Grietas en mi corazón

Al día siguiente

Al día siguiente
—Hola, ¿Podría saber en donde estas?
—Papá, papá escuchame solo me dieron permiso para una llamada, ¿recuerdas a Joan? — Dije de manera insistente y preocupada — Pues estamos en la cárcel y no se por qué si estábamos en el pueblo de a lado y luego llegaron unas camionetas y ahora están revisando a Joan, papá el ni siquiera de aquí vamos a tener problemas.

—Sí pero, ¿Ya vienes o no? —Contestó papá de la manera más calmada que puede existir. —Te dije que tenía cara de mariguano pero nunca me haces caso, ahora dime cuanto tengo que pagar para que los suelten.
—Necesito que vengas, es en la calle Durán, fiscaliza 12, ven, rápido por favor.—Mi tono de desesperación hizo reír a un policía y solo pude mirarlo enojada y preocupada, parecía un chiste para ellos mientras que para mi era mi "Primera vez la cárcel por una cita" ¿yo en una revista con un título así?

Despues de dos horas por fin me dejan ver a Joan, y... regresando al tema ¿Papá mensiono lo de la cara de mariguano?
Papá suele ponerle apodos a mis amigos o conocidos para reconocerlos, no lo hace de mala manera solo como algo gracioso, el ha sido el único que me da seguido dando atención y si se le puede llamar amor a lo que me da pues también un poco de eso..

Se acercaron unos policías y nos llevaron a la oficina leyeron algunos documento y luego nos miraron—Solo fue un mal entendido ya que teníamos a una persona fichada con las mismas características pero revisando si identificación nos percatamos de que el joven es de Perú —Dijeron los oficiales y procedieron a soltarnos. Cuando salimos mi papá ya estaba esperándonos con dos camionetas más. Papá siempre dando de que hablar pero de buena manera, ese era su lema.

—Nosotros nos iremos a casa y Joan a casa de tus tíos, así que vámonos y estas castigada 1 mes, no llegaste a la hora indicada y todavia te tuve que recogerte fuera de una fiscaliza. Y para colmo no he desayunado nada, hoy tocaba pancita de res, mi pequeño martirio, que bueno que estas bien— Me abrazo y nos fuimos.

—Pero papá yo no tuve la culpa y si no llegue fue precisamente porque me quedé aquí por un mal entendido. — Dije mientras subía a la camioneta y veía como Joan estaba bastante apenado y solo se despidió de mi con una sonrisa.

—No robes oxígeno jovencita suficiente por ahora.—Se puso sus gafas de sol y bajo los vidrios de la camioneta para poder mirar en el camino.

—¡Pero papá!.
—Silencio, dije, te hemos dado lo mejor para que ahora nos pagues yéndote con un mariguano buscado en varios países.
—Él no es un mariguano, ¿por qué dices eso?, solo fue un tonto mal entendido.

Papá solía decir "Estas robando oxígeno" cuando estaba inconforme con algo, y no era muy frecuente que me lo dijera pero a mamá vaya que si, quizá por eso la relación se enfrió.

Cuando llegamos a la casa Joan me llamo y me encerré en el cuarto para que papá no escuchara.

—Yo no se que paso pero si hubiera sido algo mayor creeme que hubiera hecho todo lo posible por defenderte, se que no tengo la culpa, pero aun así disculpame.

Upps papá ya había mencionado eso varias veces.

—No lo sé, estoy comenzando a dudar, apenas si te conozco y pues se me ocurre salir sola contigo, quizá por eso te viniste de tu país y no pienso arriesgarme así que no quiero seguir conociéndote.—Colgué el teléfono y me tire a la cama.

Papá llamo a la puerta—¿Se puede pasar?. —
—Adelante, ¿ahora que pasa?—Hice ojitos de huevo cocido, se aproxima a otro regaño.
—Solo quería decirte que no es bueno andarse paseando cuando un familiar ha muerto, en este caso tu abuela era muy cercana a nosotros y también quiero avisarte que más tarde iremos a checar qué tiendas nos tocan, creo que será la mayoría así que ponte trucha con tu comportamiento, que sea digno de una Diech
—Claro, de una Diech.—Volví hacer ojitos de huboe cocido y me tire nuevamente a la cama pero no te atiné y quedé en el piso.
—Levantate cielo, me vas a ensuciar la alfromba. —Salió del cuarto y me dejo ahí tirada.

Para aclarar las cosas, ser parte de una familia de alcurnia no es sinónimo de felicidad, vivimos más de apariencias, de una "Familia feliz" "De una hija ejemplar" algo que no llena los vacíos y da paso, paso libre a la soledad.
Solía llenar aquellos vacíos comprando cosas, claro no tenía porque pensar en cuanto podría gastar, pero aun así la mayoría de las compras eran cosas necesarias, si, libros.
Siempre he sentido que los libros son un buen escape de la realidad.,y los he amado desde que estaba pequeña, ellos me hacían sentir que con suficientes escenarios ficticios, no necesitaría saber si aquello que en realidad vivía era cierto o solo un parrafo más del libro.

Al llegar a la junta me percate de que Joan estaba ahí y se supone que era algo familiar.

—Con que tuviste una aventura con mi amigo. —Dijo Maicol mientras me ponía su mano en mi hombro.
Yo detestaba qué lo hicieran, así que solo se la quite y dije —No es una aventura pasar una noche en la carcel y cuidado, pues puede resultar que tu amigo si esta fichado en varios países y como aquello mancharia mi reputación prefiero evitar todo contacto con él. — Lo mire y él sonrió burlonamente y procedió a decir. — Pues cara de muñeca no tienes, eso no ayudo mucho. — Se levantó y se fue.

Espera, ¿Qué diablos dijo?
Utilizo tratamientos muy caros y mi cara es perfecta. Me quede sin palabras y con la cara totalmente roja.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.