Grietas de amor

Capitulo I Eterno

La primera vez que estuvimos junto fue un completo desastre me inspire en ese extraño deseo contenido dentro de mi durante tres años sin verte, o fue quizá ese beso que nos dimos la última vez que mire tu rostro y active tus sentidos dejándote pensando en cómo sería estar con migo mas yo también imaginaba que se sentiría estar contigo, sin embargo aquellos besos que nos dimos serian el inicio de no saber si ese auto control podía dejar que ambos rompiéramos ese extraño muro que nos separaba y derritiéramos ere hielo que creaba el frio, estar en un cuarto ambos sin señal y música que se acoplaban a lo que ambos queríamos que pasara dentro de nosotros sabíamos que entre conversaciones y algunas caricias terminaríamos desnudos buscando la manera de ambos hacer temblar el universo.

Por mi parte con cada beso cada caricia cada rasguño mordida podía sentir que mi cuerpo temblaba y como un fuego se apoderaba de mi sangre siguiendo el juego como dos gatos corren por una azotea y se dejan llevar por lo largo de la noche así me sentí contigo queriendo que se alargara esa noche, pidiéndole a dios que no llegara la madrugada para que no tuviéramos que levantarnos al trabajo, queriendo ser tu medicina para el estrés de tus días, me acuerdo al detalle cada conversación de la noche cada vez que tu delgada lengua rosaba cada centímetro de mi cuerpo como si fuera tu dulce o como tus dedos rosaban mi abdomen haciendo salir cada sonido que con tu risa podía notar que disfrutabas escuchar seca de tu oído mientras yo era feliz saboreando tus labios y mi lengua por tu pecho dejando que el sabor salado de tu sudor se juntaba con el mío.

Sacas lo más perverso de mí, por esos días me imaginaba modelándote mientras tu ponías esa cara de maldad que tanto activa todo lo malvado en mi y me hace temblar queriendo más de ti y me llevas a otro mundo en el que tu risa junta nuestros cuerpos chocan me excita y lleva mi mente a otro nivel, mientras tus dedos se deslizan por mis nalgas apretando tus caderas contra mi abdomen.

No seremos una pareja jamás, ni podríamos ser novios pero en cuatro paredes somos nosotros dos y mientras quede en nuestras mentes que en la cama tú has sido mío y yo tuya es suficiente o eso pensaba yo. Para ese entonces poco a poco cada vez que te miraba a los ojos mi cuerpo se estremecía, sintiendo que quería más cada vez que tus dedos rosaban mi espalda por un siempre abraso mi mente trae imágenes de besos mirar tus labios y querer rosarlos se volvía un deseo incontrolable de mas de ti.



#12012 en Joven Adulto
#44444 en Novela romántica

En el texto hay: romance, realidad.

Editado: 25.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.