Dharani Ferrajoli
—Solo te pedí una cosa Dharani —dice mi hermano con algo de cólera en su voz.
—No sé de lo que estás hablando —respondo.
No entiendo por qué, pero ayer mientras Edward estaba conmigo, Orland salió de su habitación sin dirigirme la palabra y lo he visto molesto desde entonces, pero no ha hablado de nada, y sinceramente no tengo ni la más mínima idea de que es lo que yo podría haber hecho para que se moleste.
— ¿Puedes ser un poco más claro? —añado en voz baja.
Cuando estoy con él intento ser fuerte pero aun con mi hermano es difícil hablar bien en algunas ocasiones, especialmente si es que está molesto.
Sus ojos se dirigen a mí, parece relajarse e internamente agradezco eso, lo que menos quiero es que él y yo discutamos.
—Loyra —suelta y seguido de eso se dirige a su habitación.
Intento recordar de donde he escuchado eso antes, pero me es un poco difícil. Últimamente he tenido demasiadas cosas en mi cabeza y mi mente por momentos me ha jugado un poco chueco respecto a recordad ciertos detalles o datos que se supone debería tener presentes.
¿Loyra?
— ¿Piensas hacer algo hoy? —murmura nuevamente Orland desde la puerta de su habitación.
—Noelle vendrá en un rato —le informo.
—Genial, una razón más para no salir de mi habitación —dice —avísame cuando se vaya —habla de mala manera.
Esto es horrible
Sé que Noelle y Orland no se llevan bien, es más, podría decirse que se odian… o eso parece. Es una situación complicada, él es mi hermano y ella es mi única y mejor amiga, que no se agraden hace que ciertas situaciones sean incomodas tanto para ellos como para mí. Entre ellos han ocurrido ciertas cosas que han provocado una separación en todos los sentidos, lo único que tienen en común podría decirse que soy yo.
Un aroma en específico me indica que mi pequeña adicción está lista. Así que voy a la cocina y sirvo un poco de café en mi taza favorita y bebo un pequeño sorbo, pienso que tal vez lo mejor sería que Noelle no venga y que sea yo quien vaya a verla, así evitaría que se encuentre con mi hermano y al mismo tiempo evitar que tengan alguna discusión.
Eso empeoraría aún más las cosas con Orland, y yo sigo sin entender por qué está tan enojado, no recuerdo nada que yo pudiese hacer y no logro recordar de donde conozco el apellido Loyra.
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando escucho unos cuantos golpes en la puerta, hago mi taza a un lado y voy directo a abrir, espero a encontrarme con mi mejor amiga para decirle que salgamos a pasear.
Creo que ha golpeado más fuerte de lo normal.
En cuanto hago contacto con la perilla de la puerta un escalofrío recorre mi cuerpo, decido ignorarlo y abro para dejar ver a quien está del otro lado de la puerta.
Me quedo paraliza al ver un cuerpo masculino apoyado en el marco y mirando al suelo. Siento que pierdo la capacidad de hablar, escaneo al sujeto con la mirada, está vestido con una chaqueta de cuero con una camiseta blanca debajo y jeans negros.
Finalmente mi vista se centra en el par de ojos gris azulado que solía mirar de manera diferente y que ahora me están observando fijamente.
—Dharani —dice dedicándome una sonrisa agridulce.
—Qu… ¿Qué haces aquí? —balbuceo.
Su simple presencia provoca que mis nervios se pongan de punta. Este es el preciso momento que esperaba evitar a toda costa, lo único que quería era no encontrarme con él nuevamente.
La típica presión en el pecho se hace presente y mi cerebro parece que se ha apagado; intento ordenarle a mi boca que suelte palabras y a mi cuerpo que se mueva, pero no lo logro. Todo esto está pasando demasiado rápido, necesitaba más tiempo, no puedo encontrarme con él no ahora, aun no estoy preparada.
—Vengo a ver a… —hace una pausa y sonríe de lado —mi mejor amigo —me giña un ojo —pero no está tan mal encontrarme contigo. Te ves… igual que la última vez que te vi.
No, dime que esto no es verdad.
Él no puede venir a ver a Orland, es que… no me haría esto, mi hermano no podría seguir relacionándose con este chico después de todo lo que ocurrió. Mi hermano no me traicionaría de esta manera, ¿o sí?
Sin permiso alguno y sin que yo lo impidiera él pasa a mi lado y se interna hasta llegar al centro de la sala de estar. Me he quedado sin palabras, quiero que se vaya de aquí pero mi voz simplemente no sale de mi garganta, ni siquiera puedo pensar bien.
—Este lugar no ha cambiado mucho que digamos. Oh el tono de las paredes es un poco más claro, pero sigo insistiendo en que necesita una pequeña remodelación —dice en tono de burla.
— ¿Por qué estás aquí Ivan? —finalmente me atrevo a hablar.
El me mira de lado por unos segundos y después gira por completo su cuerpo hacia mí, se cruza de brazos y me escanea de arriba abajo con la mirada. Al sentirme observada agacho la mirada para no hacer contacto visual con él.