Green Eyes

Capítulo 46

Funcionó el haberte lanzado lejos, me doy cuenta de la fuerza descumunal que tengo dentro de mí. Esto no solo se trata de amor, aunque lo parezca. Es más que eso.

Habla de cómo pude salir de la depresión y qué me orilló a estar ahí. Tú me ayudaste y te quedaste. Por medio de ti aprendí muchas cosas y me di cuenta de lo fuerte que puedo ser.

Eres alguien a quien admiro en todos los sentidos. Las noticias salían sobre ti mes trás mes. El otro día cuando salí al centro comercial junto con mi mamá y René, escuché algunas personas hablar de lo creativo y único que eres. Juro que casi les grito que lo sabía porque yo te conocía, pero ¿quién no?

Tarde me enteré que tu nombre era tan conocido como el de la empresa Coca Cola. A caso ¿fui la única tonta que no lo notó? Espera, estaba demasiado ocupada pensando en tus ojos.

También supe que salías de tu apartamento en la madrugada para no toparte con algún fotógrafo, para que al final llegarás a mi escuela. Si lo hubiera sabido te habría enviado de regreso a casa diciendo que con una llamada o un mensaje era más que suficiente, pero claro, eso también lo sabías.

Me desnudé frente a ti, hablo de mi alma, y me recibiste bien, no me juzgaste. Lo que me hace pensar que tú también conoces lo que es estar como yo, sola. 

—Te adoro, Steele. —Sonrío con los ojos cerrados mientras me balanceo de un lado hacia otro. —Me agradas.

Danzo al ritmo de la música combinando vueltas lentas con movimientos de cabeza a la vez que acomodo mi ropa. Saber que noviembre estaba a días de suceder me traía un poco de nostalgia, pero me esforzaba por recordarlo de la mejor manera.

—¡Jane! —Brinco en mi lugar y volteo al instante buscando a mi amiga. —Ya encontré las fotos que te había dicho de la reunión con mi papá.

—Eres más ruidosa que Nicole. —Mascullo por lo bajo burlándome con la mencionada. —Muestra.

Empujo la pila de playeras hacia un lado para poder sentarme junto a Bella. No me acostumbro a su nombre.

—Espera, es que en una salí bien horrible. 

—Qué raro. —Me encojo cuando me pega en las costillas. — No es cierto, dudo que así fuera.

Se me queda viendo un rato con los ojos bajos y me muestra una foto donde salía tomando, lo que parecía alcohol, mientras tenía la boca llena de comida.

—Eso es asqueroso. —Nicole asiente. —Ya no te veré igual.

—No seas tonta, mira. —Ambas nos acercamos para ver la pantalla. —En esta le dije a mi papá que me tomara la foto. —Me quedo viendo la foto y a ver si aprendía a cómo tomarme una. —Aquí me senté junto a mi mamá y le dije que viéramos hacia otro lado como si estuvieramos distrídas. —Las tres reímos. Parece que fue divertido. —Aquí le tomé una a mi papás junto al jefe de papá. —Asiento antes de estirarme para tomar una playera y seguir doblando. ¿Solo a mí se me ocurre acomodar mis cosas porque sí? —Mira, este es el gerente de la empresa hotelera y agencia de viajes de Inglaterra. —Atrapo la blusa con rabia de que no se dejara antes de volver para ver la foto, pero ya le había cambiado. —Esta foto fue tomada antes de que un niño idiota me tirara de la barda. —Cierro los ojos intentando ocultar mis nervios y controlando la oleada de emociones que de repente surgió. —Aquí...

—No vi la foto del inglés. 

—Hasta el final te la muestro, es que está en otra carpeta.

Después de treinta minutos viendo fotos y escuchando las historias detrás de estas, Bella me da su celular para que vea las fotos antes de ir al baño y burlarse de mi interés por el extranjero.

Subo y bajo buscando las famosa foto sin resultados. Entro en las demás carpetas saliéndome al instante cuando visualizo memes y otras imágenes. La veo entrar con un pedazo de pan y sentarse a mi lado.

—¿Qué haces? —Me encojo de hombros y le extiendo el teléfono. — ¿Ya la viste?

Niego sin ánimos. Es que quizá la vida me está tratando de decir que ya pare. Aprendí de él lo que tenia que aprender.

—Mira. 

Lo hago y siento mis ánimos caer más al notar que el "famoso" inglés no era quién yo creía. Un hombre anciano, alto y bien conservado sonreía a la cámara y mientras sostenía una copa en su izquierda, con la otra saludaba. 

—Ya, pensé que te habías tomado una foto con él. —Sonrío un poco. — ¡Hubieras visto hasta dónde le llegabas!

—Ah, estaba muy alto. —Reímos. —Está guapo, ¿no?

Nicole y yo movemos las manos dando a entender que estaba más o menos. Extiendo la mano para recibir el teléfono.

—Déjame verlo de nue...

Ellas gritan aterradas mientras yo me quedo viendo el aparato en el suelo. Me agacho para agarrarlo y lo limpio con cuidado. Enseño la pantalla mostrándo mi pulgar arriba.



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En el texto hay: el primer amor, infinito, puro

Editado: 23.03.2020

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