Grayfurd "El cielo"

Capitulo 2. ENEMIGOS

—¡Todos los que puedan escucharme hagan lo posible por llegar a la segunda puerta, ahí resistiremos el ataque!
Muchos de los que le escucharon hicieron caso y con el propósito y esperanza que les había dado, subieron su moral para ir ahí. Había algunos valientes como Grayfurd que se quedaron a pelear, dieron una batalla impresionante, una que desde otros mundos como la Tierra parecía que los truenos danzaban en el cielo chocando unos contra otros.
—¡No, no deben pelear, deben agruparse!—Insistía para salvar a los que más le fuera posible.—¡Necesitamos que muchos sobrevivan para poder defender el cielo!
Las campanas seguían sonando, el estado de emergencia no se detenía ni lo haría por mucho tiempo. El gran paraíso mitológico estaba asediado y todos sus habitantes sitiados por el ejército de demonios más organizado de todos los tiempos.
Las fuerzas enemigas ya habían entrado casi por completo, detuvieron el ataque sorpresa considerando un éxito la etapa que consistió en derrotar a la mayor cantidad de Salabines que pudieron y entrar a la fortaleza enemiga con todo su ejército. Algo que para los defensores aún era un misterio, el cómo lo habían logrado.
Grayfurd, un poco cansado, vió con horror a cientos de miles de enemigos parados en el entorno del cielo, teniéndolos rodeados por completo. También vió todo el armamento que tenían, el más destacado era un carro muy grande que podía transportar armas y un número considerable de enemigos.
Sin más remedio tuvo que hacer lo que predicó a sus compañeros, se retiró a la segunda puerta que daba acceso a la fortaleza interior del castillo.
En el camino lamentó ver tanta destrucción que en poco tiempo se había alcanzado, muchas esferas de luz destruidas, campos con flores celestiales quemadas, muebles y máquinas de energía quebradas y lo más doloroso, ver a muchos compañeros caídos. Salabines que eran pisoteados mientras aún respiraban, otros capturados eran despojados de sus alas y otras partes de su anatomía. Otros más encadenados y atados a los carros mientras burlas e insultos eran utilizados contra ellos.
Al llegar a la segunda puerta ya casi todos habían pasado por ahí, solo algunos que llegaban después de ofrecer la última resistencia se unían para cruzar las enormes puertas plateadas que llegaban desde el suelo y hasta el techo amarillo que no era de algún material sólido, si no de luz pura que era comparable con la de un Sol.
Entró y los soldados que la custodiában se cercioráron que ningún compañero más viniera en camino, con mucha pena y dolor la cerraron con la esperanza de encontrar una solución.
—Los enemigos están por todos lados.—Describía al entrar y ver a sus compañeros.—¿Dónde están los generales?
—En este momento el general mayor está agrupando las fuerzas y distribuyendo el ejército en seis partes para defendernos.—Uno de los guardianes de la puerta le respondió.
—Necesito decirle lo que he visto, ellos traen un arsenal completo como para destruir la puerta, están perfectamente organizados y no están actuando como los brutos impulsivos de siempre.
—El general está en el sector sur de este nivel, ahí todo los soldados disponibles se están concentrando para iniciar la defensa.
Grayfurd corrió al escuchar estas palabras para encontrarse con el equipo. La distancia en recorrer no era para nada corta, esta segunda capa del cielo equivaldría al tamaño de un continente entero de la Tierra. La ventaja para ellos es que podían correr mucho más rápido que un humano, alcanzar esas distancias en poco tiempo era posible con un poco de esfuerzo.
En su camino, la desesperación se estaba apoderando de él al ver tantos rostros preocupados por donde quiera que pasaba. Algunos miembros de la población no eran del todo guerreros, por esta cuestión no se querían involucrar directamente.
La tensión estaba en el ambiente, además de una intensa energía oscura y pesada que chocaba contra la liviana de los habitantes del cielo, energía a la que estaban acostumbrados.
El olor del ejercicio invasor podía extenderse ya atravesando las puertas, la constante sensación de peligro se hacía más grande conforme los gritos de los demonios estremecían los odios de quienes los escuchaban.
La moral la tenían ganada totalmente, poseían un ejército superior, el elemento sorpresa, ya habían tomado parte del cielo y los defensores estaban temerosos en un escondite. Grayfurd lo sabía pero él tenía confianza en que la victoria sería posible.
—¡Muy bien, quiero que se tranquilicen todos!—El general hablaba desde lo alto, impulsado por su energía que le permitía estar volando en el aire.—El enemigo nos ha sorprendido, vamos a superar eso, ahora lo importante es que nos hemos podido reunir y podemos defender nuestro hogar.—Su voz era muy hermosa, era inevitable no poner atención para escucharla.—Todos los guerreros del cielo han respondido notoriamente y en poco tiempo la defensa está lista. Nos dividiremos en seis grupos, cada uno de estos solo defenderá las puertas a esta sesión, no nos lanzaremos a un ataque directo, al menos no hasta que el número de enemigos haya disminuído. ¡Todos a sus pociones y esperen mi señal!
Grayfurd se acercó para poder hablar con el general una vez que los soldados comenzaron a dispersarse. Lo hizo mientras los generales se comunicaban entre ellos.
—Gablan, ¿Qué noticias me tienes del resto del cielo?—Se dirigió a otro de los generales que había estado en reconocimiento por todo el lugar.
—No hay más guerreros, todos están aquí.—Su voz también provocaba ese efecto.—El resto intentará ayudar con las cosas para lo que son buenos; alimentando, con las máquinas, etc. No sabemos cuánto tiempo vaya a durar este asedio así que debemos estar preparados.
—Si, en eso tienes razón.—Fijó su mirada en dirección exterior visualizando al enemigo.—No entiendo cómo es que hay tantos demonios ¿De dónde salieron todos ellos?
—Es verdad que los demonios originales solo fueron la tercera parte del número total de nosotros los Salabines.—Le respondió su compañero muy analítico.—Pero después de ser exiliados, ellos buscaron seres en todos los mundos para corromperlos, adueñarse de sus almas y hacer un ejército mayor. Aunque son creados con otras especies su poder es algo importante a considerar.
—Entiendo, entonces su trabajo de todos estos años reuniendo seguidores funcionó.—Miró fijamente en dirección a sus enemigos.—Aunque entonces nuestra ventaja es que ellos no tienen la inmortalidad de un demonio, vencerlos será más sencillo.
—Perdón que interrumpa a mis líderes.—Grayfurd se inclinaba ante ellos para hablarles.—He escuchado sus controversias y yo mismo me he enfrentado ya a ese ejercito. Creo que con la estrategia correcta podemos ganar.
—Guardián de la gema de la vida, eres escuchado. —Migazul respondía aún levitando por los aires.—¿Tienes algún consejo que nos pueda servir?
—Mi consejo es que no desperdiciemos elementos intentado pelear abiertamente. A su estrategia de defensa yo le sumaria que los mejores guerreros fuéramos en un ataque frontal directo para deshacer sus filas. Yo mismo quisiera ir y pelear de está forma.
—Nadie pone en duda tu valentía pero, ¿Qué te hace pensar que podrás hacer diferencia enfrentándote de esa manera?
—Solo confíen en mí, no les decepcionaré.
—Me permito sugerir algo yo también.—Gablan interrumpia.—Necesitamos conocer los planes del enemigo así como los siguientes pasos que darán. La formación que ahora están mostrando es muy distinta a lo que hemos visto antes, parecen seguir un plan y eso es malo para nosotros pues necesitamos ser más inteligentes para no caer en lo que ellos han planeado.
—¿Y cómo podríamos saberlo?—Preguntó intrigado Grayfurd.
—Funcionará si pensamos como ellos, ¿Qué objetivo tendríamos de estar en su situación?
—Yo creo que la destrucción total del cielo, mi general.
—Y ¿Cómo podrían destruir un lugar así de inmenso y poderoso?, ¿Crees que lo harían únicamente con matar a todos sin control? ó ¿Destruir secciones mientras van avanzando?
—Tal vez con las carnicerías que antes demostraban si, pero con esta nueva actitud que llevan creo que debe haber un secreto mayor.
—Entonces debemos pensar, ¿Qué cosa adentro de este cielo puede causar una destrucción a gran escala?—Gablan sin duda era el más analítico de los siete generales líderes del cielo. Entre otras cosas era el encargado de organizar todo y pasar los mensajes a cada sección.
—Me parece que hay un par de máquinas con el núcleo energético adecuado para lograr eso.—Migazul ayudaba con el análisis.—Si esas fueran sus intenciones tratarían de llegar a ellas usando a su ejército en maza como una distracción. Desde su posición actual sería difícil que llegáran con todas nuestras fuerzas cubriendo el camino. Entonces estamos haciendo lo correcto en habernos refugiado aquí desde el ataque.
—Entonces no hubiera sido una buena estrategia el haber invadido así, tomando el primer nivel sabiendo que nos encerrariamos.
—Tal vez pensaron que luchariamos con todo para no dejarles pasar.—Grayfurd intentaba ayudar a idear la solución.
—Eso podría ser, pero no me convence mucho, hay muchos cabos sueltos.—Gablan estaba meditando mucho la situación.—Tal vez creen que pueden vencer la defensa y así lograr atravesar todo el cielo, serían muchas bajas para ellos, lo cual no creo que le importe, pero también sería mucho tiempo y en ese aspecto creo que si tienen dudas.
—Entonces ¿Qué propones? No podemos perder más tiempo.—Migazul estaba listo para efectuar el plan cualquiera que fuese.
—Muy bien, no olvidemos que el enemigo en algún momento vivió aquí, conocen y recuerdan todo.—Sus ojos comenzaron a brillar en un tono perla.—Si ellos quieren acceder a los núcleos para destruirnos y a este lugar, no tomarán la ruta corta sino el túnel que está en este mismo nivel y que cruza todo el sector, llegando a la zona industrial interna. Así que nuestra prioridad no cambia, ellos querrán entrar aquí y es nuestro deber hacer que no pasen. Usarán a sus númerosas tropas para llegar y abrirse paso, después los líderes sin que nos demos cuenta, usarán el túnel y activarán la energía. ¡Vamos a evitar a toda costa que entren aquí!
—Muy bien, ¡Todas las tropas defensivas deben reunirse en el centro del sector dos para formar una barrera e impedir que el enemigo pase!
—Nuestra ventaja es que las puertas no se abrirán tan fácil como las del nivel exterior así que podemos resistir más.—Grayfurd hablaba muy motivado.—Yo mismo iré al frente para pelear.




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