Green Eyes

Capítulo 28

—Entonces, ¿de dónde conoces a Jane?

Miro hacia abajo encontrándome con una chica de ojos claros abrazando una bolsa de papas. Le sonrío antes de hablar:

—De la escuela. Nos conocimos hace mucho tiempo por "accidente". —Hago comillas. —Admito que el mejor que he tenido.

La escucho alargar un sonoro suspiro antes de abrazarme con muchas fuerza. Me giro para evitar que Jane o alguien más nos vea mientras trato de quitarla sin hacerle daño, pero entre más la empujaba, más fuerza aplicaba en su agarre. Tuerzo los labios en una mueca de dolor y antes de perdirle que se quite, Jane aparece apoyando ambas manos en el hombro de esta y jalándola hacia atrás con mucha delicadeza.

—¡Jane! —Ahora se abalanza contra ella envolviéndola en un abrazo. —Tu nov..., ¡él!, él me estaba contando cómo se conocieron. 

Me señala sin verme y mi pequeña me sonríe, pero es ahí donde recuerdo que su comportamiento y los frescos sucesos no coinciden. ¿Por qué está actuando así? ¿Será que ella está intentando luchar por nuestro amor?, quizá se dio cuenta que ambos nos amamos lo suficiente como para pasar a la siguiente fase. Ser algo más que un intermedio entre amigos y novios. La presumiría con todo el mundo e iríamos a viajar, desde New York hasta Londres, o Japón. 

—¡Vuelvan al autobús chicos! 

Levanto la vista y me apresuro a caminar hasta Jane de quien me tomo de la mano provocando que se tense, pero no deshace el agarre. Camino con ella hasta llegar a metros del autobús y varios nos ven. Miro sobre mi hombro buscando lo que llamó su atención, pero no había nada. ¿Nos están viendo?

—¿Qué está pasando Jane? —Al no recibir respuesta la veo. —¿J-Jane?

Sus ojos no quitaban esa mirada de querer matar a todos, pero lo cómico es que sus mejillas estaban rojas. Una escena muy tentativa para cualquier pecador. Sus compañeros empiezan a abordar los camiones sin quitar la mirada de nosotros atreviéndose a soltar abucheos apoyando la relación, que en sí no lo es. 

Antes de subir, una de sus compañeras corre hasta nosotros y pide que la acompañe al baño, por lo que mi niña se va forzándome a quedarme ahí viéndo como se pierden entre la multitud de turistas. Suspiro cansado y aburrido. Dios, ¿qué me está pasando? Si no estoy con ella me aburro y cuando la puedo ver parezco un niño a quien le han dado su dulce favorito que prefiere conservarlo a comérselo.

Me recargo contra un muro resignado a tener su calor dentro de poco mientras caliento mis manos dentro de mi chamarra. En Londres hace mucho más frío, pero no importa el lugar, yo siempre me ando enfermando por cualquier cosa, en especial durante los climas nublados y lluviosos. Me pregunto si a ella le gustaría ir a Londres. Le propondría acurrucarnos en mi cama mientras vemos una película..., ¿qué género de películas le gustará?, dudo que sea de amor..., quizá ¿terror? Odio ese género. Yo si soy demasiado romántico, prefiero películas románticas o comedia.

Aunque, cuando llegué a México nunca pensé que mi vida se volvería una película de terror y comedia romántica al mismo tiempo.

"Dulce y amargo..., así soy yo".

—Y sin querer, supe cuál era ese sabor intermedio entre esos dos sabores. 

—¿Con quién hablas?

Grito en mi lugar y golpeo la barda por lo patético que soné. 

—¡No te aparezcas así Jane!, podrías matarme de un susto. 

Extiendo mi mano demandando las suyas y las extiende sin chistar. Las roso con mis labios notando lo frías que están y soplo lo más cerca posible. Sus cafés no se alejan de mí en ningún momento y pienso que tanto ella, como yo, sabemos lo adictivo que es vernos. 

—Yo..., —sigo soplando, esta vez, mirando sus labios, —creo que nunca me cansaré de verte. 

Levanto la vista de inmediato sintiendo mis mejillas sonrojarse. Si esta es la manera en que ella me dice "Te amo", lo acepto. Debí haber sabido lo única que era, todo en ella es absolutamente único. Desde su escencia hasta su existencia. 

—Yo también te amo Jane. —Sus ojos se aguadan y desvía la mirada. ¡¿Por qué?!, ¡eso es lo que quiero saber! —No, no, no llores amor. ¿Qué dije?

Trato de acercarla, pero se aparta. Me estiro para alcanzarla y lo logro. Pego su cuerpo al mío limitándome a escuchar su respiración. 



#41877 en Novela romántica
#6777 en Chick lit

En el texto hay: el primer amor, infinito, puro

Editado: 23.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.