Grietas en mi corazón

El amor

Al terminar la celebración de mi cumpleaños, Joan me llevo a mi casa, nos detuvimos frente a la fuente que esta en la entrada y bajamos.

—¿Ya viste lo preciosa que es la noche? — Joan me miraba fijamente y me tomo de la cintura para acercarme a él.

—Tan preciosa como tus ojos, Joan. Tengo algunas dudas amor... ¿Como manejaremos la empresa nueva? Yo realmente no se mucho sobre manejo y finanzas, estaba enfocada en la universidad.

—Tengo todo resuelto, podemos contratarte un asistente y a la vez hacer que tomes clases para que tu misma puedas llevar adelante tu empresa, nadie más que tú mereces tener cuentas claras.

—En eso pensé mientras veníamos para acá, me gustaría estudiar diseño de modas para tener mas control—Suspiré y me sentía cansada.

—¿Piensas volver a medicina? —Lanzó la pregunta sin siquiera voltear a verme, creo que el tenía la respuesta más clara que yo pero quería escucharlo de mi misma.

—No, hoy me hiciste pensar en demasiadas cosas sobre mi vida, hace tiempo estaba con una pareja el cual no me hacía feliz, pero era lo que me convenía en el momento para desviar miradas, mi mamá no quería que yo estuviera con cualquier persona y me enlazo con el, casi nos compromete y de verdad que fue algo horrible estar con el por 2 años, estudiar medicina me convendría demasiado, pero en realidad es una carrera que me queda grande y prefiero estudiar por ahora solo cursos, quiero aprender sobre fotografía, quiero estudiar diseño de modas y alguna otra cosas más interesante para mi. Me imaginaba que en 30 años me iba a repetir de no haber hecho esto, ahora encuentro suficientes motivos para cambiar mi vida.

—Es satisfactorio oirte hablar así, tan decidida de lo que quieres, tan inspirada. —Lo miré y ambos sonreimos, nos tomamos de la mano y nos percatamos qué diminutas gotas de agua comenzaban a caer. El me abrazó de nuevo y no quería despedirme para entrar a casa, quería quedarme en sus brazos a salvo y completamente feliz. Me sentía en cada sin quiera estar dentro de aquellas 4 paredes.

—¿Alguna vez imaginaste que nos volveríamos a encontrar?.—Era una duda que realmente me intrigaba, habían pasado tantos meses sin verlo, amos habíamos conocido a más personas y en el fondo tenía la angustia de no volver a saber de él.

—Cada que salía de trabajar la luna estaba presente, y ahí estabas tú, no he tenido alguna otra pareja, cuando te conocí y esperaba poder venir a México a visitarte con alguna excusa, quizá buscando a Maicol. Cuando venía solo es por trabajo y cosas muy importantes, eran viajes de dos o tres días completamente llenos de trabajo y me tenía que ir, en aquel tiempo estábamos llenos de problemas, no tenía un lugar estable para mi familia. ¿Alguna vez pensaste en buscarme tú?.

—No, pero te recordaba muy seguido esperando algún día poder volver a verte. Y ahora estas justo aquí y eres mi novio, soy feliz con mi presente.

—Aún recuerdo como se embriago Maicol en el velorio de tu abuela, fue un caos aquel hombre, creo que a la vez también fue muy hipócrita. A los seres queridos los disfrutamos en vida y los recordamos con amor cuando se van.—Me miró esperando una respuesta.

—Maicol es uno de los nietos que jamás la visitó... No entiendo como le "dolió" tanto. Yo fui una de las nietas mas apegadas, Sandra también. —Me quedé mirando a la fuente y pensando en Sandra, tenía tiempo sin hablar con ella al igual que con Alina, dos personajes impredecibles.

—¿Piensas en algo, amor? —Me besó y acarició mi mejilla. —¿Quieres tu espacio para descansar?. Yo puedo irme ahora y quizá volver mañana para platicar de negocios, organicé todo para tener tiempo libre para lo que sea que necesites.

—No, solo estaba recordando a mi prima y mi mejor amiga, tiene muchos tiempo que no hablo con ellas, con Sandra desde que deje la carrera ya que nos veíamos diario en la universidad y Alina no me habló desde que le conté lo del piloto.

—Ese piloto casi me quita a la mejor mujer.

—Demasiado intenso para mi, no me interesó hablar con el, y quiso aprovecharse de que estaba sola.

—Siempre me he llevado mal con él, de niños nos peleamos la comida y mira, ahora somos empresario y piloto aviador.

Lo miré sorprendida, fue casi imposible ya que creí que aquella noche se habían conocido —¿Perdón? Creo que ya no entendí. —

—Venimos de Perú ambos, crecimos en el mismo pueblo, ambos niños con hambre y con muchos sueños y ganas de superarse. Pero Alan siempre ha tenido aquel problema que la mujer que a mi me gusta, cruza camino con él por algún motivo, siento que es como una maldición.




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