Somos 3 (Parte 2)

En la mayoría de los casos la amistad es recíproca y así debe ser, en la mayoría de los casos de amor no siempre lo es, lo que se da en una relación donde verdaderamente haya amor no es mas que en donde no se logra algo.
Solo había tenido un novio en toda mi existencia y realmente no sabía nada del amor, no estaba preparada para amar y es mucho más placentero amar  encontrando a una persona sin buscarla, que buscando un ser perfecto.
Joan había cumplido varias de mis espectativas como pareja, como persona e incluso como amigo, pero con una sola acción todo lo construido se puede ir al carajo, yo no creí que fuera a mentirme con que tuviera una relación o estuviera quedando con alguien, para mi lo más valioso era el tiempo, si me dedicaban tiempo estarían siempre seguros de que yo les daría el doble, no me gustaba estar sin hacer algo, el tiempo se tiene que aprovechar y hacer y deshacer.

El día siguiente, después de casi voltearle la nariz a Joan con el portazo que le di, me volvió a buscar antes de desembarcar.

—Solo te estoy pidiendo hablar, aclararte las cosas.

—No hay nada que aclarar— le indique al marinero a que hotel llevar mis pertenencias y me di la vuelta, él corrió y me tomo del brazo.

—Ella no es mi novia, mucho menos mi amante—Su mirada se veía sincera y sus palabras al parecer lo eran.—Ella solo es una amiga—me voltee para mirarlo y le quite mi mano.

—Sea como sea, joan, es mejor estar separados, somos de la misma clase y al parecer nos vamos a encontrar en diferentes circunstancias.

—Sigues en la misma posición con "la clase social"

—Así es y lo haré siempre.

—Entonces, la que no va a cambiar eres tú y aunque hable contigo mil veces, seguirás en lo mismo si es lo que quieres.

¿Aquella mirada era de decepcion? ¡Por dios! Jamás alguien me había mirado así, yo estaba acostumbrada a hacer las cosas bien, siempre bien. Esto me sobrepasa, ni siquiera me despedí y al alejarme sentí su mirada hasta que me subí al coche.

—¿Estas lista para irnos? —Preguntó Antony mirándome enojado.

—Vámonos, tenemos muchos asuntos pendientes. En la mayoría de los casos la amistad es recíproca y así debe ser, en la mayoría de los casos de amor no siempre lo es, lo que se da en una relación donde verdaderamente haya amor no es mas que en donde no se logra algo.
Solo había tenido un novio en toda mi existencia y realmente no sabía nada del amor, no estaba preparada para amar y es mucho más placentero amar  encontrando a una persona sin buscarla, que buscando un ser perfecto.
Joan había cumplido varias de mis espectativas como pareja, como persona e incluso como amigo, pero con una sola acción todo lo construido se puede ir al carajo, yo no creí que fuera a mentirme con que tuviera una relación o estuviera quedando con alguien, para mi lo más valioso era el tiempo, si me dedicaban tiempo estarían siempre seguros de que yo les daría el doble, no me gustaba estar sin hacer algo, el tiempo se tiene que aprovechar y hacer y deshacer.

El día siguiente, después de casi voltearle la nariz a Joan con el portazo que le di, me volvió a buscar antes de desembarcar.

—Solo te estoy pidiendo hablar, aclararte las cosas.

—No hay nada que aclarar— le indique al marinero a que hotel llevar mis pertenencias y me di la vuelta, él corrió y me tomo del brazo.

—Ella no es mi novia, mucho menos mi amante—Su mirada se veía sincera y sus palabras al parecer lo eran.—Ella solo es una amiga—me voltee para mirarlo y le quite mi mano.

—Sea como sea, joan, es mejor estar separados, somos de la misma clase y al parecer nos vamos a encontrar en diferentes circunstancias.

—Sigues en la misma posición con "la clase social"

—Así es y lo haré siempre.

—Entonces, la que no va a cambiar eres tú y aunque hable contigo mil veces, seguirás en lo mismo si es lo que quieres.

¿Aquella mirada era de decepcion? ¡Por dios! Jamás alguien me había mirado así, yo estaba acostumbrada a hacer las cosas bien, siempre bien. Esto me sobrepasa, ni siquiera me despedí y al alejarme sentí su mirada hasta que me subí al coche.

—¿Estas lista para irnos? —Preguntó Antony mirándome enojado.

—Vámonos, tenemos muchos asuntos pendientes.