré que hubo quienes se aprovecharon de mi debilidad para lastimarme hasta lo más profundo de mi ser. Las dos personas a las que Orland no es capaz de responder son las mismas que hicieron que las palabras y pensamientos de los demás sobre y hacia mí me afectaran hasta el punto de llorar, eso sí, sin hacer ruido.
Justo ahora estoy sentada en la misma mesa que esas dos personas.
― ¿Qué tal van las clases?
Una voz gruesa y madura rompe el silencio en el que estamos y siento como si hiciera temblar los cuatro muros que rodean el pequeño comedor
― Vamos bien, gracias por preguntar.
Es Orland quien responde así que me quedo en silencio y mantengo mi vista fija en el plato de sopa que estoy comiendo
― ¿Acaso tu hermana no puede responder por su cuenta? ― Una voz femenina se escucha. Aprieto los labios y subo mi mirada hasta alcanzar el rostro de mi hermano quien se ha puesto tenso ― sería bueno que de vez en cuando abras la boca Dharani.
―Sí, procuraré hacerlo ― respondo, pero aunque lo intento, mi voz no sale tan firme como me gustaría ― y… me va muy bien en la u…
― Eso ya lo respondió tu hermano ― nuevamente la voz gruesa del hombre que está en el extremo derecho de la mesa se escucha ― no me interesa escuchar la misma respuesta dos veces.
Respiro lentamente y vuelvo a bajar la mirada
― Lo lamento papá.
Trago saliva y le doy un pequeño sorbo a mi sopa
Hace dos o tres meses que Orland y yo no veníamos a casa de nuestros padres, y de no haber sido por la… “invitación” de mamá, ni siquiera se nos habría pasado por la cabeza la idea de acercarnos a este lugar. A ninguno de los dos nos gusta venir, mucho menos si nuestro padre estará presente, pero tampoco es como que la compañía de mamá sea algo muy reconfortante
―Orland ― mi padre llama al chico que está frente a mí ―he estado pensando estos últimos meses, y desde hace años me di cuenta de que las decisiones que ustedes dos toman ―dice señalándonos a mi hermano y a mí con su cuchara ―son las más estúpidas, tendrías un gran potencial para ser abogado, medico, cualquier cosa que te asegure un futuro. Pero es decepcionante que siempre tomes el camino más fácil ―veo a Orland tragar saliva y ponerse aún más tenso de lo que ya se encontraba ―comunicación ―nuestro padre ríe con amargura ―está bien si quieres terminar como un maldito vago por el resto de tu vida, pero bueno, eso siempre lo has sido.
Mi hermano agacha la mirada, eso le ha dolido pero lo conozco, no responderá ni intentará defenderse, se quedará callado y terminará su cena en silencio.
―De Dharani no me sorprendió demasiado que escogiera el diseño gráfico como su carrera, después de todo ella no piensa y tampoco tiene la capacidad de estudiar algo que realmente valga la pena por su... ¿Cómo decirlo? ― miro al hombre y me preparo para cualquier comentario que sé que me dolerá ― dejémoslo en que no tiene la capacidad, siempre ha sido demasiado lenta, ilusa, tonta…
Ahora he dejado de escuchar, una lágrima sigilosa sale de mi ojo y me esfuerzo por no hacerlo notar, si alguno de mis padres se da cuenta, las palabras ofensivas aumentarán y me sentiré peor.
Una de las cosas que sé desde mi infancia es que las lágrimas solo empeoran todo, y los sollozos aumentan el dolor
―… me sorprende que no haya abandonado la carrera, como siempre se le complica todo…
Trato de ignorarlo pero es demasiado difícil, dudo mucho que suelte algún comentario nuevo, normalmente siempre me dice lo mismo. Es extraño, no importa cuántas veces escuche de su parte todo lo malo que hay en mí, siempre duele, no puedo acostumbrarme a esto. Nadie debería acostumbrarse a escuchar como es insultado por su propio padre.
― Creo que deberíamos ir por nuestras cosas ― digo en un aludido que apenas si se ha de haber escuchado
― Finalmente sacaran toda esa basura que solo está estorbando por ahí ― escucho hablar a mi madre pero no me atrevo a mirarla ― al menos habrá más espacio en esta casa.
― Vayan ahora.
Orland y yo nos miramos de reojo rápidamente, él de inmediato empuja su plato hacia el centro de la mesa y se levanta, permanece parado para esperarme.
Mi torpeza gana y en el afán de estar de pie lo más rápido posible para no seguir soportando la presencia de mis padres paso empujando el plato de sopa a medio comer y provoco que éste caiga al suelo y la comida quede vertida por el piso del comedor. Por el susto doy un paso hacia atrás y observo el desastre que he provocado.