Grietas de amor

Capitulo II El volverte a ver

Tras creer ser inmune a ti volvimos a un re encuentro poco interesante el recorrido tedioso y molesto termine sentada muy cerca de ti con tu olor y cada vez que observaba tu cara mi mirada se desviaba a tu boca bajando a tu cuello mi mente pedía agritos que nuestros labios se chocaran volviendo a poner mi mundo de cabeza desordenando mis sentidos y pensamientos activando todo lo pecaminoso dentro de mí.

Tras rosar nuestros labios sabía que todo sería un desastre sin ser suficiente eso, quedando juntos en una sala sin saber cómo racionar matando las ganas con besos una pare fue testigo de todas las ganas acumuladas en los meses sin saber el uno del otro, mientras la pare sostenía mi espalda tu templabas mi abdomen al tulló forzando leve mente mi cadera hacia bajo para poder apretarme hacia ti mientras con tu mano soserías mi cuello para poder mantener esos besos a lo loco que nos dábamos.

Mi mente solo pedía que nada interrumpiera ese pequeño instante luego el piso seguido por una interrupción.

He intentado tomar otro rumbo y empezar de nuevo pero término pensando en que habría pasado si tu cobardía no fuera tanta ya que empezar de nuevo sin saber de ti se vuelve difícil, dando tiempo para no saber de ti ya que con todo lo pasado te has bueno parte de mis placeres favoritos eres en único que sabe lo que me gusta y logras sonrojarme son esa curiosidad de saber que está debajo de mi ropa y con solo abrazarme seduces gran parte de mí, el erotismo lo sacas mis celos los activas, mis ganas las atraes y mis sensaciones te vuelves mi droga de placer, ni una llamada en los últimos días quiero rehacer mi vida pero no sé cómo aun sabiendo que te clavaste en mi me enamore también esa forma a veces desinteresada tuya o ese niño que llevas por dentro que enloquece mis sentidos, dormir a tu lado o estar completamente contigo ese gran deseo que desplegamos cada vez que nos besamos no es costumbre, sé que va mucho más allá de simple costumbre es como estar tan llena de ti que cuando te veo no logro reconocerme.

Has llenado mis bolsillos de tus playas, has llenado mis ojos de tus miradas, mis manos de tu piel, mi vida de tus ganas y no sé cómo hacerte entender que no sé cómo sacarte de mí ser, a veces soy como tan débil que haces que mi fuerza de no querer caer en tus garras se vuelva tan nada, dejando que el niño que está en ti sea consentido por mis caricias y abrazos.

 



#12121 en Joven Adulto
#44875 en Novela romántica

En el texto hay: romance, realidad.

Editado: 25.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.