*Joan*
Me sentía nervioso y poco distraído, el regalo comenzaba a ser un caos, tengo al mando a mucha gente para ayudarme a organizar pero quiero hacerlo yo, yo solo, y poder decirle, preste atención a todos aquellos pequeños detalles, desde el día que te conocí supe que tu pastel favorito era de fresa, que te encatsnab traer el cabello suelto pues te hacia sentir más segura, que el lunar en tu boca solía ser un problema para ti porque aunque lo intentarás tapar con maquillaje siempre se notaba, no tan oscuro, ni tan grande, simplemente en tu mejilla existiendo y robando atención, o quizá en los tres lunares dimintuso qué tienes en la cuenca del ojo que enlazan una línea recta con tu mandíbula y después otro que termina justo en tu cuello, debajo de tu oreja.
Quizá una nueva constelación.
Quiero que sepas que no quiero darte un mundo que ya existe, sino crearte uno estable, donde ambos podamos ser felices, donde podamos ser tu y yo y que las adversidades no sean más fuertes que nosotros y que si algún día llegan a ser al menos no nos logren separar.
En estos días que he podido conocerte más me he dado cuenta me he enamorado desde aquel agosto que te conocí, desde ese día en el que tus ojos con aquella pequeña mancha debajo del irir me hicieron soñar con la misma chica de sonrisa gentil durante noches, durante meses hasta que te volví a ver.
Quiero que entiendas que hago las cosas por amarte, para deslumbrarte encontrarás tus propios motivos, para competir sabrás que tu fuerza es única y que tu astucia puede y podrá con todo.
No quiero seguir pensando esto, quiero demostrártelo.
Me dirigí a mi nueva empresa, una totalmente creada para alguien y por alguien, con los mejores modista del mundos, tres personas traídas de China, dos personas de Europa, una de estados unidos, cinco mexicanos y 2 peruanos, pues a pesar de admirar a México, necesito sentir un poco de mi tierra natal cerca de mi.
Me puse un traje negro, se que eso haría resaltar mi masculinidad y a ella le daría esa sensación de protección.
Tome las llaves de mi jeep negra.
Salí camino a casa de Maar esperando que este lista para las siguientes sorpresas.
Llame al maríachi más reconocido de México y se que el arreglo floral qué faltaba lo tendría a tiempo para pasar por el.