Dharani Ferrajoli.
— ¡¿Que tú vas a hacer qué?!
Supongo que en ocasiones la mente liberal de Orland no aplica para mis decisiones.
—Carajo no… esto… esto no puede estar pasando.
—Lamento tener que decirte que si está pasando.
—Dharani, ¿eres consciente de lo que vas a hacer?
—Escucha, él vendrá por mí y saldremos un rato, regresaremos para cenar y espero que para ese momento ya estés más tranquilo.
Lógicamente tenía que contarle a Orland sobre mi decisión de ir a vivir con Edward, sabía que su reacción no sería la de felicitarme pero tampoco esperaba que comenzara a gritar en cuanto se lo dije.
—Oye, es difícil para mí dejarte ir, se supone que somos tú y yo contra… contra lo que nos lastima y… bueno, no quiero perder eso.
Ver a mi hermano mostrando una faceta sentimental es extraño, ambos estamos tan acostumbrados a que él es el fuerte, el divertido y el despreocupado, pero sabemos que en el fondo le duelen las cosas y las palabras, las acciones y las discusiones. Es mi hermano y lo amo, y tengo que reconocer que me dolería dejarlo, me va a doler dejarlo. Así como me dolió cuando él se fue la primera vez.
—Aunque eres un dolor de cabeza, así que supongo que descansaré de tus regaños y eso me agrada —no puedo evitar sonreír con sus palabras —diviértete con Edward, ambos se lo merecen.
—Iremos a casa de Vanessa, no sé si eso será divertido.
—Dhari, en este tiempo Edward ha demostrado amarte, confío en él y sé que no va a dejar que ella te haga daño, te pondrá a ti antes que a Vanessa. Si quieres regresar a casa él te traerá. Confío en Edward.
El cambio de Orland ha sido impresionante, si bien sigue siendo él mismo creo que como persona ha mejorado mucho.
—Gracias – le digo.
— ¿Por qué?
—Por haber aprendido a tratarlo.
Sé que no dirá nada más, así que me dispongo a ir a mi habitación para pasar el rato hasta que Edward venga por mí.
Iremos a una pequeña reunión en casa de Vanessa, reconozco que en cuanto Edward mencionó eso no me agradó en lo absoluto. Si fuera por mí evitaría ver a Vanessa o a cualquiera de los amigos de Edward, excepto a Carlo, es más que claro que no soy la persona favorita de ninguno. Las veces en las que pasé tiempo con ellos me sentí excluida y fuera de lugar, el único que siempre hace el intento de involucrarme en el grupo de amigos y en las conversaciones es Carlo.
La única razón por la que no he hablado con Edward sobre mi incomodidad al pasar tiempo con sus amigos es que no quiero hacerlo sentir mal.
Quiero ser una buena novia, pero cada vez se va haciendo más y más difícil.
—Necesito preguntarte algo.
Orland entra de pronto a mi habitación y se sienta en la orilla de la cama.
—Dime
— ¿Es verdad que Vanessa está saliendo con alguien más?
De acuerdo, ya se enteró.
—Realmente no se mucho sobre eso, escuché que conoció a alguien y que parecía que ambos estaban interesados en iniciar una relación. No lo conozco a él y no es como que Vanessa me cuente sus cosas como si fuéramos intimas amigas, ¿por qué lo preguntas?
—No sé, yo… supongo que es extraño saber que ella está con alguien.
Acaso…
— ¿Sigues enamorado de Vanessa?
Mi hermano me mira con incredulidad, como si le hubiera dicho la mayor de las locuras.
—Pero por supuesto que no, ¿Cómo rayos se te puede ocurrir algo así? — Él se levanta y me mira desde arriba — jamás volvería a estar con Vanessa, no podría seguir enamorado de ella porque creo que nunca la amé.
— ¿Cómo estás tan seguro de eso?
—Porque con ella nunca sentí lo que siento por…
— ¿Qué?
— ¿Qué?
— ¿Estás saliendo con alguien? — no me responde. Sus ojos abiertos de par en par y su boca ligeramente torcida lo hacen ver gracioso, pero lo que me interesa es la confesión que estuvo a punto de hacer —Orland, ¿te enamoraste de alguien? —El pequeña brillo que sale de sus ojos lo delata, así como también la pequeña sonrisa que inconscientemente deja escapar— ¡oh por dios! Estás enamorado de alguien.
—No pienso hablar contigo de esto.
Orland sale de la habitación prácticamente corriendo para que yo no haga preguntas. No puedo evitar reír porque he descubierto, o más bien confirmado, que está enamorado de alguien. Solo falta descubrir quién es…
Salgo de la habitación y a pasos sigilosos cruzo el pasillo para quedar frente a la habitación de mi hermano, como es de esperarse la puerta está cerrada, entonces decido tomar el riesgo de abrirla con cuidado para no hacer ruido. Introduzco mi cabeza y observo alrededor, Orland no se ve por ningún lado. Decido salir y dirigirme a la sala de estar.
Camino por el pasillo pero escucho una puerta abrirse y cerrarse, al voltearme veo que Orland está saliendo del baño y entra a su habitación. Va hablando por teléfono y no creo que me haya visto. Regreso a pasos lentos a su habitación, esta vez la puerta no está cerrada completamente, hay un pequeño espacio por el que puedo alcanzar a verlo.