La escuela se pintaba de rojo y blanco, adornos en forma de corazones de diversos tamaños se expandían por las paredes mientras los estudiantes expresaban sus ideas sobre este día. Algunos se preparaban para sorprender a su pareja y otros muchos solo lo tomaban como un día normal, como yo.
—¡Feliz día de la amistad, amiga!
Sonrío un poco antes de corresponder su abrazo para después sacar un pequeño peluche de la mochila rascando mi nuca al entregárselo.
—S-Sé que no es mucho, pero...
Me encojo en mi lugar cuando ella agita el muñeco frente a mí con una gran sonrisa.
—¡Está bien bonito!, gracias Jane. —Nos abrazamos de nuevo. —También te traje algo.
Recibo chocolates en una bolsa y una pulsera rosa la cual intendo ponerme de inmediato viendola sonreír al escuchar mis maldiciones por no poder ajustarla solo para que al final me ayudara.
—¡Feliz día chicos!, —acaricio la pulsera observando su forma en trenza. —Hoy, por ser un día especial, les voy a pedir que escriban lo que significa amor y amistad para ustedes.
Miro el rostro de la mayoría y me asuta el hecho de que nadie muestre interés en el tema, desmotivándome a escribir algo profundo porque algo me decía que nadie lo iba a apreciar como se debía.
—¿Qué es amor y amistad para ti, Jane?
—No lo sé. —Miento. —Tengo flojera de pensar.
No es cierto.
—Para mí es cuando eres capaz de...
—¡No se vale ayudarse! —Ambas miramos hacia la maestra. —Me daré cuenta si lo hacen o cipian de internet.
—Ya oíste. —Le aviso a..., ¿cuál era su nombre? —Solo hay que terminar esto.
"Amor, amistad ¿eh? Ambas son distintas, pero comparten el mismo objetivo: ser capaz de cuidar de ti como de quienes amas. Ser capaz de resolver los problemas juntos. Es trabajar en equipo y apoyarse para que no solo uno alzance la luna, sino los dos. Ir al lado del otro, ni atrás ni adelante. Respetarse y darse el tiempo para escuchar al contrario. Es ser inesperado e innovador..., es ser fiel a tu palabra."
—Yo no escribí tanto.
—Ni yo.
Aviento mi cuerpo hacia atrás con el fin de estirarme, mas no mido mi fuerza y termino golpeándome contra la pared. Ignoro una que otra risa así como las preguntas sobre mi estado actual, el cual es humillada, con el fin de concentrarme en la leve pulsión en mi cabeza.
Maldición, me duele. Dejo mis manos descansar sobre el área y frunzo el ceño en cuanto la luz es bloqueda por una sombra.
—¿Te encuentras bien?
Abro los ojos despacio repitiéndome mentalmente los por qué debo cambiar y por qué fingir un sentimiento de sorpresa es mejor que tener una expresión neutra. Curvo las comisuras de mis labios hacia arriba en un pobre intento de sonrisa quedando solo una mueca de algo que se le asemeja. El alien frente a mí me sonríe hasta con cierta ternura al ver mi esfuerzo fallar.
—¿Qué pasa?
—¿Por qué no sonríes? —Abro la boca, pero la cierro al istante. — Quiero decir, algunos tienen las arrugas de la felicidad, —explica mientras pica los cosrtados de su boca, —se les ve aunque sea un poquito, pero tú no ¿por qué?
Aprieto mis labios evitando sonreír, pero la simple acción me saca una. Ya que lo expone así y me hace razonar sobre ello, es patético. ¿Por qué no hacerlo?, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que lo hice sin necesidad de que alguien lo apruebe?
—No me gusta hacerlo.
—Mientes.
—Eres libre de creer o no.
Me encojo de hombros sin quitarle los ojos a su persona y esta solo asiente meditando mis palabras.
—Supongo que alguien te hizo el suficiente daño como para que ya no quieras mostrarle tu sonrisa a alguien más, ¿no?
—Si. —Tenso la mandíbula al sentir en ella la misma aura que tenía Steele. —Pero estoy trabajando para volver a hacerlo.
—¿Puedo saber quién fue?
—Si puedes, pero ya no quiero hablar de ello. —Siempre repito lo mismo, hablo de cuán duro fue esa etapa y estoy como un puto bebé llorón. —Hace mucho que me cansé de lloriquear, ahora solo estoy haciendo algo para recuperarme.