Dharani Ferrajoli
No estoy segura de ser una persona por la que los demás se preocuparían.
Durante mucho tiempo he sentido que si yo desapareciera repentinamente, si la tierra me tragara y nunca más se supiera de mí, las personas que llegaron a conocerme no se verían afectadas, seguirían con sus vidas como si nada hubiese pasado, sería como si yo nunca hubiera nacido y estaría bien. Mi hermano, mis padres y Noelle seguirían viviendo y no pensarían en mí, se olvidarían por completo de que alguna vez existió una chica llamada Dharani Ferrajoli.
Aunque tengo que confesar que esa sensación se ha ido poco a poco, es decir, aun lo siento, pero ya no es tanto, he dejado de sentirme tan patética e inútil.
Si soy completamente sincera conmigo misma, he cambiado ciertas cosas, no sé si lo hice por mi cuenta o un factor externo me obligó de cierta manera a cambiar.
Mientras intento ordenar un poco mi habitación el sonido de unos golpes en la puerta principal me interrumpe. No se escucha tan fuerte pero es debido a la distancia que hay de mi habitación a la entrada del departamento.
Rápidamente voy a abrir la puerta. Me encuentro con Noelle, ella está cargando varios libros y el estuche donde guarda todo lo necesario para tomar apuntes.
— ¿Lista para iniciar la semana pesada?
— Tengo que — sonrío — entra.
Mientras Noelle se instala en la sala de estar yo regreso a mi habitación parara recoger las cosas que necesito para estudiar.
Esta semana inician los exámenes, y a pesar que Noelle y yo nos hemos estado preparando desde hace días preferimos continuar repasando, a estas alturas lo que menos necesitamos es retrasarnos o reprobar alguna prueba, esto resultaría demasiado grave y nos perjudicaría bastante.
— Muy bien, confío en que si estudiamos aprobaremos todos los exámenes y podremos descansar un poco, ¿empezamos?
— Sí — respondo — solo iré a preparar un poco de ca…
— Nada de eso Dharani — sentencia — te sentarás aquí a mi lado y comenzarás a repasar todo lo que tengas en esa libreta — dice al mismo tiempo que señala mi cuaderno — el café puede esperar.
No reprocho y de inmediato tomo asiento.
— ¿Tu hermano está aquí?
— Descuida, él salió y no regresará en un buen rato.
Noelle y yo no perdemos tiempo y comenzamos a estudiar y, en mi caso, comenzar con el diseño de un proyecto que me han solicitado.
Estaría mintiendo si digo que no me preocupa salir mal en las próximas evaluaciones, no me encuentro en el mejor momento de mi vida universitaria como para darme el lujo de perder alguna materia.
Aun me faltan un par de años para terminar la carrera, pero no quiero correr ningún riesgo.
Consigo terminar el primer boceto de mi diseño, ahora es cuestión de profundizarlo más.
Toda mi vida he estado en contacto con la pintura, los dibujos y ese tipo de cosas. Recuerdo que de pequeña intentaba imitar pinturas famosas en mi cuaderno, con crayones, lápices de colores y cosas que encontraba en casa, me encerraba en mi habitación y comenzaba a pintar, cuando terminaba escondía mi cuaderno en una caja, la cual todavía conservo.
Ese cuaderno era mi pequeño secreto, nadie sabía de su existencia, ni siquiera Orland quien en ese tiempo me contaba todo y yo también le contaba todo, estaba segura que si algún día decidía mostrar el cuaderno… sería cuando estuviera completamente segura y orgullosa de lo que había hecho y que era digno de ser mostrado.
Pero un día mi madre descubrió la caja, sacó todo lo que contenía incluido el cuaderno, se llevó éste último y se lo mostro a mi padre, en la cena de ese día me hicieron saber que lo habían encontrado, juro que creí que ellos se sentirían orgullosos, porque desde mi perspectiva de niña de siete años era un trabajo hermoso… está claro que fui una tonta.
Recuerdo perfectamente esa noche.
Ya todos habíamos acabado nuestra cena, Orland y yo intentamos levantarnos de la mesa y dirigirnos a nuestras habitaciones tal y como lo hacíamos todos los días, sin embargo nos lo impidieron.
— Quédense un momento — habló nuestro padre — necesito hablar de algo muy importante con ustedes — su mirada se dirigió a mí, lo miré — especialmente contigo Dharani.
Escucharlo hablar ya era algo intimidante, pero decir que necesitaba hablar con nosotros provocaba un gran terror en nuestro interior.
Mi padre salió del comedor, nos quedamos solos con nuestra madre quien nos vigilaba desde su asiento.
No entendí porque quería hablar conmigo, miré a Orland de reojo, él lo notó y movió la cabeza para darme a entender que tampoco sabía que era lo que estaba pasando. En mi cabeza intenté pensar en sí había hecho algo malo que mereciera el famoso castigo de exposición de mi padre, intenté averiguar qué era lo que estaba pasando, ¿por qué nuestro padre quería hablar conmigo frente a mi madre y hermano?
Para humillarme, claramente pero… ¿por qué?