—¡¿Qué relación tienes con él?!
Levanto mi brazo evitando una patada que iba directamente a mi rostro. Aunque sus golpes no eran fuertes, dolían. Pero lo que más dolía era pensar que ellas me acusaban de tener algo con ese chico cuando ni yo me creía que él me hablaba. Dolía que me recordaran lo sola que siempre he estado y lo débil que era, pero ¿dolía?, no, no era eso..., me enojaba.
Pero ¿cómo llegue hasta aquí?, ¿qué hacía antes de estar arinconada y tirada en el piso a punto de llorar?, o claro. Muerdo mi labio inferior al recordar mi débil intento por ser amigable.
Demasiado temprano, podré esperarlo y así hablar un rato en lo que abren la escuela. Junto mis manos y sonrío ampliamente en cuanto veo que su coche se estaciona frente a la ecuela y baja estirándose dramáticamente. Y en cuanto lo veo cerrar la puerta me percato de que no era él quien manejaba, sino un anciano con un porte muy elegante. Su papá, pensé. El carro era negro y largo, no sé que marca sea, pero tampoco es algo que me interese.
Me acomodo inpacientemente sobre la jardinera esperando a que venga, pero mi vista es interrumpida por Denis y Carla quienes me sonrien antes de decirme que las siga. Dudo antes de levantarme y seguirlas sin antes ver hacia atrás y verlo subirse de nuevo al auto. Bajo la mirada desepcionada y vuelvo la mirada hacia ellas quienes ya se habían detenido. Les sonrío tímidamente y me acerco un poco más. Eran las chicas más inteligentes y lindas de toda la escuela, todos querían pasar por ellas antes de irse de acá..., apuesto que él también. Bajo la mirada e intento dar un paso hacia atrás, pero me toman por los hombros y me lanzan al piso haciendo que caiga de sentón y raspándome las manos contra las piedras de asfalto.
Abro los ojos en cuanto una de ellas deja caer su té sobre mi mientras se ríe.
—¡¿Por qué está contigo Jane?!
¿Por qué está conmigo?, ni yo sé. Es algo que he querido averiguar, pero simplemente no puedo. Él asegura que le gusta estar conmigo, pero yo me niego a aceptar una respuesta tan sencilla. Me encojo de hombros y la chica se inclina lo suficiente para quitarme el cabello de la cara de un manotazo.
—¿A caso te acostaste con él?
Niego una vez y la otra me sacude del hombro mientras se ríe más fuerte.
—Cara de sapo y cuerpo de zorra, ¿eso eres "pequeña Jane"?
Levanto la mirada espantada y niego. Siento como una lágrima se abre paso hasta mi labio y bajo la mirada.
—¿Pequeña Jane es tu apodo de zorra?
Aprieto los ojos y cubro mi rostro enterrando las uñas en mi cabeza. ¿Q-Qué carajos está pasando? Empiezo a escuchar mis propios sollozos mientras más tiempo pasaba en posición fetal. Por favor, por favor, que ya acabe. Por favor, por favor que ya acabe.
—¿Ya estás llorando? Ah, probecita niña. —Abro los ojos mientras aprieto el abdomen con tanta fuerza que me hace perder el equilibrio. —Eres fea Jane y débil. ¿Esperas a que el chico guapo venga a salvarte? Eso pasa en los libros estúpida niña ridícula.
—La basura cliché.
No podía pensar en nada más, ni siquiera en lo que ellas estaban diciendo. Todo el momento se redujo a "Eres débil".¿Lo soy? Steele dijo que los débiles no lloraban, y los fuertes si. Y que era única... y ¿si todo era un maldito juego? Jalo mi cabello con fuerza.
—Exacto.
Ambas ríen hasta que una tercera risa se les une. Una muy profunda y varonil. Ambas se giran de golpe y yo solo me dedico a ver sus zapato. Viéndolos podré darme una idea de que está pasando.
—Un cliché ¿eh? —Ambas retroceden lentamente mientras yo me encojo más para evitar que me pisen. —¿Cuántos has vivido?, ya sabes, de esos en donde el hombre que dice amarte promente cuidarte y protegerte sin importarle cuánto tiempo estarán juntos.
Escondo la cabeza entre mis brazos al verlo arrodillarse frente a mí.
—E-Engel....
Tartamudea Carla y solo me dedico a escuchar aun llorando.
—Donde se enamoró de lo delicada que lucias y quisiera protegerte..., donde él solo tenga ojos para ti y que te cueste trabajo creerlo....
—Es que ¿por qué ella? ¿por qué alguien tan fea e imperfecta?
—Porque ante mis ojos es simplemente perfecta. No hay más.
Levanto la mirada casi con el corazón en la boca y lo veo llena de odio mientras él se dedica a verme como si fuera lo único. Trato de levantarme, pero él me toma de la cintura y de un movimiento me carga. No puedo evitar ver las caras de asombro y rabia de las dos chicas, y algrarme internamente.