Grietas en mi corazón

Seguir permitiendo

Después de la cena nos dirigimos a la convención, nos tomamos una foto muy grata y todo iba "bien" dentro de aquel término se podría decir que estaba gritándome cada vez más por dentro sentía que el corazón se pararía en cualquier momento. De pronto vi llegar a papá, tan elegante, de buen porte y con ese traje negro, seguro pronto tendría una madrastra si el se lo proponía.

—Wow que bueno que has venido.—Mamá no estaba contenta con ver a papá. ¿Era pena?
El ambiente estaba cada vez más tenso.
La bebé comenzó a llorar y corrí a abrazarla antes de que mamá pudiera tomarla.

—Hola hermanita—Dije casi con la voz quebrada, seguí—¿sabias que tenemos todo un imperio?, tenemos una cadena de hoteles, acciones con cruceros y estamos creando una nueva marca de ropa, solo para que no te falte nada a tu, lo tendrás todo, incluso una familia, disfrutemos este momento porque no sabemos si seguiré en tu vida en alguno años o tus padres te alejaran de este desecho de la vida y de la sociedad.

Todos estaban mirándome. De pronto llegaron los cámarografos y nos tomaron una foto.
Sería publicada con la típica frase "Las hermanas más lindas"
Se le cayó el gorro a la bebé y me di cuenta que también era pelirroja, Su cabello era hermoso como el mismo fuego.
Mire a mamá, ya sentía mis lágrimas en las mejillas, sentía la cara terriblemente caliente y voltee a mi alrededor, todo hablaban.
Mamá me quito a la niña y me despedí diciendo. —La próxima vez que tengas una nueva vida, avisame.

Salí huyendo nuevamente. Pero ya no estaba Joan.

Me dirigí a un bar que era bastante bueno ¿Como lo sabía? Papá iba seguido, estaba destrozada y no había alguien a quien le pudiera contar todo esto que me estaba matando lentamente.
Pedí una cerveza y luego otra, y luego otra y comencé a sentirme un poco mareada, mi cara esta roja, lo sabía porque me sentía caliente de las mejillas. Las lágrimas seguían cayendo y la imagen de la bebe sonriéndole a mamá se repetía una y otra vez, como si quisiera lastimarte hasta ya no sentir nada.
La niña era pelirroja como yo, mamá no lo era, tampoco yo, eso solo significaba que le gustaba adoptar niñas con el cabello de fuego y luego abandonarlas. En el fondo solo dessaba que fuera una tonta pesadilla, despertar y luego encontrar a mi familia unida.

—¿Puedo sentarme? —Pregunto un apuesto chico de ojos verdes.

—¿Tu me invitaras a Machu Pichu? —voltee a verlo con aburrimiento, solo pensaba "por favor Dios otro chico no".

—Nop, pero puedo llevarte a tocar las estrellas.

—Que patético, no busco acostarme con alguien desconocido.

—Pues yo si te conozco.

—Oh, entonces eres un fan—Me reí y estuve a punto de caerme.


—Digamos que algo así, en realidad soy piloto y te conozco de las revistas familiares, estuve hace rato en la misma convención que tu. Soy Alan Corrales y también cerré tratos con tu madre, fue después de que saliste huyendo.


—Okey.

—¿okey?, ¿solo dirás eso? —Intentó tomarme la mano pero lo evite y me voltee.

—Pues, en realidad que quieres que te diga, si ya conoces todo de mi.—Comencé a guardar mis cosas y pedí una última cerveza.


—No es bueno ahogarse en alcohol para ocultar o matar sentimientos.


—Tú que vas a saber sobre mi, o lo que siento, ¿Para que me seguiste?


—¿Cual es tu problema? Es un bar público y cualquier persona  puede venir aquí, así que relajate amiga, si tu vida de mal en peor no es nuestro problema, arreglalo tú.


—Yo no te estoy pidiendo que arregles mi vida, simplemente deja de meterte, piloto de quinta.


—¿que esta pasando? —interrumpió Joan poniendo su mano en mi hombro.

—Nada, yo ya me voy.


—Yo apenas intente conocerla, si la chica tiene problemas con su tonta familia que primero los arregle. —Dijo Alan mientras recogía su saco y se disponía a salir.


—Te voy a pedir de la manera más atenta que no te vuelvas a dirigir a ella de esa manera, ella no es cualquier chica y si tienes algún problema con su familia o con ella también los tendrás conmigo, y no quieres que las cosas suban de nivel y esto termine mal.


—¿Es una amenaza? De que clase te crees para tratarme así.


—Digamos que soy tu jefe y el de todos los de aquí


—Tonterías—Bufo Alan y luego se rio.

Yo estaba en la puerta viendo absolutamente todo, realmente deseaba que Joan me salvará pero que no se metiera en problemas por mi.

—Soy Joan Nalez. Soy dueño de los 3 cruceros más grandes del país, soy dueño de esta cadena de bares y soy el próximo Presidente de tu compañía. Y si me lo dispongo en 1 minuto compro tus acciones y quedas totalmente fuera.


—Es tonto, tu no puedes ser JOAN Nalez

—Lo soy y si te sigues metiendo con nosotros te voy a dar una muy buena lección.


Alan salió del bar y yo me quedé mirando un poco apenada a Joan.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.