Es inalcanzable.

A veces hay que seguir, y no claudicar, esa es nuestra

Misión en la vida

Bien estoy cerca de la gran colina. Ese color naranja penetrante. Al verlo ante mis ojos, no pude dejar de pensar que fuera algo diferente a los que he escalado en mis épocas de alpinista, pues también lo fui en un pasado no muy lejano. Luego el trabajo me demandó que dejase de hacerlo como tiempo libre, el hecho de estar aquí es una nueva aventura para alguien que ha dejado las mismas.

No recomiendo nunca dejar de sentirlas, pues el día que lo hagan dejara de existir como seres humanos que son, que somos, pues algo nos arrastra a ello. Llámese pasión por lo que uno desea, y anhela. En este momento, en la desesperación de encontrarme en otro mundo, en otro espacio, y tal vez tiempo, me siento en la necesidad de por lo menos sentirme a gusto de poder hacer algo que siempre desee, como también el hecho de encontrarme nuevamente con mi familia.

Un granito de arena es una ilusión, que nos salva el alma de todo lo que alrededor parece perdición. Por eso, por pequeño que fuese, puede convertirse en algo tan grande que salve no solo a nosotros mismos, y sino a toda una galaxia. El hecho de descubrirme aquí en este remoto y desolado planeta al cual no encuentro vida alguna más, que una brisa que ayuda a mover mi cuerpo, mientras dure, y ver a mi alrededor nada más que algunos matices de color, es una invitación a la locura, por ello para mí, esa montaña es un salvoconducto que alivia el alma, o por lo menos aplaca los malos momentos.

Estoy en la entrada de ella, no hay camino, solo escalar, sin dificultades. La brisa se detuvo. Demonios mi cuerpo se paralizó. El peso de la gravedad no me dejar movilizarme. Maldición esto será muy complicado. Ni siquiera sé a ciencia cierta que hago aquí. Hasta a veces pensaría que el asteroide golpeo mi cuerpo, y lo desplomó, como la bestia podría

haberme cercenado mi cuerpo en pedazos hasta acabar conmigo como lo hizo con cada uno de mis tripulantes.

El aire se está aplacando, y mi cuerpo se entumece, es increíble que cueste tanto esfuerzo el movimiento de mis pies, y de mis manos.

Por suerte la ráfaga de viento retoma su posición, y vuelvo a adquirir la claridad de mi posición, y movimientos. Retomare mi misión. Mientras más rápido salga de aquí, será mejor. Solo debo saber luego de llegar a la cima de aquella montaña, si tal vez tenga un mejor panorama. Comencemos a subir en él.

El trayecto es solo roca, y piedras pequeñas, voy dando pasos, y parece que las rocas se agrandan cada vez más. No hay aún, signos de vida. Todo parece indicar que estoy solo en este sitio, siquiera sé, lo grande que puede llegar a ser. Me detengo unos instantes. A manipular mi oxígeno. Estos nuevos trajes espaciales, racionar el mismo, aunque no sé cuándo me reste. Lo increíble es que aún tenga en ambos tubos. Observo mi conteo del mismo, y continúa igual, como sino respirase. Extraño, me digo a mi mismo, no deberá ser así. Tengo entendido por los nuevos trajes espaciales que mi oxigeno solo es utilizable en caso de que lo requiera, por lo que podría darse a entender que puedo respirar con normalidad aquí, como si fuera el planeta tierra. De todas maneras no me arriesgare a quitarme el casco, sin antes saber a ciencia cierta que ello sea así. He visto en un pasado como el teniente Clark, por descuido de su traje en el planeta rojo desprendió su casco, en solo minutos sus válvulas respiratorias parecían estallan, como sus venas y corazón afortunadamente lo llevaron a la base para darle atención médica.

Prosigo unos metros más. Debo confesar que en cuanto las capas del viento se movilizan, mi cuerpo retoma una agilidad increíble, y cuando ella se calma, peso parece imposible en los movimientos. Detengo mi vista unos instantes. He realizado la cantidad de cinco kilómetros. Parecía una cumbre no tan alta a mi parecer, pero la visión engaña. Ahora comienzo a manipular mi mente con pensamientos, al observar debajo de mí. El camino que parecía que había realizado, no es el mismo, o ello creo. Todo concluye en pendientes, de ello puedo darme cuenta que me será imposible descender de aquí. Alzo la visión al cielo, y claramente, me resta un tramo demasiado extenso.

Continúo mi caminata, yendo a cierta velocidad, sin parar, pues no sé a ciencia cierta si existe tiempo aquí, pero debo hallar la manera salir o por lo menos encontrar una dirección que me permita un objetivo claro en este asunto. Lo importante es no claudicar. Debo llegar a lo alto, o tan alto que me permita ver bien el panorama. Ya he recorrido varios puntos. Me encuentro entre varios senderos, cualquiera que tome, será lo mismo, de todas maneras voy avanzando, lo único que sería fatal es que sean caminos cerrados, ya que me obligaría a escalar, y sin equipo sería demasiado complicado. El tedio se está apoderando de mí, en cuanto la fatiga y el cansancio. Es normal, pues el cambio de dirección a la altura produce esta suerte de fatiga, aunque debería estar en peores condiciones, sin embargo no me siento tan extenuado como para aguardar unos instantes antes de llevar adelante mis pasos. Nuevamente me detengo estoy en un punto alto puedo sentirlo, pero todavía la cima es inalcanzable, o siempre parece el mismo punto. Algo no me parece que este bien. Debajo de aquella montaña, lo que parecían gases se están expandiendo. Parecen formas cuasi humanas, que se desdibujan como la primera que pude observar. Hay muchas como una población. Alguna con sus dedos de humo quieren decir algo. No alcanzo a ver bien lo que realmente parecen manifestar. No tiene importancia. En mi jornada observo algunas rocas diminutas, me parece que guardare algunas como muestras, para investigación. Llevo un tramo muy extenso, casi quince kilómetros hacia arriba. Debería acampar como todo viajero normal, que hace un refugio, pero ello solo cuando cae una noche, que parece no existir aquí. Y no puedo evitar cavilar en mis lenes que no he podido ascender nada de lo que realmente parecía que debería haber hecho. Definitivamente algo no está bien aquí en este cerro color naranja.